XIV Concurso de Microrrelatos sobre Abogados

Ganador del Mes

Imagen de perfilSÍNDROME DE ULISES

Leticia Morillo Canales 

Debía repasar toda la documentación antes de presentarla. Frente a impresos de formato imposible, certificados, datos y fechas, sobrevolé fugazmente sobre mi propia vida. Algunos dirían que es interesante. He viajado mucho, eso es verdad, pero pocos se cuestionan el desarraigo que vertebra mis días. Mi corazón, mi tierra, mi gente siguen anclados al otro lado del océano ¿Y el dolor? ¿Qué me decís del dolor? La foto de mi hijo, tomada a la edad de tres años, acumula en sus arrugas ambarinas los incontables besos que le doy cada mañana, cada noche. Hoy tiene once y gracias a Marina, la abogada en cuya casa trabajo desde mi llegada a España hace dos años, mi anhelo de tenerlo conmigo se hace tangible. Y es que ahora tramito su visado para posibilitar la vuelta soñada a nuestra vida juntos en este lugar que ahora será nuestro hogar.

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El más votado por la comunidad

Imagen de perfilJAQUE MATE AL JUEZ… O DEVOLVÉRSELO…

Francisco Javier García Ballesteros 

El nuevo formato del “Masters Chess Jurists 2022” acaparaba mi atención. Me batiría en interesantes duelos ajedrecísticos contra juristas internacionales. Horas antes de viajar a Melbourne, yo sudaba en un juicio que no me esmeré en repasar. Me autodefendía de un cliente por apropiación indebida de una provisión de fondos. Mi enroque no prosperó y fui condenado “in voce”. Pero no importaba... Devolvería el dinero, abonaría la multita y a volar… Era el último juicio y aquel apresurado Juez dijo: -Letrado, puede que no entre en prisión, pero olvida otras consecuencias… Es usted mejor ajedrecista que jurista… De vuelta a la realidad, hablé con mi gestor del visado. Denegado por antecedentes penales. No viajaría. Poco después, el hallazgo de un billete de avión extraviado me reveló que no era casualidad que el Juez pusiera rumbo a Melbourne. En mi mano estaba la última jugada: Jaque Mate al Juez… o devolvérselo…

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Relatos seleccionados

  • Imagen de perfilStultorum infinitus est numerus

    Maite R. Valtierra 

    Soñar que nos falta una asignatura para terminar la carrera es una pesadilla bastante habitual. Los psicólogos tienen una interesante teoría al respecto: que esas pesadillas nos preparan para situaciones de estrés y nos ponen en formato alerta. Pero el problema es cuando te ocurre de verdad.
    Para trabajar en el extranjero me exigían el título visado, pero… me faltaba una asignatura para terminar la licenciatura (Really?!!!!). Llevaba 10 años trabajando como experto en DigitalLaw&LegalTech, especializado en bigdata, cloud services business y blockchain, y resulta que tenía todavía una asignatura pendiente: derecho romano.
    Oh my God, me tocaba ir de vuelta a la facultad y repasar mis viejos volúmenes!!!
    El examen fue oral y cuando me pidieron que explicara la «enfiteusis» sólo pude contestar:
    —¿La enfiqué????!!!
    Me suspendieron, pero ¿a quién le importa el derecho romano y esos latinajos que sólo sirven para darse pisto? I don´t give a shit…

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  • Imagen de perfilVEINTIDÓS MINUTOS

    Miguel Ángel García Rodríguez 

    Es agotador tener que aguantar las risas constantes. Cuando parece que el juicio se pone interesante, de nuevo vuelta a las carcajadas ante el comentario jocoso de alguien.
    La gente parece que no se toma la vida en serio y, por desgracia, muchas veces yo tampoco.
    El juez emite veredictos locos, los acusados parece que están más pendientes de hacer la gracia que de su sentencia y mis compañeros de trabajo solo cuentan situaciones ridículas que les han sucedido en su tiempo libre.
    Pero, lo que peor llevo, es aparecer en un juicio sin repasar nada previamente.
    Muchas veces pienso que estoy atrapado y quiero huir, pedir un visado al país de nunca jamás y escapar. Pero, al finalizar, tras la misma musiquilla de siempre y con los insoportables títulos de crédito sobre mi cara, sé que al día siguiente volverá el formato de los veintidós minutos de agonía.

