X Concurso de Microrrelatos sobre Abogados

Ganador del Mes

Imagen de perfilMEMORIAS SENTIMENTALES

Francisco Murcia 

Breve e intenso, así es el primer amor, presente de alguna forma en el resto de nuestra vida. El amor duele y, el primero, duele siempre. Cómo olvidar a Adolfo. Detallista, simpático, carismático, pero de esas mismas virtudes nacían sus defectos: oportunista, ambicioso y algo simulado. Tres años intensos, a veces demasiado. El segundo, Leo, como todos los que vienen después de las grandes pasiones, fue efímero, unos meses con más penas que alegrías, un paréntesis antes de mi relación más larga, Felipe. Caminamos juntos más de diez años. Era un joven abogado laboralista, preocupado por los derechos de la ciudadanía. Cuando lo dejamos, era otra persona. Hubo más, pero ellos fueron los que más me marcaron. Ahora, cerca de mi cuarenta aniversario, empiezo con otro chico, guapísimo, del que aún no sé si es algo más que eso. Veremos si dura o es un amor de verano. Firmado: Constitución

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El más votado por la comunidad

Imagen de perfilLOS CUARENTA CONSTITUCIONALES

Manuel de la Peña Garrido 

“Cuarenta años de concordia. ¿Volveremos a dinamitar nuestra convivencia?”, piensa el octogenario juez hojeando una Constitución del 78, obsequio para su ilusionada nieta. La Sala de Togas del Tribunal es un hervidero de juristas. “Defender el derecho de defensa es nuestro juramento hipocrático”, asevera una abogada ante su nieto, ajustándole la corbata. Otro letrado, quien celebra su vigésimo quinto aniversario como colegiado, anima a su hija, seguidora de sus pasos. “El Tío estaría orgulloso”. Y recuerda el cortejo fúnebre de Tío y los demás compañeros de Atocha. El decano Pedrol, al frente. Los congregados suben la marmórea escalinata. En el auditorio no cabe un alma. “Juro acatar la Constitución, así como lo dispuesto en el Estatuto de la Abogacía…”, manifiesta Laura. “Prometo… ejercer la profesión de Abogada con fidelidad…”, recita Sofía. “Celebramos cuarenta años de régimen constitucional, de firme compromiso con los derechos de la ciudadanía…”, proclama, emocionado, el orador.

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Relatos seleccionados

  • Imagen de perfilGracias

    Felipe Alcalá-Santaella Llorens 

    El día que yo nací lo hizo también la Constitución. He vivido en democracia, consciente plenamente de ser un miembro más de la ciudadanía. Así que puedo decir que cada aniversario de la Carta Magna para mí era una fiesta.

    Pero a veces me pongo triste, porque parece que las nuevas generaciones lo dan por sentado. Mi abuela tuvo que irse a México, mi otro abuelo, después de estar en la cárcel, nunca más pudo ejercer su profesión: fue piloto de la República.

    Ahora, que voy a cumplir cuarenta años, doy gracias por todo lo que nuestros padres y abuelos consiguieron para cambiar este país.

    Pero también siento que tenemos que defender su legado y, si es preciso, cambiar lo que sea preciso para que acompañe a la siguiente generación. Nada es inamovible en democracia, si se respetan los derechos de todos.

    Nos toca.

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  • Imagen de perfilLa mesa de nogal

    Carolina Vila Asenjo 

    Éramos dos pipiolos recién salidos de la facultad, con muchas ganas de aprender y gran ilusión por defender los derechos de la ciudadanía. Ambos sentíamos admiración por el abogado que fue nuestro maestro pero también le temíamos, porque nos cantaba las cuarenta al menor despiste. Nosotros aguantábamos resignados el chaparrón, derechos como una vela, mientras él nos miraba fijamente detrás de su mesa de nogal, abarrotada de leyes y códigos. Y aunque su ceño estaba fruncido en sus ojos asomaba la sombra de una sonrisa.
    Años después aquel compañero de profesión se convirtió también en compañero de vida. Cuando celebramos nuestro aniversario recordamos aquellos días. Ahora somos nosotros los que estamos detrás de la mesa de nogal pero sobre ella no hay más que un moderno ordenador y un flamante ejemplar de la Constitución. ¡Pues sí que ha pasado el tiempo!, nos decimos con una sonrisa.

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  • Imagen de perfilORIGEN

    VICTORIA MENDEZ DEL VALLE 

    Precisamente me tenía que tocar una guardia el día que cumplía los cuarenta y, claro, ¿quién te la querría cambiar un sábado del mes de agosto? Según conducía en mi moto por las calles de Madrid, veía pasar a la ciudadanía feliz, no como yo. Según entraba por la puerta de los juzgados pensé que todo el mundo tenía derechos, menos yo. La constitución de esta sociedad frenética en la que vivimos ha sido un paso atrás en la evolución humana, con toda seguridad.

    Cuando entré y vi esos ojos buscándome desesperadamente, como si yo fuera la última rama a la que agarrarse antes de caer en el precipicio, recordé que ese año era mi décimo quinto aniversario como ejerciente. Recordé todo lo que me había llevado a querer profesar la abogacía, esas ganas de hacer brillar la justicia. Entonces, toda esa rabia desapareció. Pensé: “¡Ya estoy aquí para defenderle!”

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  • Imagen de perfilCuerda para rato

    José Manuel Benito Díaz-Mayordomo 

    Sonó el despertador. Era un día de diciembre más. Jueves, para ser exactos. No se había entrado en el invierno pero, aún así, hacía bastante frío en el exterior y las noticias que emanaban del televisor no eran esperanzadoras al respecto.

    Además, aquel día tenía dos complicadas vistas consecutivas por la mañana y una trascendente reunión por la tarde. Extremadamente férreo tribunal, excelentes compañeros contrarios y exigentes clientes importantes… Acabaría demasiado tarde. Otro año que no podría celebrar su aniversario con su cónyuge en plazo y forma.

