XV Concurso de Microrrelatos sobre Abogados

Ganador del Mes

Imagen de perfilInterposición rechazada

Antonio Presencia Crespo 

Le informé a su señoría de que el método por el que se habían obtenido las pruebas era lícito. La jueza respondió con firmeza que eso le tocaba a ella decirlo. Insistí, quizás demasiado, que a mi entender, la investigación había sido rigurosa. Entonces, me miró en silencio, se quitó las gafas lentamente y me preguntó con seriedad si me quería postular para sustituirla como juez. Ahí se acabó la audiencia pública y ella siguió estudiando el expediente. Yo me recosté en mi lado de la cama e intenté dormir. Pensaba que la conciliación laboral de los jueces nos daba, a los cónyuges, la oportunidad de opinar, pero ya se ve que no. Tiene suerte de que no soy jurista, de lo contrario mañana por la noche apelaría en “casación”, que no sé lo que es, pero supongo que será el recurso que nos queda a los "casados" con jueces.

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El más votado por la comunidad

Imagen de perfilInterposición rechazada

Antonio Presencia Crespo 

Le informé a su señoría de que el método por el que se habían obtenido las pruebas era lícito. La jueza respondió con firmeza que eso le tocaba a ella decirlo. Insistí, quizás demasiado, que a mi entender, la investigación había sido rigurosa. Entonces, me miró en silencio, se quitó las gafas lentamente y me preguntó con seriedad si me quería postular para sustituirla como juez. Ahí se acabó la audiencia pública y ella siguió estudiando el expediente. Yo me recosté en mi lado de la cama e intenté dormir. Pensaba que la conciliación laboral de los jueces nos daba, a los cónyuges, la oportunidad de opinar, pero ya se ve que no. Tiene suerte de que no soy jurista, de lo contrario mañana por la noche apelaría en “casación”, que no sé lo que es, pero supongo que será el recurso que nos queda a los "casados" con jueces.

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Relatos seleccionados

  • Imagen de perfilLOS SUEÑOS, SUEÑOS SON

    María Dolores Moya Gómez 

    Marta está centrada en la investigación de su nuevo caso, intenta postular la mejor defensa para su cliente: una joven de veinte años, acusada de asfixiar a su abuela. El teléfono suena una y otra vez. Descuelga: su hija la necesita como conciliación familiar durante unos días y le enviará a su nieta.

    Nada más apagar el despertador, su nieta se abalanza sobre ella con una almohada entre sus manos:
    -No es lícito que sigas viviendo, ya estás vieja y no sirves para nada. Si no estás de acuerdo, pide audiencia con el Todopoderoso y que te resucite.

    Marta se despierta sobresaltada. Suspira, ha sido una pesadilla. Su nieta está sentada junto a ella, en el sofá; ve dibujos. Observa que su muñeca tiene el tronco separado de la cabeza.
    -¿Qué le ha pasado a tu muñeca, cielo? -pregunta Marta, extrañada.
    -¡Que ya está vieja y no sirve para nada!

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  • Imagen de perfilDame argumentos que no razones

    Carlos Villanueva 

    Lo siento la audiencia ha terminado. Está listo para sentencia.

    Pero Señoría, no es lícito que no deje entrar a mi principal testigo, ya sé que ha sido a última hora, pero entienda las circunstancias, no ha sido fácil traerlo hasta aquí y lograr que acceda a declarar. Señoría la conciliación es posible.
    ¿Posible?, debió postular su alegato de manera más profesional. Por favor ni siquiera se ajusta a derecho.
    Pero la investigación lo dejaba claro.
    ¿La investigación? ¿Pero qué investigación? ni siquiera se personó en el lugar de los hechos. Todo lo que ha expuesto al respecto, me temo que es pura invención suya.
    ¿Cómo se atreve a descalificarme de esa manera?, no se lo permito.

    ¿Lo ve?, ya está usted perdiendo los estribos de nuevo.
    Es verdad.

    Anda recógelo todo antes de que venga tu madre y dile a tu hermana que no es necesario que invente nada.