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  • Imagen de perfilUna visita inesperada

    José Manuel Dorrego Sáenz 

    Hoy ha llegado a mi isla desierta un nuevo náufrago. Que trabaja para “Mc Foreman Abogados”, dice. Me ha preguntado si en la isla hay cobertura, que tiene que repasar no sé qué caso. Y ha añadido:
    —Llámeme X: anonimato ante todo.
    Después, sacudiendo en el aire una hoja, ha mascullado:
    —Visado en formato papel: esto abre muchas puertas, muchacho.
    Luego me ha dado un taquito de tarjetas de visita (“sería interesante que te grabaras mi nombre a fuego”, ha dicho), me ha contado un par de anécdotas de cuando trabajaba en un bufete de Massachussets y, mirándome de arriba abajo, ha sentenciado:
    —Chico, estoy de vuelta de todo y a ti te veo mal aspecto: deberías vigilar el colesterol, hacer algo de ejercicio... ¡ Francamente, estás hecho una maldita piltrafa¡¡.
    Finalmente se ha recostado sobre la palmera con su sombrero Panamá y ha susurrado:
    —Despiértame a las ocho, chaval.

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  • Imagen de perfilDEBER INEXCUSABLE

    Joaquín Gomis Ten 

    Se había dado la vuelta para mirarlo fijamente. Traje impecable, zapatos caros, pelo aplastado hacia atrás y corbata a lunares. Tenía que ser Pedro Ramírez, compañero de carrera.
    –Pedro, ¿cómo tú por aquí? –preguntó Sonia, fiscal en la Audiencia Nacional.
    El letrado de corbata de lunares y porte interesante le miró con atención evocando mentalmente aquellas facciones.
    –¡Sonia! –dijo acercándose para darle un abrazo–. No te lo vas a creer, pero tengo que repasar estas leyes –dijo levantando unos legajos en el aire.
    Pedro estaba agobiado. Aquel no era su Juzgado de Primera Instancia en el que trabajaba y se encontraba desubicado.
    Sonia hizo cara de no haber entendido la situación.
    –Presenté un recurso de exoneración, visado por registro de entrada, pero su señoría me reprendió diciendo que debía dar ejemplo.
    –Pero, ¿qué ha ocurrido? –dijo ella.
    –Me han elegido para un jurado popular. Odio este formato.

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  • Imagen de perfilJAQUE MATE AL JUEZ… O DEVOLVÉRSELO…

    Francisco Javier García Ballesteros 

    El nuevo formato del “Masters Chess Jurists 2022” acaparaba mi atención. Me batiría en interesantes duelos ajedrecísticos contra juristas internacionales. Horas antes de viajar a Melbourne, yo sudaba en un juicio que no me esmeré en repasar. Me autodefendía de un cliente por apropiación indebida de una provisión de fondos. Mi enroque no prosperó y fui condenado “in voce”. Pero no importaba... Devolvería el dinero, abonaría la multita y a volar…

    Era el último juicio y aquel apresurado Juez dijo:
    -Letrado, puede que no entre en prisión, pero olvida otras consecuencias… Es usted mejor ajedrecista que jurista…

    De vuelta a la realidad, hablé con mi gestor del visado. Denegado por antecedentes penales. No viajaría. Poco después, el hallazgo de un billete de avión extraviado me reveló que no era casualidad que el Juez pusiera rumbo a Melbourne. En mi mano estaba la última jugada: Jaque Mate al Juez… o devolvérselo…

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  • Imagen de perfilAlter ego

    GONZALO HERRÁN DE LÉNIZ 

    Avanzo solemne por la sala. Me enfundo la toga y la persona se desvanece. Una oscura presencia asoma por el cuello de la prenda. Un personaje capaz de enfrentar todo propósito y toda duda; también, las incertidumbres que, otrora, inquietaran a la titubeante persona. La conversión, únicamente resulta ser interesante para la pudorosa fragilidad transmutada en arrogante alter ego.

    Debo repasar mi despliegue dialéctico; Cicerón dixit: “No existe nada tan extraordinario que la oratoria no convierta en aceptable”. La puesta en escena ha completado su formato. El juez otorga su visado, el espectáculo puede comenzar...

    Finalmente y ya de vuelta, abandono al personaje bajo la desinflada e inerme toga que, ahora, yace solitaria en los dominios de su templo. En un lugar similar a la profundidad de la cueva en donde, tiempo atrás, las ortopedias de la consciencia humana garabatearon ocres figuras sobre pétreas paredes para propiciar hechizos muy parecidos.