    Por suerte, estaba convencida que su fuerte constitución mental, que ya le había hecho aguantar cuarenta años de dura profesión, le haría seguir al pie del cañón luchando erga omnes contra viento y marea siendo el altavoz de los derechos de la ciudadanía durante muchos años. Al fin y al cabo, era profesional. Era abogada de todas las personas. Como la Constitución Española.

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  • Imagen de perfilLA SEÑORA

    JOSE LUIS SANCHEZ HERNANDEZ 

    Una lúgubre noche eterna reinaba el país de la antilibertad, más de cuarenta años en la isla del olvido. Una brisa suave y permanente de derechos y libertades surcaba las crestas de aquellas las colinas del norte, alimentando los anhelos de democracia de la ciudadanía. Al final llego, después de aquellos años de luchas fratricidas entre hermanos, de hambrunas y sufrimientos, castigos a la libertad, llego la democracia con el nombre de constitución.
    Hoy pasados otros cuarenta años, ya es señora, se cumple su aniversario. Su niñez y adolescencia no han sido sencillas y no han estado exentan de altibajos. Pero ahora, ya madura,ha traído la luz a esta pequeña isla del olvido. Nuestros padres fueron sus padres y madres y ahora nosotros somos sus hijos e hijas. Se hará mayor, quizás cambie, pero seguirá siendo nuestra constitución, "LA CONSTITUCIÓN DE LA LIBERTAD"

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  • Imagen de perfilDESTINO

    María Mercedes Viela Hernández 

    Cuando llegó a este mundo, nadie daba un duro por ella. Venía con poco peso, pero con el generoso consenso de todos los que la hicieron nacer. Le costó lo suyo, pero nacía con ganas de salir con fuerza hacia adelante.

    Hoy cumple cuarenta años y Marta celebra su aniversario. En el bufete han organizado una pequeña celebración,muy rápida, porque tiene que compartirla con la ciudadanía que espera en el Congreso.

    Marta ojea su móvil y ve tropecientos mensajes. Está deseando llegar a casa para celebrar también su cuarenta cumpleaños. La Constitución y ella nacieron juntas, de la mano de un tiempo conquistador de nuevos derechos.

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  • Imagen de perfilMETÁFORA CONSTITUCIONAL

    Diego Couto · A Coruña 

    Ella está de aniversario. Como le ocurre a la gente de su tiempo, los que rondan los cuarenta, no puede evitar pensar que quizás se encuentre en el ecuador de la vida. Ahora, llegada la madurez, le va costando cada vez más adaptarse a la sociedad. Todo parece apuntar a que las operaciones habituales a cierta edad resultarán necesarias tras una existencia tan ajetreada. Desde su nacimiento, ha recibido diversas críticas, ya que son muchos los que se atreven a hablar de ella, pero pocos los que la conocen realmente. Aún así, acostumbrada a las vicisitudes, ha sabido consolidarse como garante de los derechos de la ciudadanía. No son pocos los que cada año acuden a ella en busca de amparo, refugiándose bajo el manto de su protección. Por el momento, la Constitución sigue confiando ciegamente, como la justicia, incluso en quienes intentan traicionarla.

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  • Imagen de perfilEQUIPO CONSTITUCIONAL

    Angel Tormes Alberdi 

    Necesito un portero con nociones generales y dominio de todas las facetas del juego. Para la defensa, dos carrileros de amplio recorrido que gobiernen, administren y ofrezcan cortes generales de balón, un central que regule el juego entre laterales y otro que reine en su zona. Por delante de la defensa, quiero un pivote central capaz de fijar los derechos y deberes del resto. En el centro, un cerebro que me dé organización territorial, un interior con todos los recursos posibles y otro para dar el justo equilibrio al equipo. Además, un delantero definidor que interprete correctamente a sus compañeros y otro capaz de cambiar el rumbo de los partidos…

    …y le daré una Constitución con esos once títulos, que en su cuarenta aniversario siga contando con el apoyo mayoritario de la ciudadanía.

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  • Imagen de perfil¡CUARENTONA ESTUPENDA!

    Ana María Lezcano Fuente 

    Es una fecha tan importante que emociona.
    Se cumplen nada menos que cuarenta años de su proclamación.
    Hay unas generaciones que no la vivieron. Eso les provoca numerosas suspicacias, sarpullidos ideológicos y otras variaciones ciertamente legítimas.
    Algunos de ellos se empeñan en intentar empañar lo que ha sido un éxito inmenso. Para denigrar algo tan bello inventaron un insulto: “el régimen del 78”.
    Los que tuvimos la enorme fortuna de vivirla y votarla, la nueva Constitución de nuestro país, esa tan esperada, trabajada, tan moderna para los que veníamos de una dictadura, ese texto magno declarando los derechos de los ciudadanía y la forma que nos estábamos dando para convivir en paz y con dignidad democrática, seguimos felices en este nuevo aniversario.
    Agradezco en ni nombre, en el de mi familia y en el de mi país, a los gestores, legisladores y padres de nuestro civil evangelio.
    ¡Ave, Constitución!

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  • Imagen de perfil¡Esto es un hit!

    Carolina Navarro Diestre 

    Hola, hola, hola… aquí vuestro amigo Joaquín Luqui desde los Cuarenta Principales… ¿y qué tenemos hoy?... un auténtico hit legal, el aniversario de nuestra Carta Magna… ¡la Consitución cumple años!... uauh, un diez absoluto… un texto que no envejece y que emociona como la primera vez que lo leímos, aquella que protege y da amparo a toda la ciudadanía… HAPPY BIRTHDAY TO YOU, CONSTITUTION!… sí, soplemos las velas por la fuente fundamental de todos los derechos, la norma suprema del ordenamiento jurídico español… y que cumplas muuuuchos más… oh, yeah, pedazo obra… tú y yo lo sabíamos… besitos para ella… abrazos para todos... bye, bye, happy, happy…

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  • Imagen de perfilSESIÓN DE MEDIANOCHE