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  • Imagen de perfilJekyll & Hyde

    Rubén Gozalo Ledesma 

    Es lícito utilizar cualquier argucia legal, pero durante la investigación los forenses acreditaron que dentro de mi cuerpo convivían dos personas. En la audiencia, la fiscalía trató de averiguar quién de los dos había provocado el accidente. Yo culpé a mi otro yo. Él a mí. Como no había testigos, mi abogado decidió postular una moción de desestimación basada en la falta de pruebas. El juez optó por una conciliación rápida entre las partes. A mí y a mi otro yo, no nos quedó más remedio que llegar a un acuerdo. Pagaríamos a medias una multa de 600 euros y visitaríamos al psiquiatra dos días por semana. Yo, los lunes y los jueves. Él, los martes y los viernes. La verdad es que esta situación sigue siendo un lío, pero al menos nuestras neuronas han encontrado algo de paz en mitad de todo este cacao mental.

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  • Imagen de perfil¿Y el verbo se hizo carne?

    Margarita Agueras Moreno 

    El año pasado obtuve un importante premio literario al que me presenté con el seudónimo del personaje que creé cuando solo tenía doce años, y cuyo carisma me ha proporcionado múltiples éxitos.

    La novela se sitúa entre las más vendidas. Empleé años en reinventar y perfeccionar el personaje de Lola: igual la dedicaba a la investigación que a postular con una hucha, a defraudar, a mendigar o a estudiar física cuántica.

    Al principio me costaba imaginarla en diferente registros, después era ella la que, susurrando me dictaba insólitas historias. Yo solo tenía que deslizar mis dedos por el teclado del ordenador y escribir sus inauditas historias.

    En esta, mi última novela, de lícito éxito, modestia aparte, Lola era abogada y a pesar de estar siempre ocupada en una conciliación o una audiencia, ella sacaba un rato para transformar mis argumentos. Lo que jamás barrunté es que me denunciara por plagio.

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  • Imagen de perfilImposible olvidarte

    Carlos Alberto López Martínez 

    Siguen pasando los años y aún no te olvido. Y aunque mi memoria me falla cada vez más, según aparecen las arrugas en mi rostro y ya no quedan sino canas que peinar, continúo seguro de que llegará el 6 de agosto y recordaré tu rostro.

    ¿Por qué tuvo que pasarte a ti? La investigación policial demostró que ese monstruo te eligió al azar de entre todas las chicas que salían de aquella discoteca. Después de la condena, la tele lo entrevistó repetidamente para ganar audiencia, pero nunca desveló tu paradero.

    Sé que lo que haré no es lícito. No busco venganza. Ha pasado 24 años preso. Suficiente castigo. El abogado me ha explicado que su petición de reunirnos para buscar la conciliación le es necesaria para postular su libertad. Y yo lo quiero libre. Entonces, usaré el zulo del que no saldrá hasta que desvele dónde escondió tu cuerpo.

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  • Imagen de perfilEL GOLFO Y LA LETRADA

    Ruth González Poncela 

    Aquella mañana tenía una conciliación en la audiencia y un suceso insólito hizo que llegase tarde. Llevaba poco tiempo residiendo en la zona y apenas conocía a los vecinos. Por lo tanto era imposible que nadie conociese mi profesión de abogada. Justo al salir de casa, escuché que alguien golpeaba la puerta del jardín. Me asomé con curiosidad y allí estaba pidiendo auxilio con los ojos desencajados. Comprendí que algo grave le había sucedido y decidí que lo más idóneo sería emprender una investigación sin levantar la más mínima sospecha entre el vecindario. Ciertamente sobraban las palabras pero si su sexto sentido le había traído hasta mí, mi obligación moral era descubrir al culpable de su padecimiento y llevarlo ante el juez. Lo segundo fue postularme para su adopción. Imagino que a «Golfo» le pareció lícito este hecho porque desde entonces es el feliz guardián de mi hogar.

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  • Imagen de perfilBabushka

    MANUEL MORENO BELLOSILLO 

    La abogacía es una profesión exigente: juicios, audiencias, reuniones, demandas, recursos… Difícil de armonizar con la conciliación familiar, sobre todo si la familia es numerosa. A pesar de los años y los pesares mi marido y yo seguimos juntos, pero ahora advierto que él está siempre pendiente del móvil y no me pasa desapercibida su sonrisa cuando lee los mensajes que recibe. No me agrada, pero es lícito buscar otras ilusiones cuando el amor se pierde. Resulta difícil postular lo contrario si has sacrificado tu vida por tu profesión, no soy ninguna hipócrita. Tampoco necesito iniciar una investigación para saber quién hay detrás de esos mensajes: una joven rusa escultural, de labios turgentes y mirada insinuante que firma sus mensajes con el tierno apelativo de “babushka”. Significa abuela en ruso, pero me pareció que sonaba provocativo y cariñoso cuando creé ese perfil falso en las redes sociales.