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  • Imagen de perfilEl visador visado

    maria pilar marco 

    La joven abogada subió a fiscalía para llegar a una conformidad con el fiscal. Tras repasar el escrito de acusación, se dio cuenta de que el visado estaba mal y la pena no correspondía al delito. Farfullando tímidamente, le dijo al fiscal: “tal vez deberías decirle a tu jefe que le diera una vuelta”.
    El fiscal, con mirada inteligente le dijo: “Es interesante. Se lo he dicho a mi jefe pero me ha dicho que no cambiara el formato y que siguiera con esa acusación. Voy a hablar con el”.
    El visador sonriente, procedió a salir a hablar con la abogada y cuando esta le vio, empezó a reir y lo entendió. Era una trampa de ese Fiscal, su antiguo profesor de Penal que siempre le dijo que debía repasar a fondo los escritos y defender de la mejor manera a quienes han representaba. Misión cumplida.

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  • Imagen de perfilUn testimonio incómodo

    JUAN PEDRO AGÜERA ORTEGA 

    La cola de embarque parece eterna. Después de tres años con el visado caducado, me obligan a regresar. Jamás pensé que me expulsarían, queda tanto por hacer en el campo de refugiados, pero un abogado occidental resulta molesto para las autoridades. Prefieren que no haya testigos de su genocidio encubierto: un formato simple y eficaz para reducir población extranjera, la hambruna.
    El encendido de los motores constata lo inevitable. Saco de mi maletín la agenda que no volveré a repasar. Entre sus páginas, los casos pendientes: las peticiones de asilo de Yamir, Gnime, Yulema y tantos otros; las citas en las diferentes embajadas, los recursos en trámite contra cada solicitud denegada...
    Mi vuelta resulta amarga, siento como si los abandonara, pero no pienso resignarme. Por poco interesante que les parezca, inundaré las redes con todo el material gráfico recopilado y conseguiré que Europa deje de mirar hacia otro lado.

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  • Imagen de perfilVUELO DE POCA ALTURA

    Alvaro Lopez Cabello 

    Tuve demasiadas horas para repasar la defensa mientras esperaba que se retomase el vuelo de vuelta. Casi expira algún visado antes de que embarcásemos y por poco nos dejan con la solicitud en tierra. Cuando por fin despegamos, turbulencias.

    Después de una cabezadita, abrí el portátil con formato 3:2, me puse los auriculares y entré en la sesión. Celebraba un juicio a doce mil metros de altura. Ni un espacio habilitado, y eso que la aerolínea era mi clienta. Un pasajero tenía el morro de pedir una indemnización cuando el día de salida había estado en un burdel sin echar cuentas del vuelo. Durante mis intervenciones pasó el carrito de comida poco interesante y se oía el ronquido del señor de atrás. Antes de salir cayeron las máscaras de oxígeno. Aterrizaje de emergencia. Grité que al demandante no le pagarían ni un centavo, pero juré que a mí sí.

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  • Imagen de perfilPaz

    RAFAEL LAPIEDRA MESEGUER 

    Día duro en el despacho, como tantos otros. Dos juicios, cada uno más interesante que el anterior, una vista sobre medidas cautelares y un sinfín de correos electrónicos justificaban su cansancio llegada la noche. Tras repasar la agenda de señalamientos del día siguiente, como hacía habitualmente, decidió marcharse.

    De vuelta a casa, pensó en prepararse una suculenta cena, acompañada de un buen Merlot Veneto, y finalizar la velada disfrutando del clásico “Casablanca” que había adquirido recientemente, en un nuevo formato Blu-ray remasterizado.

    Pero al llegar a casa, recordó a Salama, la hija pequeña de la familia senegalesa que tenía como vecinos. Buenos vecinos, aunque eso no fuera un argumento jurídico a incluir en el recurso contencioso-administrativo que tenía que preparar para recurrir la revocación de sus visados. No obstante, para él sí que era un motivo más que suficiente para sustituir el Merlot Veneto por su Memento de Extranjería.