    Aurora Roger Torlá 

    Los Leones dormían y el Hemiciclo bullía entre ecos de Letrados y Leyes. Como "Orden de la Noche", el Cuarenta Aniversario de la Constitución".
    Abrió el Debate el Micrófono de Presidencia otorgando la palabra a la Tribuna de Oradores que, tras pedir disculpas por su afonía, enmudeció. La rejilla tiroteada el 25-F, confinada injustamente en una urna próxima al Salón de los Pasos Perdidos, gritaba exigiendo libertad. Una tablet jugaba y consultaba webs de ropa. Observamos cómo una alfombra ocultaba algo con premura al escuchar comentarios sobre corrupción. El discurso de la veloz máquina de estenotipia fue una ininteligible sucesión de consonantes, aunque a intervalos se le oía repetir con nitidez "derechos de la ciudadanía". Miguel de Cervantes emergió triunfante de la pintura de la bóveda del Congreso para hablar de Justicia y molinos de viento. Una misteriosa voz añadió: "Los Padres de la Pepa lograron cerrar acuerdos".

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  • Imagen de perfilDerechos fundamentales

    Lita Rivas Folgar 

    Hoy celebro mi cuarenta aniversario y una larga trayectoria como abogada, compartiendo fecha de nacimiento con la Constitución.
    Y, para celebrarlo, accedo a representar a mi cliente, un hombre acusado de asesinato en la persona de su esposa y de sus dos hijos de corta edad. Se trata de un crimen mediático que ocupa las cabeceras de la prensa sensacionalista y de otros medios de difusión, incitando al odio de la gente. Y, como resultado de todo esto, se me recrimina en la calle por el mero hecho de hacerme cargo de su defensa, ignorando los derechos fundamentales que le otorgan a mi defendido en los artículos 17.3 y 24.2.
    Soy consciente de que la ciudadanía ya lo ha juzgado y condenado, pero como abogada me comprometo a luchar, con todos los medios legales a mi alcance, por los derechos de mi cliente, siendo al mismo tiempo imparcial.

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  • Imagen de perfilDIFÍCIL ELECCIÓN

    Sagrario Loinaz Huarte 

    Con motivo del cuarenta aniversario de la Constitución Española, el concurso sobre abogados dedicó el último mes de la X edición a ésta conmemoración. El jurado lo tenía difícil. Cualquier relato podía ser merecedor del premio:
    Antonio Presencia y el abandono de su Señoría del grupo WhatsApp. Avelino Sáez con el amante que se encargó de la defensa. María Sergia Martín con la custodia compartida que dictaminó la jueza. Eloísa Manzano y el altruismo de una madre abogada. Marta Trutxuelo con la redacción de una niña sobre la justicia. María Venegas y la película de 1957. Margarita del Brezo y la condena que impuso el juez abogado. Ángel Montoro y los cuñados que se ayudan mutuamente. Héctor Seco y el entrañable abuelo abogado.
    Todos los relatos tenían algo en común; a los abogados, ésos profesionales que defienden los derechos de la ciudadanía.
    El jurado decidió otorgar el premio a...

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  • Imagen de perfilNo es verdad

    Juan Alberto Rodríguez Jiménez 

    Estamos ante los cuarenta años que conmemoran la Constitución Española.
    -Señor, no se preocupe, si usted es discapacitado, ingresará en un centro específico para discapacitados.
    Le cayó tres meses de prisión en un centro penitenciario para presos comunes.
    -Señora, no se preocupe, tiene una orden de alejamiento, y la policía le protegerá.
    Murió asesinada, a las tres semanas por los manos de su expareja.
    -No se preocupe, hoy en día prevalecen los derechos de la ciudadanía sobre los grandes oligopolios, como los bancos.
    El señor se suicidó tirándose desde el balcón, de la que fue su casa.

    Todo es una gran mentira, no es verdad, la realidad está ahí fuera.
    Hay que dejarse la piel y los huesos, para que nuestra Carta Magna se cumpla.

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  • Imagen de perfilAniversario

    Jose Moran Arteaga · Madrid 

    Aquel hombre me habla de necesidad, por una vida mejor llegó a España, pero lo que más le motiva es ser tan español como sus compañeros de trabajo, con los mismos derechos que sus vecinos. El día escogido para su consulta es especial para mí. Diez años antes inauguré mi propio despacho. Veinte años hace, que nació mi hijo. Un 6 de diciembre, treinta años ha, fue mi boda. Le explico los trámites a seguir y cuáles son mis honorarios. Nos despedimos, con simpatía y orgullo, él porque va a ser español y yo por haberlo sido siempre.
    Recojo mi bicicleta y me voy a casa. Pedaleo pensando en mi esperanzado futuro compatriota y entonces recuerdo. Cuarenta años antes se ratificó la Carta Magna, en un referéndum donde la ciudadanía participó con ilusión, aprobándola de forma mayoritaria. Hoy celebraré cuatro aniversarios y brindaremos también por la Constitución.

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  • Imagen de perfilRenovarse o …

    Leopoldo San Martín Nemesio 

    Nací de un matrimonio de conveniencia y de forma prematura lo que me dio una imagen de debilidad que no se correspondía con la realidad. Mi frágil constitución, apenas 169 articulaciones, no impidió que me dedicara a defender los derechos de los demás, señalando en todo momento lo mejor para la convivencia de la ciudadanía. Estoy en boca de todos por mi superioridad y con el paso de los años y las críticas, me acostumbre a cimbrear como el junco. Pero ahora, en el cuarenta aniversario, siento que debo actualizarme. ¡Ojalá que sea para bien!

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  • Imagen de perfilReflexiones ante el espejo

    Ana Belén Sánchez Jordán 

    A mis cuarenta años me miro en el espejo y pienso que estoy estupenda: me he mantenido en forma y además he cumplido con creces mi labor de salvaguardar la democracia y los derechos fundamentales de la ciudadanía. Pero también es cierto que no me vendría nada mal un retoquillo. Solo alguno, no quiero convertirme en una adicta a las reformas y que no me reconozcan ni mis padres fundadores, pero me doy cuenta de que hay cosas que podría mejorar. Hay derechos que descarté en mi juventud y que ahora son un must have, así que quizá sea un buen momento para renovar el armario, aprovechando tan redondo aniversario. Sí, está decidido: quiero ser una Constitución mejor, más social, innovadora e inclusiva. Cuando los actos conmemorativos acaben y se reanude la normalidad parlamentaria, ese será el objetivo.

