Imagen de perfilPALABRAS DE ÁNIMO

Ana Isabel Rodríguez Vázquez 

Mi familia tenía el formato perfecto, pero hace unos meses todo cambió.
Sin visado de estancia, ni aviso previo, el infortunio llamó a nuestra puerta y me obligó a tomar,en solitario, las riendas de la vida.
Ahora intento conciliar mis largas jornadas en el despacho con la vuelta al cole de mi hija. Repasar la lista de libros y material escolar, sin abandonar el turno de oficio, y compensar mis ausencias con alguna actividad interesante.
A veces siento que no puedo con todo. La situación me supera y me derrumbo… Entonces mi pequeña corre a abrazarme, demostrando su enorme fortaleza. Sus palabras son el mejor estímulo para seguir luchando:
– No te preocupes, todo irá bien. Mientras tú preparas la cena, yo pongo la mesa y recojo mi cuarto. Y sécate esas lágrimas, que a mamá no le gustaría verte llorar.

 

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