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  • Imagen de perfilETERNO PROFESOR DE DERECHO

    María Dolores Navarro Esteban 

    De vuelta a clase, al formato de repasar continuamente los epígrafes del temario para no olvidarlo. Todo igual que siempre; tedioso y monótono. Lo único interesante es jugar a acertar en qué parte del holl de la universidad estará este curso el profesor de Filosofía y Derecho Jeremy Bentham, para darnos la bienvenida. Curso tras curso, nos recibe diariamente con su amable sonrisa a los cientos de estudiantes que pasamos delante de él antes de entrar al aula. Siempre elegante, aunque con un atuendo pasado de moda, nos da el visado a los nuestros sin ni siquiera parpadear, sin ni siquiera mover esos ojos brillantes y vidriosos con los que nos mira sin ver desde su urna de cristal.

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  • Imagen de perfilLLUVIA DE REALIDAD

    Manuel Jose Diaz Portero 

    La lluvia bailaba sobre mi paraguas. Una tormenta furiosa zarandeaba la ciudad. De vuelta al despacho decidí tomar el autobús. Me apresuré a acomodarme en su interior. El lento caminar me invitaba a repasar algunos asuntos pendientes que se agolpaban en mi cabeza mientras observaba a los pasajeros. Alguien ojeaba el periódico local y allí estaba yo en la contraportada. Pequeño reportaje sobre nuestro bufete especialista en tramitación de visados.
    Mi ego se expandía vertiginoso igual que el Mercadona por todos los barrios. Al sentarse lo coloca cuidadosamente en su asiento y siento como, lentamente, toda su humanidad va aplastando mi rostro ahogando mi ego.
    Al llegar su parada lo arruga y lo arroja a la papelera. Mi triste figura en formato garabato en papel arrugado.
    Recojo mi maletín, abandono el bus y veo mi reflejo nada interesante deformado en un charco. Ya sabéis, la fama es efímera.

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  • Imagen de perfilRestitutio in integrum

    María Sergia Martín González- towanda 

    A efectos legales, estoy muerta por un error burocrático. Pero hoy conseguí demostrarlo...

    Febrero 2002. Una noche me vi involucrada en una reyerta. Alguien, muy parecida a mí, quedó malherida en el suelo. Al parecer, sufrió heridas graves. Días después, la muerte vino a buscarme. Traía una orden. El desconcierto o mi juventud me impidieron defenderme y hube de morir. Repentinamente. Sin despedirme.

    Durante años y, tras repasar la lingüística del sumario, presenté recursos en mil formatos en cada Tribunal Celestial. Todos, desestimados. Pude convertirme en espectro, pero en lugar de flaquear estudié leyes. Tras años de juicio eterno he logrado que la justicia triunfara.

    Ahora, con el visado que me traerá de vuelta, me da pereza solicitar la ejecución de sentencia y continuar una vida que ya no me apetece. Aquí he hecho amigos, tengo mi propio bufete, buenos clientes y, lo mejor, he conocido a alguien tremendamente interesante.

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  • Imagen de perfilLEYES MUERTAS

    Ángel Montoro Valverde 

    En mi oficio, conocer la ley es un visado para el éxito, el arma para usar en estrados, buscando las vueltas al contrario. En mi vida, sin embargo, me la salto cuando puedo. Pero el lunes tiré un envoltorio en el parque y al volver al despacho encontré a la nada interesante Ordenanza de Urbanidad y Convivencia cubierta de hematomas. Días después, tras saltarme un stop, el Código de Circulación apareció salpicado de sangre. El jueves, cuando presenté la renta, era la Ley General Tributaria en formato digital quien padecía heridas inciso-contusas. Hoy he quedado con mi socio para repasar las cuentas y repartir beneficios. Mi sorpresa es que su Código Penal sangra a borbotones, mientras noto en mi espalda la punzante hoja de un abrecartas.

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  • Imagen de perfilEL REPASO

    Manuel de la Peña Garrido 

    - No basta una petición de perdón, estilo Papa, del Imperio. Es de justicia, asimismo, que el Juzgado reconozca la indemnización reclamada.
    - ¿Acaso pretende la actora enfrentar a pueblos hermanos? ¿Exigir visado a ciudadanos europeos? No cabe utilizar este formato procesal para revisionismos históricos, dar vueltas sobre sucesos pretéritos, juzgar anacrónicamente hechos prescritos. Tal planteamiento no resulta siquiera interesante para un debate académico.
    - Denunciamos la colonización, la civilización a sangre y fuego de los bárbaros…
    - ¿Renuncia entonces la parte a pleitear en lengua romance, a usar latinajos o normas basadas en el Derecho romano…? -inquiere su señoría.
    El abogado de la Asociación de Defensa de los Pueblos Hispánicos enmudece. Pensaba repasar las tropelías de Escipión, el sitio de Numancia, la sobreexplotación de Las Médulas… Pero no sabe ni papa de celtíbero ni de Derecho prerromano. Se consuela recordando que El Jabato y Astérix tampoco hablaban lenguas vernáculas.