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  • Imagen de perfilME CASARÉ CON ÉL

    Susana Goñi Rodríguez 

    Nunca fui normal. Ya desde mi nacimiento tuve cinco padres más que los demás, por lo que en casa todo se consensuaba y se votaba por mayoría. Me dicen que no era lo habitual. Por ello, siempre me cuentan con qué ilusión me gestaron y me esperaba la ciudadanía.
    Nací sabia y fuerte y me llamaron Constitución. Mis padres confiaron que, con mi inteligencia y rectitud, garantizaría los derechos y daría tranquilidad.
    Poco a poco fui creciendo y tuve muchos novios. Todos me adulaban, piropeaban y querían que me casará con ellos, pero, a mí, siempre me gustó ser independiente.
    Ahora que estoy en la madurez, a dos meses de mi cuarenta aniversario, me doy cuenta que nadie me quiso por mí, excepto Abogado, que por defenderme ha sido vilipendiado, criticado y menospreciado, pero no le ha importado, siempre ha estado ahí, respetándome, nombrándome a diario e interpretándome como nadie.

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  • Imagen de perfilLos siete magníficos

    Jerónimo Hernández de Castro 

    No se llevaban bien. Un grupo heterogéneo de tipos dispares, desde el enclenque de constitución débil al robusto de anchas espaldas; del apacible de talante sosegado, al atrabiliario capaz de cantarle a cualquiera las cuarenta. Eran siete y tenían una misión. Un encargo peliagudo encomendado por un pueblo temeroso.
    Sus destinos se unieron para zanjar una etapa que abriera las puertas de un futuro, hoy casi pretérito; para ponerse de acuerdo por una vez y construir juntos algo tan imperfecto como imprescindible, recordado cada aniversario. Una estructura frágil de títulos, capítulos y disposiciones, que a duras penas se mantienen derechos, apuntalada por los parches que afirman el edificio de la ciudadanía, erigido por Jordi, Gabriel, Gregorio, Miquel y Miguel; Manuel y Jose Pedro.

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  • Imagen de perfilLA HUÉRFANA ABANDONADA

    Javier Puchades Sanmartin 

    Nunca había visto un caso así en toda mi carrera profesional como abogado especializado en encontrar personas desaparecidas. Cuando entró en mi despacho, su aspecto representaba más de cuarenta años. La vida la había tratado mal. Lo primero que me llamó la atención fue su nombre: Constitución. ¿A qué padres se les pudo ocurrir?

    Entre lágrimas, me dijo que necesitaba mi ayuda, que como cualquier miembro de la ciudadanía tenía sus derechos. Sin poder casi articular palabra, me comentó que siempre le habían contado que tenía varios padres. ¿Cómo era eso posible? ¿Acaso su progenitora era una prostituta o, tal vez, fue víctima de una violación grupal? ¿Qué misterio escondía esta mujer? Precisamente eso hizo que aceptara su caso.

    Me comprometí con ella que antes de su próximo aniversario, en diciembre, resolvería su enigma. ¿Por qué la historia siempre ocultó la identidad de su madre?

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  • Imagen de perfilSi no fuera ella

    ELENA BETHENCOURT 

    ¡Mírala! ¡Quién lo iba a decir en 1978 cuando tuvimos que convencer a todos de que queríamos tenerla! Unos decían que sí, otros que no, que mejor nos quedáramos como estábamos, que éramos jóvenes e inexpertos, que era mucho cambio y nos íbamos a arrepentir. Al final ganó la mayoría y la verdad es que desde aquel día de diciembre nos sentimos orgullosos de ella. Quizás tiene alguna cosilla que corregir pero en general nos ha salido buenísima. Además, es una fiel defensora de los derechos de la ciudadanía y en lo suyo se ha ganado el respeto de todos.
    Por su cumpleaños vamos a hacerle una fiesta por todo lo alto aprovechando el puente. Esperemos que no haya mucho jaleo con lo del cuarenta aniversario de la Constitución porque nuestra Inmaculada, la primera abogada de la familia, se lo merece todo y mucho más.

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  • Imagen de perfilNecesito su consejo

    Rosa Maria Pecharromán Sánchez 

    Los últimos tiempos me he sentido un poco desasosegada. Hace cuarenta años que nací y realmente no sé si ya tengo una edad anciana a la que resignarme o me queda algún aniversario por cumplir, aunque sea infiltrándome botox para lucir digna. No sé bien cuál es la esperanza media de vida de una Constitución moderna; no me he tratado mucho con mis congéneres. Me falta el consejo fiel y sincero porque de la ciudadanía que me rodea no sé muy bien a quien hacer caso; unos, quizá por halagarme, dicen que parezco lozana y otros, críticos, que mis achaques son irrecuperables. Estoy pensando pedir consulta independiente para que me aconsejen en mi incertidumbre, quizá con mi médico o quizá con un abogado experto en sucesiones que me diga cuáles son mis derechos y redacte mi testamento. ¿Hay alguno por ahí que me puedan recomendar?. Suya siempre, Nicky

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  • Imagen de perfilLa niebla y el viento

    Juan José Castillo Peñarrocha 

    Súbitamente, de forma inesperada, aunque anunciada, una densa niebla transformó los brillantes colores del soleado país en los amarillentos tonos de un viejo daguerrotipo.
    En un pertinaz intento, aquella penumbra pretendió hacer olvidar a la ciudadanía el amor a los espacios abiertos, a los horizontes, a los altos montes intentando la caricia con el cielo.
    Cuarenta años de tiniebla, de conmemoración de la ausencia tras cada aniversario. De derechos negados, silenciados.
    Fruto de tanto anhelo, súbitamente también, un fuerte viento otoñal levantó la espesa niebla y dejó al descubierto aquellas vivas tonalidades que ornamentaron las infancias de tantos seres humanos ya envejecidos.
    Conmemórese ese lejano día de diciembre como jornada de profunda alegría y alborozo; como aquel, en que todos los ciudadanos de un pequeño país volvieron a saberse iguales ante la Ley. Hónrese a aquellos que, enfrentando al olvido, hicieron posible una Constitución que devolvió al pueblo sus derechos.