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  • Imagen de perfilGritos en la noche

    Marla Contreras 

    Salió a la terraza de su casa a contemplar las estrellas y, de repente, allí estaba ella, yacía sin vida.

    Emprendió una investigación para esclarecer los hechos, se iba a postular como defensor de la verdad.

    En medio del arduo trabajo, encontró un testigo clave, no muy dispuesto a colaborar. Sabía que era hábil en conciliación, debía persuadirlo para que testificara en la audiencia.

    Cada paso que daba era lícito, iba a desenmarañar los hechos.

    Inesperadamente, oyó una voz gritar:
    - ¡Deja al gato, que te va a arañar!
    El gato corrió al regazo de su vecina.
    -Lo siento, Doña Isabel.
    -Soy yo la que te pide disculpas, Miau saltó a tu terraza y te rompió la flor.

    El fatídico desenlace de la flor quedó resuelto, como un enigma que se desvanece.

    Se sintió avergonzado, claramente, necesitaba unas vacaciones.

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  • Imagen de perfilMEJOR CON FLORES

    Rosalía Guerrero Jordán 

    Cuando Clara me habló de la investigación que estaba llevando a cabo en el laboratorio le expliqué que no era lícito usar semejante manipulación química para modificar la conducta humana. Ella contestó que solo se trataba de activar los mecanismos cerebrales de la empatía para así mejorar la conciliación entre las personas.
    Por supuesto, desoyó mis consejos legales, y también mis amenazas de no defenderla si la pillaban. Siempre fue muy cabezota, y al final acabé ayudándola a disolver aquel polvo rosa fucsia en la red de agua potable.
    La gente, poco a poco, dejó de discutir. Después, los programas del corazón vieron desplomarse su audiencia. Ahora, incluso se han acabado las guerras.
    Y aunque todavía hay quien bebe agua embotellada, en mi gremio nos estamos quedando sin trabajo. Creo que me voy a postular como jardinero: últimamente, todo el mundo se regala flores.

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  • Imagen de perfilSupuesto práctico

    María del Mar Suárez Sanabria 

    En la sala en la que iba a postular con vehemencia mis alegatos, para que se declarase la inocencia de mi defendida, la audiencia estaba expectante, mientras el fiscal me miraba con apatía. Ambos sabíamos que la investigación policial no había aportado ninguna prueba de cargo para que la condenasen. Más allá de la duda generada por ser la cuarta y última esposa de Don Braulio, el fallecido, y hermana de su segunda esposa desaparecida. Mi creencia en su inocencia era una presunción iuris et de iure, a la vez que un difícil caso de conciliación familiar. La asesina, hermana de la primera mujer del muerto, también desaparecida, era mi esposa.

    - ¿Es lícito que defienda a la acusada?

    -Esto es lo que deberéis argumentar en las dos horas que disponéis para realizar este examen de fin de grado, futuras abogadas y futuros abogados.

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  • Imagen de perfilThelma y Louise

    Ivan Humanes Bespín 

    Cada vez que tengo que clonarme es la misma historia: esterilizar probetas, cerrar con dos vueltas de llave y dar prioridad a la investigación. A la audiencia de esta mañana llegará mi versión tres, para la conciliación familiar tengo a mi seis, los clones dos y cuatro se dedican a postular en las urgencias penales. El uno soy yo, para dejar las cosas claras. Es lícito, ¿no? Eso le digo a mi esposo: que no hay nada regulado si de lo que se trata es de doblarse en dos o seis. Y que nadie se ha preocupado por nosotras, que no me venga con cuentos. Bueno, eso se le cuenta más bien mi cinco entre las sábanas, antes de dormir. No puedo permitirme descansar. Pronto estará listo mi siete. Alquilaremos un coche. Sí. Y escaparemos de la rutina mortal. Aunque evitaremos precipicios, eso sí.