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  • Imagen de perfilVOCACIÓN POR LA ABOGACÍA

    Gema Mª Ortega Expósito 

    Hoy sentía una adrenalina especial ya casi olvidada; volvía al ruedo legal para defender un interesante asunto sobre derecho medioambiental.
    Asió la toga que hacía veinte años había colgado en un rincón recóndito del vestidor y la guardó en su maletín.
    Marchó camino de su despacho portando en su cartera su antiguo visado de abogada.
    Al entrar en su lugar de trabajo reparó en el paso del tiempo, no porque se encontrara abrumada por las extensas modificaciones legislativas, sino porque apreciaba que el formato digital dominaba ahora la profesión.
    Recordó el día en que, tras darle varias vueltas, decidió, emocionada y reticente, abandonar la profesión por una dedicación que le ofrecería, a su juicio, una mayor seguridad económica.
    Al mismo tiempo, no pudo evitar repasar mentalmente la dulce sensación que le habían producido las batallas legales luchadas.
    Sonrió porque el futuro resultaba prometedor; retomar el ejercicio de su verdadera vocación.

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  • Imagen de perfilOrigen

    Miguel Ángel Arana Martínez 

    Está claro que repasar la Ley de Extranjería no le va a servir de nada. El policía a cargo del caso tampoco puede aclararle gran cosa.
    - ¿Figura algún visado en su pasaporte?
    - No tiene.
    - ¿Un apátrida?
    - Mmmm... Será mejor que lo valore usted mismo. Creo que considerará que es un caso interesante -dice, franqueándole el paso.
    Intrigado, el letrado de guardia accede a la salita. Un espejo unidireccional de gran formato le permite ver al detenido. Se queda perplejo.
    - Pero... Esto es... ¿Qué pretenden que haga?
    - Lo de siempre. Después de que el Juez vea el caso, supongo que lo mandaremos de vuelta.
    - Será difícil si desconocen su origen.
    El cliente se gira hacia el espejo y parece verlos. Sonríe con despreocupación, enseñando todos los dientes. Su piel azulada refulge y hace destacar cinco bonitos ojos amarillos.

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  • Imagen de perfilPREJUICIOS

    Esteban Torres Sagra 

    Ella vino en formato “rubia”. Monísima y, por consiguiente, con el coeficiente intelectual de una medusa, pensé.
    Elle con un look interesante: barba hipster, minifalda y taconazos de vértigo.
    Cuando los contrataron me salió de dentro, por lo bajini: ¡Ay, asín les caiga una tormenta de diarreas!
    Pero al mes ya le consultábamos a la barby hasta el encabezamiento de los recursos, y Conchita Wurst nos ayudaba a repasar los fundamentos jurídicos en cada caso. Parecía que los llevaba escritos en la vuelta de sus pestañas falsas, el jodíe.
    Pronto les ofrecieron un ascenso.
    ¡Ajolá que se vean como una bombilla, corgaos der techo y con las tripas ardiendo! -murmuré al enterarme.
    Eso sí, somos, con diferencia, el bufete especialista en conseguir visados a emigrantes más moderno e integrador del país: una muñeca plenipotenciaria, un trans como jefe de departamento y una servidora, la primera gitana socia de pleno derecho.

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  • Imagen de perfilAPENAS 0,5 KM2

    LUIS DAVID SAN JUAN PAJARES 

    Caso interesante el que ha caído en mis manos, inaudito. No hago más que repasar las circunstancias por las que mi cliente ha sido arrestado y no sé cómo abordar el asunto. No existen precedentes, no logró encajarlo en ningún formato ni reducirlo a ningún patrón establecido. «Varón de 85 años, extranjero, indocumentado, completamente vestido de uniforme, retenido e incomunicado por invasión flagrante de un territorio soberano».

    Y digo yo, ¿cuándo se ha visto que el Papa tenga que llevar visado cuando le apetece dar una vuelta por los alrededores de su casa?