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  • Imagen de perfilÉrase un abogado contando un cuento

    Amparo Martínez Alonso 

    ─Los cuarenta ladrones robaban y robaban. ¡Cada día eran más ricos! Aunque sus vecinos pasaran hambre, a ellos les traía al fresco… Qué diferente hubiera sido de haber existido un Poder Legislativo que contemplase los derechos fundamentales del ciudadano, en adición a un Sistema judicial imparcial…

    ─Papá, el cuento no es así.

    ─Jaime, hoy es el aniversario de nuestra Constitución, de nuestro ordenamiento jurídico. Hoy cumple cuarenta años nuestra democracia, el Estado de derecho, el pluralismo político, la soberanía nacional…

    ─Pero, los cuarenta ladrones eran valientes y ganaban todas las peleas, ¿a que sí, papá?

    ─Escucha, Jaime, las leyes organizan, protegen y delimitan los derechos y libertades de la ciudadanía. Se pelea con la ley en las manos, no con las armas. ¿Comprendes, ahora? Los ladrones nunca pueden ser los protagonistas de un cuento porque no tienen cabida en un Estado democrático de derecho como el nuestro.

    ─¡¡¡Mamá!!!!

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  • Imagen de perfilHISTORIA DE UNA CARTERA

    javier polo vereda 

    Siempre voy con ella. ¿Por qué? Era la cartera de mi padre. Se la regaló mi madre hace cuarenta años, el mismo día que se aprobó la Constitución. ¿Entonces estás de aniversario? Sí. ¿Por qué te la dio? No me la dio, la cogí. Mi padre estuvo años defendiendo los derechos de la ciudadanía y ahora lo hago yo. ¿Y llevarla te da suerte? Me da fuerza. Todo lo que era mi padre estaba en ella. Llevarla me hace sentir como él. ¿Pero está un poco pasada de moda? Supongo. ¿Supones? Sé que hay carteras más modernas y que ahora incluso se llevan mochilas, pero no, gracias, prefiero ésta. ¿Eres un nostálgico? No, simplemente estoy en deuda. Sin ella no sería lo que soy. ¿Pero parece muy rozada? Es posible, pero con un pequeño retoque quedará como nueva y seguro que mi hija podrá llevarla otros cuarenta años más.

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  • Imagen de perfilCUÉNTAMELO OTRA VEZ

    Esperanza Temprano Posada 

    De pequeña quería ser peluquera y después, monitoria de aerobic. Jamás dijo que seguiría mis pasos como abogada, aunque había que estar muy ciego para no ver que la vocación la llevaba en la sangre. Cuando era niña le leía el flautista de Hamelín y disfrutaba con sus ojillos repletos de fascinación por un hombre que con una simple flauta defendía los derechos de la ciudadanía, librando a un pueblo de las ratas. Otras veces me agotaba cuando se convertía en acusación particular contra los cuarenta ladrones por pervertir al bueno de Ali Babá, aunque siempre terminaba diciendo “cuéntamelo otra vez”. Hoy el destino une nuestras togas y mientras yo celebro mi veinticinco aniversario de profesión, ella jura la Constitución como nueva letrada. Este oficio le viene como anillo al dedo y estoy segura de que dentro de poco compartirá sus éxitos conmigo y entonces diré “cuéntamelo otra vez”.

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  • Imagen de perfilABOGACINE

    Modes Lobato Marcos 

    Decidí ser abogado tras ver esa película.
    Y hoy, en el cuarenta aniversario de nuestra Constitución, volveré a verla.
    Y aunque no soy alto ni guapo como el protagonista, también lucho por defender los derechos de la ciudadanía, por hacer de este mundo un lugar más justo y porque nada justifique matar a un ruiseñor.

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  • Imagen de perfilCUARENTONA

    Bea Y Punto 

    A punto de celebrar su cuarenta cumpleaños, y aunque pudiera parecer lo contrario, Constitución es demasiado joven para la carga que lleva sobre sí, cuatro décadas cuidando de una familia entera, toda una ciudadanía.

    En su aniversario echará de menos caras que la asistieron al nacer y le enseñaron a crecer amoldándose a los cambios, ayudándola a aceptar los errores de sus pensamientos, de sus artículos, a entender que los nuevos tiempos requieren de nuevas normas.

    Hoy, quienes la cuidan, abogarán con ella por los derechos de quienes habrán de venir, de quienes deben estar.

    Constitución luchará por el futuro de todos recordando la vital importancia de legislar por los derechos de todas.

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  • Imagen de perfilPor derecho

    Gregorio Vega Cuesta 

    Salí de los Juzgados de Plaza de Castilla con esa sensación de impotencia que todos los abogados sentimos a menudo. La lentitud del sistema, la falta de medios con la que nos enfrentamos a diario. Aquella mañana había sido especialmente frustrante, así que me perdí entre las calles de Tetuán hasta encontrar un bar apartado del mundillo profesional. Pedí una cerveza en la barra. En la televisión se veían imágenes antiguas de gente manifestándose por las calles de Madrid. La voz de fondo recordaba: “Hoy, 24 de enero, se cumplen cuarenta años del asesinato de cinco abogados en la calle Atocha…”. Triste aniversario ―pensé en un principio. Sin embargo, contemplando aquellas imágenes me di cuenta de que se trataba de uno de los primeros actos multitudinarios de una ciudadanía que, un año después, vería recogidos sus derechos en una Constitución. Y me sentí orgulloso de que defenderlos fuera mi trabajo.