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  • Imagen de perfilLos ojos de su padre

    María Gil Sierra 

    Un terrón de azúcar arrojado a un café hirviendo. Así resultó el nacimiento de Julia. Así de rápido se disolvió la conciliación en mi vida familiar. La decisión de postular a fiscal hasta aprobar las oposiciones fue un camino tan duro como lograr mi embarazo. Y ahora parecían universos divergentes. Por eso consideré lícito archivar la denuncia que acababa de recibir. Me faltaba tiempo libre. Y pensé que el asunto —un ginecólogo que supuestamente inseminaba a todas las pacientes con su esperma— era alimento para una audiencia de telebasura. Nada más. Aun así abrí el dosier y aparecieron las imágenes de los presuntos hijos. Sus miradas de color azul escarcha. Ni siquiera necesité leer el nombre del doctor para saberlo. Comencé con la investigación de inmediato. Sobre la mesa, una foto de Julia sonriendo a mi pareja y a mí. Sus ojos diferentes a los nuestros. De color azul escarcha.

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  • Imagen de perfilEl hombre contra la máquina

    FELIPE APARICIO HERNÁN 

    Una vez más, Gregorio cogía con ilusión su pluma para escribir un nuevo microrrelato y así postular su candidatura en un gremio que abandonó hace décadas. La abogacía no es lo que era y aunque en su día le permitió lograr cierta conciliación, aquella audiencia maldita le retiró de los focos.

    A través de una ardua investigación, Gregorio había averiguado que sus rivales por el premio mensual del microrrelato habían cambiado de nombres, apellidos e incluso identidad. ChatGPT se hacía llamar su máximo rival. Al contrario que sus predecesores, no parecía un simple robot, sino un 'plumilla' con unos argumentos y razonamientos dignos del mejor jurista.

    Gregorio consideraba lícito que ChatGPT utilizase sus armas para vencerle. Hay que adaptarse a los nuevos tiempos. Contra todo pronóstico se impuso tras una ajustada votación del jurado de letrados. El plus que pone el alma y empatía de los humanos fue la clave.

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  • Imagen de perfilEL ABOGADO

    ANA MARIA VIÑALS LORENTE 

    Cuando me asignan este tipo de casos, suelen preguntarme hasta qué punto es lícito defender a un asesino. Si sería capaz de dormir por las noches sabiendo que mis alegatos tal vez provoquen que un jurado, tribunal poco inclinado a la indulgencia ante este tipo de delitos, ponga en libertad a un individuo condenado de antemano por los medios. Medios que, para saciar a la voraz audiencia, retransmiten sin pudor la investigación realizada por la policía.

    La conciliación entre moral y justicia resulta difícil. Postular que nuestro oficio sea comprendido por la sociedad cuando la víctima es un niño, resulta imposible.

    No necesito ser amigo de mis clientes. Ni siquiera tienen por qué caerme bien. Sin embargo, debo procurarles una buena defensa.

    Por eso voy a emplearme a fondo para que alguien de su calaña no acabe entre rejas, pero recuérdelo: fuera del juzgado, usted para mí solo es escoria.

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  • Imagen de perfilDentro de lo malo

    Gabriel Pérez Martínez 

    Ya son meses echando horas extras en este caso. Yo, que siempre he luchado por la conciliación, y no veo a mi hija…
    La investigación que incriminaba a mi cliente tomó, ayer, un nuevo rumbo. De considerarlo el fiscal un asesino, pasó a ser inocente. Así lo llegó a postular en la última audiencia. Y era lógico: nuevas pruebas imputaban a otro, exonerando a mi defendido. Este quedó libre y no dudó en celebrar una fiesta a la que no podía faltar, aunque llevase quince horas sin ver a mi pequeña. Mi cliente me recibió eufórico por el alcohol. Riendo, me confeso que su plan había salido perfecto y un desgraciado pagaría el pato. Le dije que eso no era lícito e iba a contárselo a la policía; y ahora estoy aquí: encerrado en un ataúd. Pero lo peor es que llevo día y medio sin ver a mi hija.

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  • Imagen de perfilCÓMO CONSEGUÍ SER MILLONARIO

    Guillermo Portillo Guzmán 

    Aquellas cinco palabras se mezclaron en mi cabeza como se mezcla un gazpacho: tomate, agua, aceite, pepino y ajo.
    Al salir de la Audiencia, tras postular la conciliación, mi abogado me aclaró que la investigación a la que fui sometido por la otra parte, dio resultado negativo. No habían encontrado nada que no fuese lícito y que pudiesen utilizar en mi contra.
    Mi conciencia respiró tranquila.
    Lo que escondí, seguía bien escondido.
    No debía cometer el error de buscarlo. Aún no. Tenía que esperar a que todo se olvidase y el caso quedase definitivamente archivado para siempre.
    Tras treinta años de casados, el divorcio, a partir de ese día, era una realidad. Y desde ese preciso instante, cada uno con lo suyo.
    Nunca descubrieron el boleto de primitiva premiado con diecisiete millones que escondí.
    Aquellas cinco palabras las recordaré el resto de mi vida: "-Sentenciamos que el acusado es..."

