Leticia Morillo Canales
Microrrelatos publicados
COMO EL REY SALOMÓN
Me sentí como el rey Salomón cuando mis vecinos vinieron a casa en busca de asesoramiento jurídico. El rechazo a la custodia compartida requería estudiar otras opciones para alcanzar un consenso. Así, en mi afán por mediar en aquella confrontación escuché con atención sus alegatos. Él decía que se había trasladado a una casa en el campo donde la criatura podría correr, jugar y saltar. Ella, que siempre había sido la encargada de su cartilla de vacunación, sus dolencias y alimentación.
Formulé mi alternativa en forma de pregunta:
—¿Qué hacemos? ¿Lo partimos por la mitad?
Ambos callaron. Observé al ser peludo de cuatro patas, escudriñando en su mirada una resolución. En ese momento mi hijo, que jugaba cerca en el salón convertido en bufete, gritó:
—¡No, papá, no! ¡No le hagas daño!
El animal corrió hasta él y se fundieron en un abrazo. Sonreí. Mi veredicto estaba claro.| Enero 2023
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 8SÍNDROME DE ULISES
Debía repasar toda la documentación antes de presentarla. Frente a impresos de formato imposible, certificados, datos y fechas, sobrevolé fugazmente sobre mi propia vida. Algunos dirían que es interesante. He viajado mucho, eso es verdad, pero pocos se cuestionan el desarraigo que vertebra mis días. Mi corazón, mi tierra, mi gente siguen anclados al otro lado del océano ¿Y el dolor? ¿Qué me decís del dolor? La foto de mi hijo, tomada a la edad de tres años, acumula en sus arrugas ambarinas los incontables besos que le doy cada mañana, cada noche. Hoy tiene once y gracias a Marina, la abogada en cuya casa trabajo desde mi llegada a España hace dos años, mi anhelo de tenerlo conmigo se hace tangible. Y es que ahora tramito su visado para posibilitar la vuelta soñada a nuestra vida juntos en este lugar que ahora será nuestro hogar.
| Septiembre 2022
Finalista
Votos recibidos por la Comunidad: 13Y SE HIZO LA LUZ
El destinatario era yo, estaba claro. La factura de mi compañía de electricidad presentaba el desglose habitual: período de facturación, potencia contratada..., pero aquel importe desorbitado sobrepasaba claramente las cifras recitadas diariamente por los medios de comunicación. Me lancé rápidamente a navegar por internet. Rastreé opiniones de otros usuarios con los que empatizar y encontrar consuelo ante una desgracia común. Muchos de ellos habían obtenido un pronunciamiento desestimatorio a sus pretensiones, aumentando mi desesperación. Yo era de los que habían racionalizado el consumo e incluso tenía configurada una alarma que coincidía con el inicio de la hora valle. No podía hacer otra cosa, trabajando a comisión y con el yugo de la pandemia. Conversando después con una abogada de mi bufete vi la luz: ¿y si fuese víctima de un enganche ilegal? Pensé entonces en mi vecino Mateo y su presunta afición por el cultivo de hierbas de la risa.
| Febrero 2022
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 13