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  • Imagen de perfilEducar con agradecimiento

    MARTA ESTEBAN SANZ · Madrid 

    ¡Venga cariño! Acompáñame. Tengo que ir al despacho a recoger el expediente para el juicio de mañana.
    Mamá, aun no me has contestado ¿Qué es la Constitución?
    Mientras subimos al coche y abrocho su cinturón de seguridad, pienso que yo, sin tener aún los cuarenta, y que no la vi nacer, agradezco a diario su existencia.
    Que gracias el trabajo incansable de grandes representantes de nuestra ciudadanía tenemos un texto que reconoce nuestros derechos básicos y fundamentales y, que deberíamos celebrar cada día su aprobación y aplicación, y no tan solo recordarla para alabarla en su aniversario.
    Gracias a ella, disfrutamos de esta sociedad, pero no la respetamos ni cuidamos como se merece. La seguridad que nos garantiza es tan básica como la del cinturón que acabo de abrochar. ¿¡Cómo le explico?! ¡Qué difícil educar!

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  • Imagen de perfilTOMAR IMPULSO

    Manuela Fernández Manzano 

    Aprobé Derecho Constitucional en septiembre. Mi padre me insuflaba ánimo sentándose cerca, leyendo la Constitución con enigmático entusiasmo e interrumpiendo mi estudio para decirme: “Mira, Ángela, otro artículo que menciona a los abogados”.
    Se tomó la libertad de forrar aquel librillo con un papel carmesí y añadirle algunas palabras: “A mi futura letrada, para que concilie su pasión y su decencia igual que en estas páginas se consensuaron principios al trazar los derechos y deberes de la ciudadanía”.

    Han llovido muchas causas ganadas y perdidas desde entonces. Hoy, después de otra jornada interminable, he resuelto encerrarme en mi despacho. Debo pensar para seguir adelante. Al vigor inicial le han surgido algunos resquicios por los que asoman el cansancio y la crítica. Manoseo mi ejemplar encarnado de la Constitución como si fuera mi pelotita antiestrés. También está algo perjudicado. Lo miro. Lo abro. Sonrío y escribo: “Estamos vivas. Feliz cuarenta aniversario”.

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  • Imagen de perfilHOMENAJE

    Carlos Ballesteros Muñoz 

    Recuerdo ver a mis padres discutiendo en el salón. Votar si, votar no. Días convulsos, preocupación, polémica por aquel entonces, ¡y peor aún!, “sin VAR”. Mi madre se oponía y mi padre intentaba convencerla discutiendo cual Magdalena y Don Mendo. ¿Convencerla de qué? preguntaba yo. ¿Para qué? ¿Por qué?. Cuarenta años nos alumbra cual luz bella. Y ahora, ni me anulo ni me atribulo. Y aunque al mundo todo esto asombre, fue sin el puñal de bruñido acero, orgullo de un puñalero, forjado y al que se dio bruño, por quien ahora así se obra , la que llamamos Constitución. Aniversario celebrado con celo y con desvelo, movida ochentera de por medio, claro. Ciudadanía con derechos, igual para todos, que como avanzó Don Mendo, gran visionario, “todos iguales para mi seréis, trece, catorce, quince y dieciséis”. Y a pesar de algunos, sin mancha que nos agravia, ESPAÑOLES “henos de Pravia”.

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  • Imagen de perfilCumpleaños

    Lorenzo David Rubio Martínez 

    Nací el 6 de diciembre de 1978. Hoy cumplo cuarenta años, como la Constitución española. Mis padres, viendo caer la dictadura y la llegada de la democracia, me llamaron Esperanza. Nunca dejaron de ayudarme con los estudios y así pude cumplir el sueño de ellos, y el mío: ser abogada. Siempre con la ilusión de defender los derechos de la ciudadanía que recoge la Carta Magna. Pero este año he decidido no celebrar mi aniversario. No puedo. No mientras en España haya brutales desigualdades de renta, mientras las mujeres cobremos menos que los hombres, mientras se encarcele a la libertad de expresión, mientras haya miles de hogares con todos los miembros en paro, mientras los pensionistas no puedan pagar las facturas de la luz y mientras sigan incumpliéndose los artículos referentes a necesidades básicas. Pero yo seguiré luchando por conseguir un mundo mejor ataviada con mi toga. Aún hay esperanza.

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  • Imagen de perfilCasualidades

    Jesús González Vaquero 

    Este mes se cumplen cuarenta años desde que me colegiara, el día de nuestra patrona y se celebra también el aniversario de la Constitución Española. Casualidades de la vida. Si hasta me llamo Pepa, como aquella otra. Tanto ésta como yo, fuimos aprobadas por quien correspondía y ratificadas por la ciudadanía. Creedme, ni yo ni ella habríamos durado tanto en activo de no ser así. Pero ahora nos quieren jubilar a ambas. A mí, la primera abogada de mi Colegio, más el vértigo de las nuevas tecnologías y la presión de los que ahora se inician que la edad o la incompetencia. A la Constitución, otro vértigo y la misma presión de los nuevos, más que su obsolescencia. Ahí está la americana, con algunas enmiendas pero con más de doscientos años, dando amparo todavía. No, no es la PV, como dirían mis amigas (la puta vejez). Esto es otra cosa.

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  • Imagen de perfilMAGNA CELEBRACIÓN.

    Ana Isabel Rodríguez Vázquez 

    ¡Cómo pasa el tiempo!
    Este año me caen los cuarenta, y aunque me han hecho un par de retoques, me conservo muy bien.
    Una buena Constitución es fundamental, pero hay que cuidarse; yo vigilo los derechos, para mantener los órganos en perfecto estado.
    Entiendo que no puedo gustarle a todo el mundo, parte de la ciudadanía no respeta mis principios, pero tengo una relación estable con los legisladores y sé cómo utilizar mis poderes.
    Este aniversario es muy especial,y los colegas de la Abogacía me están preparando una gran fiesta; dicen que ya tengo una edad, y quién sabe el tiempo de vigencia que me queda.
    Para alguien de mi linaje, cuatro décadas en activo, es mucho tiempo.
    Recuerdo una antepasada, que nos dejó con sólo dos añitos. La llamaban: La Pepa.

