Imagen de perfilSÍNDROME DE ULISES

Leticia Morillo Canales 

Debía repasar toda la documentación antes de presentarla. Frente a impresos de formato imposible, certificados, datos y fechas, sobrevolé fugazmente sobre mi propia vida. Algunos dirían que es interesante. He viajado mucho, eso es verdad, pero pocos se cuestionan el desarraigo que vertebra mis días. Mi corazón, mi tierra, mi gente siguen anclados al otro lado del océano ¿Y el dolor? ¿Qué me decís del dolor? La foto de mi hijo, tomada a la edad de tres años, acumula en sus arrugas ambarinas los incontables besos que le doy cada mañana, cada noche. Hoy tiene once y gracias a Marina, la abogada en cuya casa trabajo desde mi llegada a España hace dos años, mi anhelo de tenerlo conmigo se hace tangible. Y es que ahora tramito su visado para posibilitar la vuelta soñada a nuestra vida juntos en este lugar que ahora será nuestro hogar.

 

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