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  • Imagen de perfilENMASCARADO

    Juan Carlos García Pombo 

    Al repasar el escenario del crimen evocaba sentimientos de justicia que creía olvidados. Lograba encontrar una vieja cámara instantánea que al tocarla fotografió la oscuridad del escenario, podía apreciar que en el formato de la fotografía aparecía una imagen, advertía un rostro que estaba espiando desde la oscuridad. Con la linterna resultaba interesante observar que la imagen se volvía más nítida por momentos, creía que se trataba de uno de los policías, hasta que se reveló un cuchillo en su mano al instante que atravesaba mi espalda.
    Al caer al suelo escuchaba sus pasos alejándose, sorprendido por reconocer en la fotografía que llevaba mascara. Los policías encendieron la luz, tumbado en el suelo podía observar que había un pasaporte debajo del sofá con su debido visado, siendo vital para identificar al autor. Permitiendo llevar de vuelta al banquillo de los acusados al reincidente con máscara de "Harvey Dent".

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  • Imagen de perfilLicentia ubique docendi

    María del Mar Suárez Sanabria 

    Miro a mi hija. Y ella a mí. Quiere irse, dice, a explorar los arrecifes de coral al Caribe, para repasar como se reproducen las esponjas de mar. Argumenta que no necesita visado, que tiene la edad y la preparación necesaria para la inmersión. Y concluye que será mejor y más interesante bióloga marina después de esta experiencia. En su madurez no vivida, me recrimina el formato de mis latinajos. Y sonríe debajo del bigote por como utilizo los vocablos. Aunque yo, acostumbrado a la toga, le pongo en un brete cuando le replico que sin vocablos y latinajos no hubiéramos llegado hasta aquí.
    El caso es que le recuerdo que la parte económica, requisito sine qua non para su aventura de ida y vuelta, depende enteramente de mí. Y ufano me siento como San Raimundo de Peñafort.

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  • Imagen de perfilCien años de perdón

    Claudio Damian Colfer 

    A la vuelta del juzgado, en una mesa de bar, el equipo encargado de la defensa se dedicaba a repasar la estrategia para conseguir que se absuelva de culpa y cargo al más interesante grupo de clientes.
    Se los acusaba de haber entrado al país sin el correspondiente visado, de alterar el orden público y principalmente de pergeñar y llevar a cabo con éxito el robo al Museo Británico.
    La prensa mundial estaba conmocionada y pendiente del caso. Las encuestas en cualquier tipo de formato marcaban un fuerte apoyo hacia los procesados.
    De aquellos intrépidos solo pudieron ser detenidos el toro, el cocodrilo y el hipopótamo.
    Se cree que el halcón, el buitre, un pequeño gato y el escarabajo ya estarían en Egipto con las joyas, amuletos y otras reliquias.
    El único propósito de aquella aventura era volver a depositar ese tesoro en las tumbas profanadas de los antiguos faraones.

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  • Imagen de perfilLuz para dar a luz

    Anna Jorba Ricart 

    Hemos creado una sección en la que de manera altruista intentamos mejorar las condiciones de trabajo de los más desfavorecidos, víctimas de contratos abusivos que vulneran sus derechos.
    De vuelta de las vacaciones me pongo a repasar expedientes y me entra un caso nuevo de despido. Mujer, extranjera y embarazada.
    El formalismo es clave. Recabamos información con un formato sencillo que sea comprendido con facilidad. Actuamos rápido dado los cortos plazos de caducidad para defender su puesto de trabajo y su derecho de conciliación familiar.
    No comprendemos las críticas materialistas a nuestras tareas no remuneradas cuando para nosotros es tan satisfactorio e interesante. Para mi lo importante es no olvidar cuando, huyendo de la guerra, conseguí un visado para entrar en el país y este trabajo, gracias a la ayuda de quien ahora es mi compañero de despacho.
    ¡ah! Vjekoslava ya tiene reducción de jornada para cuidar a su pequeño.