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  • Imagen de perfilLlámame Lola

    Luis Bañeres 

    La letrada fue Dolores en el bufete y Lola en casa. Letrada Urquijo durante una investigación, y Dolores Urquijo a la hora de postular.
    Lola Urquijo para ganarse a la audiencia, y simplemente Lola para sus clientes. Para los degenerados que atendía por lícito turno de oficio, era Doña María Dolores Urquijo.
    Tuvo un hogar muy concurrido que forzó conciliación con el despacho, y despachar con el sol. No perdonaba un capítulo de Perry Mason, y disfrutaba como una niña con Colombo.
    Hoy sufre el mal del olvido, y se apaga un poquito cada día, pero cada tarde la sientan frente al televisor y le proyectan todos los capítulos de aquellas series que tanto le gustaban y que le procura uno de sus nietos.
    Y cada vez que eso ocurre, toma la mano de su cuidadora, y deja escapar algún respingo.
    Y atiende sólo a su nombre completo de letrada.

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  • Imagen de perfil¿DESCONEXIÓN DIGITAL?

    JUAN CARLOS MONTERDE GARCĺA 

    - Raimundo, apaga el móvil, por favor. Es inhábil, estamos de vacaciones.

    Todos los años mi mujer me dice lo mismo cuando recibo la primera llamada laboral de Agosto. Ahora me encarga llevar a la niña a la playa mientras hace la comida. Visto esto, empiezo a dudar si realmente existe el derecho a la desconexión digital en período estival. Seguramente esta noche no concilie el sueño, pensando en cómo decirle a mi esposa que ‘debo’ ausentarme este fin de semana por un tema de conciliación. Pero recuerdo el despido improcedente de mi mejor cliente. Para mí, las pruebas son tan ‘evidentes’ que no cabe investigación de los hechos. ¿Y si finalmente no hubiese acuerdo y se celebra audiencia? ¿Y si para postular, no encuentro al Procurador idóneo? Uf, queridos lectores, voy a darme un chapuzón en el mar. Eso sí que es lícito con estas temperaturas. Happy summer everyone!

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  • Imagen de perfilJaque mate

    Juan Antonio Suárez Merino 

    La sala de vistas es un inmenso campo de batalla. El suelo lleno de escaques marrones y blancos. Los contrincantes han intentado varias veces una conciliación pero no ha habido consenso. Uno de ellos se tiene que postular como ganador.
    El alfil blanco(Abogado), con un movimiento lícito,está preparado para ganar la partida (el Juicio). El rey negro (Magistrado),protege a la reina (la Decana), sin que quieran enrocarse con la torre (la Acusación Particular). ¡No hace falta audiencia ante su Majestad! Ahora es el momento. El diestro letrado se mueve verticalmente destrozando peones enemigos. Sólo queda llegar a las puertas del monarca contrario y asestar el golpe definitivo. Pero la destreza del caballo azabache (perito), pone en peligro el objetivo marcado. Horas de investigación han dado su fruto. El alfil logra el jaque mate. ¡El Soberano ha caído! ¡Dios salve al licenciado!

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  • Imagen de perfilConciliaciones, las justas

    Marta Trutxuelo García 

    Entreabrió los ojos y, sin previo trámite de audiencia, el que debía ser un despertar sosegado se quebró con el asalto de un litigio, a voz en grito, a los pies de su cama. Con el radar para la investigación aún adormilado, el juez escuchó el conflicto entre los pequeños litigantes. Sus argumentaciones no eran claras, pero entre las pruebas testificales se citó un cola-cao derramado, algunos cereales voladores y un muñeco desmembrado en la fregadera... Pero la mayor disputa se centraba en las condiciones de uso y disfrute de una canoa hinchable. Postularse por una de las partes no resultaba lo más lícito, así que decidió recurrir, previa ingesta de un café, a la negociación. Tras teatralizar una ardua deliberación con la abogada, su mujer, comunicaron a los niños el veredicto: si no recogían la cocina se quedarían sin ir a la playa. La conciliación perfecta, también en vacaciones.

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