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  • Imagen de perfilLa vista atrás

    Felipe Gutierrez Blazquez 

    Sin vuelta atrás. Así pensaba yo que quedaría todo y hoy me encuentro ante el cuarenta aniversario de tu nacimiento e intento hacer un análisis racional de la situación. ¿has cambiado? ¿te hemos cambiado? Y si es así, ¿estás mejor ahora que antes? Te veo bien, como siempre o incluso, mejor que nunca, pero la ciudadanía, ¿pensará igual? ¿pensará lo contrario? Los derechos que nos otorgas a ojos de algunos, pesan más que los deberes que nos impones y tal vez sea, en ese desequilibrio que perciben unos pocos, donde se centra la principal discrepancia, como el ying y el yang no cabe lo uno sin lo otro y en cambio, algunos, ¿o quizá sean la mayoría? ¿o tal vez son solo los que más ruido hacen o pretenden hacer?, esos pocos, quieran convencernos de que, como Constitución, no vales mucho, pero en realidad lo vales todo.

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  • Imagen de perfilTIEMPOS MODERNOS

    Esteban Torres Sagra 

    Intuyo que no van a prosperar sus pretensiones. Un embarazo de este tipo es de lo más corriente tras la última reforma de la Constitución. Desde 2045 han dado a luz noventa mil hombres en España, según el INE, pero él insiste en demandar al Hospital que le practicó la vasectomía en 2017 por daños y perjuicios. Argumenta que ha estado cliogenizado desde 2019 y que desconocía la posibilidad de la gestación masculina cuando volvió a la actividad sexual, hace unos meses, “conmemorando” precisamente el cuarenta aniversario de su abstinencia. Tras desanimarle con múltiples sentencias -aunque en circunstancias menos extremas, reconozco- él sigue con la determinación de que se están vulnerando sus derechos de ciudadanía. Está convencido de que una historia así tocará la fibra sensible del magistrado en quien recaiga el litigio. No he querido ni mencionarle que desde hace dos años todos los jueces son "cyborg".

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  • Imagen de perfilLa crisis de los cuarenta

    Marta Trutxuelo García 

    6 de la mañana, del día 6… mi aniversario, y ya estoy levantada. Asida a la vigilia gracias a una taza de café, leo, a sorbitos, los expedientes que pasarán por mi bufete esta semana. Aún sigue sin resolverse la demanda de Juan por incumplimiento de contrato; Nadine todavía no ha recibido respuesta de la oficina del refugiado; una notificación de Stop Desahucios comunica el plazo para paralizar la ejecución de una hipoteca; ¡Vaya! una fotografía del tío Luis en la manifestación por unas pensiones dignas... Enciendo el ordenador y me abofetea un titular: "Un niño demanda a sus padres por traerle a este mundo miserable". ¿Qué ocurre con los derechos de la ciudadanía? ¿Están sufriendo -como yo- la crisis de los cuarenta? Pero recordé que las crisis son una oportunidad para renovarse… Y que no es casualidad que una abogada haya nacido bajo la misma estrella que la Constitución.

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  • Imagen de perfilLOS CUARENTA CONSTITUCIONALES

    Manuel de la Peña Garrido 

    “Cuarenta años de concordia. ¿Volveremos a dinamitar nuestra convivencia?”, piensa el octogenario juez hojeando una Constitución del 78, obsequio para su ilusionada nieta.

    La Sala de Togas del Tribunal es un hervidero de juristas.

    “Defender el derecho de defensa es nuestro juramento hipocrático”, asevera una abogada ante su nieto, ajustándole la corbata. Otro letrado, quien celebra su vigésimo quinto aniversario como colegiado, anima a su hija, seguidora de sus pasos. “El Tío estaría orgulloso”. Y recuerda el cortejo fúnebre de Tío y los demás compañeros de Atocha. El decano Pedrol, al frente.

    Los congregados suben la marmórea escalinata. En el auditorio no cabe un alma.

    “Juro acatar la Constitución, así como lo dispuesto en el Estatuto de la Abogacía…”, manifiesta Laura. “Prometo… ejercer la profesión de Abogada con fidelidad…”, recita Sofía.

    “Celebramos cuarenta años de régimen constitucional, de firme compromiso con los derechos de la ciudadanía…”, proclama, emocionado, el orador.

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  • Imagen de perfilLas mil y una noches

    David Villar Cembellín 

    Los cuarenta ladrones celebraron una fiesta tras su absolución, la fiscalía no había visto delito de prevaricación o cohecho. De la lámpara maravillosa nació una reforma de la Constitución, artículo 155, que anteponía el pago de deuda externa al resto de derechos. En Samarcanda, la ciudadanía salió a la calle en señal de protesta —y por la subida de las pensiones—, pero nadie les hizo mucho caso. Hacía demasiado tiempo que en el lejano oriente el poder legislativo, ejecutivo y judicial vivían en concomitancia. El sultán emérito dejó su sitio a un nuevo sultán: su hijo. A los visires, expertos magos capaces de hacer brotar másteres de universidad de su sombrero, les pareció bien. Todo debía cambiar para que todo siguiera igual. Las esperanzas de que en ese cuento algo mejorara se fueron volando como en una alfombra voladora. La satrapía estaba de aniversario. Sherezade lo narraba llorando.

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  • Imagen de perfilONOMÁSTICA FAMILAR

    ANTONIO TORIBIOS GARCIA 

    ¿Cuarenta años ya? A cierta edad de todo hace cuarenta años. La ciudadanía está entusiasmada con el aniversario. Primero fueron cuarenta años sin derechos y hace ya otros cuarenta que disfrutamos de ellos. Los mismos que tiene nuestra hija Constitución, la Consti. A Remigio y a mí, viejos luchadores nos gustó la idea. Ya sé que ahora parece un nombre raro, pero en el 78 se promocionaron mucho esos nombres que encarnaban valores democráticos, tan modernos, tan alejados de otros apolillados y penosos como Angustias, Dolores o Encarnación. Libertad, por ejemplo, Solidaridad, Igualdad… Libi, Soli, Igu, para andar por casa. Consti es abogada. Ahora está empeñada en cambiarse el nombre en el Registro. Pilar quiere ponerse. Dice que a la niña le da vergüenza en el colegio. Sigourney se llama la criatura.