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  • Imagen de perfilDestinos, los justos

    Marta Trutxuelo García 

    Por primera vez me lo remitían vía electrónica. El formato era novedoso pero resultaba más interesante su contenido, que pasé a repasar con mis abogados. Era, efectivamente, la renovación de mi contrato de prestación de servicios, visado y firmado. Mientras uno de mis letrados afirmaba que se alteraban sustancialmente mis tareas, el otro, en una vuelta de tuerca, decía que apenas era una reinterpretación de mis cometidos La cláusula de excepcionalidad para uso alternativo de mis herramientas de trabajo equilibró el parecer entre ambos togados. Así que acepté el cambio de destino de mi jornada laboral: mis platillos dorados seguirán sirviendo a fines de equidad y ecuanimidad, aunque caigan bajo el peso de objetivos más prosaicos: controlar la exportación del trigo ucraniano, mientras mis ojos, bajo mi venda, lloran impotentes por la guerra. Soy la Justicia y mi balanza está al servicio tanto de un juzgado como de una frontera.

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  • Imagen de perfilEl personaje

    Antonia Rico Soliveres 

    Es una persona interesante. Le gusta contar historias de sus aventuras por esos mundos de Dios. En uno de sus viajes casi le devora un tiburón y en otro se puso precio a su cabeza y tuvo que salir del país oculto en un baúl, y tampoco fue fácil conseguir un visado para quedarse en otro país del que también casi tuvo que huir. Ahora es un venerable anciano que viene a visitarme para repasar su declaración. Hemos preparado un formato breve, ya que a veces se le van las ideas de la mente. Hay días que no recuerda quién es y otros en los que es capaz de contar todo con pelos y señales. Ahora se enfrenta a la situación más dura de su vida, aunque parezca increíble con todo lo que ha pasado: sus hijos quieren que se declare su incapacidad para llevarlo de vuelta al asilo.

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  • Imagen de perfilMoussa

    David Villar Cembellín 

    La primera vez que vi a Moussa estaba cuidando un parterre de los jardines del juzgado. Me gustó su gesto ensimismado y la forma que tenía de repasar la tierra. Para otoño ya éramos amigos. Mientras recogía hojas, me contó su viaje desde Mali —«apuesto que no sabrías ubicarlo en el mapa»— y que casi muere al atravesar el Mediterráneo. Moussa relata una pesadilla de naufragio y ser salvado por una ONG española. Entre lágrimas también confiesa que llegó sin visado y que pronto terminará su permiso de residencia temporal. Como abogado, me ofrezco a ayudarle. Juntos damos vueltas por ventanillas administrativas, rellenamos formatos de permisos de trabajo y discutimos con funcionarios que ponen trabas. El proceso es interesante, pero farragoso. Cuando finalmente le notifican que podrá quedarse en España, Moussa coge mi mano y la apoya sobre su pecho. Moussa significa «hijo», dice, y siento latir su corazón.

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  • Imagen de perfilPALABRAS DE ÁNIMO

    Ana Isabel Rodríguez Vázquez 

    Mi familia tenía el formato perfecto, pero hace unos meses todo cambió.
    Sin visado de estancia, ni aviso previo, el infortunio llamó a nuestra puerta y me obligó a tomar,en solitario, las riendas de la vida.
    Ahora intento conciliar mis largas jornadas en el despacho con la vuelta al cole de mi hija. Repasar la lista de libros y material escolar, sin abandonar el turno de oficio, y compensar mis ausencias con alguna actividad interesante.
    A veces siento que no puedo con todo. La situación me supera y me derrumbo... Entonces mi pequeña corre a abrazarme, demostrando su enorme fortaleza. Sus palabras son el mejor estímulo para seguir luchando:
    - No te preocupes, todo irá bien. Mientras tú preparas la cena, yo pongo la mesa y recojo mi cuarto. Y sécate esas lágrimas, que a mamá no le gustaría verte llorar.

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  • Imagen de perfilMiradas inéditas

    Antonio Presencia Crespo 

    Me encontraba nervioso. Me arreglé el nudo de la corbata. Empecé a repasar mi intervención mientras los magistrados hacían comentarios entre ellos y me miraban con una sonrisa, o eso me pareció. Conocía bien la Ley de Extranjería, difícil pero interesante, y el formato de la vista no me era ajeno. Sin embargo, la fiscal me observaba con una mirada entrañable. También el abogado de la otra parte me dio unas palabras de ánimo y apoyo. Incluso mi defendido me contemplaba con ternura. Parecía no preocuparle haber entrado sin visado, y que estuvieran a punto de mandarle de vuelta a su país.
    Gracias a Dios todo fue bien durante la vista, pero lo que tanto temía ocurrió. El Presidente de la Sala dejó su lugar en el tribunal, y antes de que yo dejara la sala, se acercó y alzando los brazos gritó con gran voz: ¡Feliz jubilación!

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