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  • Imagen de perfilANIVERSARIOS

    Fernando Pascual Bravo 

    Mi amigo Precius nació en Nigeria. El hambre y la falta de derechos en su país le llevaron a emigrar varias veces hacia el sueño europeo. Soportó el inmisericorde Sahara, conoció el terror de la clandestinidad, sufrió detenciones, palizas, chantajes de policías, robos de bandidos y penosos viajes a pie o en averiados autobuses a lo largo de Benín, Burkina Faso, Malí, Argelia, Marruecos…
    Ha trabajado y malvivido en Alemania, Francia y, finalmente, en España. Habla inglés, francés, español, árabe y alemán pero no tiene la ciudadanía de ningún país. Es extranjero en todos ellos. También en el suyo: huyó un 29 de diciembre de hace cuarenta años.
    En nuestros paseos nos reímos y hablamos de todo, pero siempre volvemos a la coletilla del artículo 13 de la Constitución: “Los extranjeros gozarán en España…” Lo que no obsta para que estemos preparando juntos la gran fiesta de ambos aniversarios.

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  • Imagen de perfilEl abismo

    Igor Guirles Pascual 

    El ventanal abierto, a sus pies cuarenta metros de caída, detrás, la televisión retransmitiendo el aniversario de la Constitución con los tópicos de siempre, ciudadanía, derechos... Todo resultaba vacío. Jorge libraba una crucial batalla en su interior, había ganado el caso pero por primera vez no sintió ese pinchazo, mezcla de orgullo y adrenalina. Sí, había salvado a su cliente de una pena de cárcel, pero sabía que ese osito de peluche que traía tras dejar a su hija en el colegio, le había robado esa sensación para siempre, era igual al de la pobre niña atropellada y abandonada a quince metros del paso de peatones.
    Repasó su vida mientras miraba al frente, un paso y todo cambiaría. Una lágrima comenzó a caer de su mejilla hacia el abismo y detrás, mecida por la brisa, su toga. Cogió el teléfono para llamar a su mujer, hoy recogería él a Lucía.

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  • Imagen de perfilJurídico agradecimiento

    GENOVEVA DE PAZ FERNÁNDEZ 

    “Otra caña por favor camarero”, ahí estábamos los cuatro, de qué mejor manera, celebrando el cuarenta aniversario del final de la carrera. Un poco más ajados, eso es cierto, menos derechos quizás, pero con el ánimo intacto. En breve seríamos jubilados, parte de la chusma y de la vulgar ciudadanía, pero hasta entonces disfrutaríamos de la ilustre posición de magistrados. Así que pedimos otra ronda y brindamos por la Constitución, que tan cómoda existencia nos había regalado.

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  • Imagen de perfilUn ciudadano cualquiera

    Miguel Ángel Moreno Cañizares 

    Llevo más de cuarenta minutos visitando despachos. Cuando la secretaria del abogado me comunicó que debía personarme en el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo, no imaginaba que me enfrentaría a semejante odisea. “Aquí no es, vaya a la planta de abajo”. “Se ha equivocado, debe ser en la quinta”. Y así sucesivamente. Está a prueba mi paciencia. Uno tiene sus derechos y no debe verse sometido a estos agravios. Lo dice bien claro la Constitución.
    Sudo a chorros de tanto subir y bajar escaleras. Por cierto, se me ha olvidado a lo que venía. A ver que revise el papel: Diligencia de ordenación para la comparecencia apud-acta. Cómo viene del latín, la ciudadanía no está enterada de esto, supongo.
    Por fin doy con el lugar. Planta 4. Una señora entrada en años de exquisita amabilidad me extiende el escrito. Salgo a la calle. “Feliz aniversario”, reza el cartel de enfrente. Hecho.

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  • Imagen de perfilYo estuve allí

    María Dolores Navarro Esteban 

    Aun transcurridos cuarenta años, recuerdo lo bien que me lo pasé celebrando mi dieciocho aniversario a principios del 78, pese a no cumplirse por entonces la mayoría edad a los 18 y no hacer una fiesta por ello.
    En realidad, nunca tuve una fiesta de mayoría de edad porque un Decreto-Ley de noviembre de aquel año, me hizo mayor edad por sorpresa tres años antes de lo previsto. Pero aquel Decreto-Ley no se dictó para pillarme desprevenida,no. Lo que pretendía era poder convocarme a la fiesta de las fiestas de la votación de la ciudadanía y, a modo de invitación, recibí después un librito con la propuesta de actividades a desarrollar en 169 artículos para que lo leyera y supiese a qué se me invitaba. Acepté la propuesta, y un miércoles 6 de diciembre fui a decir SÍ a los derechos, obligaciones y libertades de la Constitución Española de 1978.

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  • Imagen de perfilCOMO PAPÁ

    Ángel Montoro Valverde 

    Nunca creí que lo hiciera; pero aquél día, el de su aniversario, me preguntó a bocajarro qué hacer después del instituto.

    — Estudia derecho
    — Jamás—contestó seguro de sí mismo—.Paso de perder mi vida como tú entre infumables códigos, repertorios legislativos, legajos y papeles.
    — ¡Hijo!—lamenté—, no sabes mirar. Donde tú no ves más que letras yo contemplo pensamiento, libertades… la conquista de la ciudadanía. Estás viendo el tapiz del revés.
    — ¿Cómo? —Preguntó extrañado—.No sé a qué te…
    — Que donde tú ves una partitura con cuarenta… cuatrocientos borrones, yo escucho extasiado la gran sinfonía de la justicia.

    Aproveché la conversación pare regalarle un ejemplar de la Constitución con su artículo 10 subrayado en cian. Me hizo caso. Ahora toca el violín en el metro y en su estado de WhatsApp pone: “feliz”.

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