XV Concurso de Microrrelatos sobre Abogados

Ganador del Mes

Imagen de perfilEl tábano

David Villar Cembellín 

Prestad atención a sus gestos: ufano, satisfecho, retrepado sobre el banquillo como quien representa un papel sobre un escenario. Con su gruesa papada, estrangulada por una corbata de quinientos euros, da órdenes a sus abogados, los mejores que el dinero puede comprar. Se le acusa de cohecho, de contactos con el crimen organizado, de competencia desleal y abusiva. Hemos conseguido documentar cientos de irregularidades en sus contratos, y sin embargo sonríe. Sonríe todo el rato. Se sabe indemne. Se cree impune. Decía Jonathan Swift que «las leyes son como las telarañas, que cogen a las pobres moscas y dejan pasar avispas y abejorros». Él confía en esquivar la justicia, pero desde la Fiscalía Anticorrupción tenemos otra opinión. Esta vez no logrará amortiguar su pena bajo tecnicismos formales, hoy sus delitos no se van a perdonar. La telaraña que hemos tejido es capaz de atrapar avispas y abejorros. Incluso tábanos siniestros.

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El más votado por la comunidad

Imagen de perfilLA LEY ES LA LEY

Ana Isabel Rodríguez Vázquez 

La conducta abusiva del entrenador era evidente. Y aunque varias niñas le denunciaron, los hechos no pudieron probarse. Con mi hija llegó demasiado lejos, y nuestro abogado, tras documentar el caso y aportar pruebas concluyentes, logró que le condenaran a 10 años. Cuando ayer le vi en la calle, no me lo podía creer. Mantuvo el contacto visual y una sonrisa burlona y desafiante. - Con la nueva ley, ha quedado en libertad, me explicó el abogado. Mi hija nunca podría perdonar. Y yo no iba a permitir que su agresor estuviera tan cerca. Le seguí hasta un callejón oscuro. Era el escenario perfecto para acabar con aquel malnacido. Pero recordé las palabras del abogado: " la ley es la ley". Y no fui capaz… Después escuché una detonación y le vi caer desplomado. Otro padre tuvo el valor que a mí me faltó.

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Relatos seleccionados

  • Imagen de perfilCambio estratégico

    CALAMANDA Nevado Cerro 

    Tras la fiesta de graduación, y después de las lluvias de octubre, con el día abierto, una representación de la abogacía del área mercantil, de la justicia y de la comunidad, fuimos a merendar a las Viñas. Ese escenario, de tierra marrón y blanca, nos puso en contacto con el campo renovado y con el proyecto de cambio estratégico para una mejor gestión de los datos. No solo desde el punto de vista de cumplimiento normativo, sino también como su protección y activo intangible. Estos equipos cuentan con presencia en toda Europa. Entre olor a naranjas, a tierra, pámpanas, y frescor alegre de una fuente, vimos revolotear pájaros con alas casi invisibles. Decidimos perdonar su abusivo picoteo, uva tras uva, y centrarnos en apurar la nieve líquida de nuestros vasos. Ahora, en mi despacho, quiero documentar carpetas y archivadores, almacenados en el disco externo de la nube. Otra ventaja más.

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  • Imagen de perfilHasta las huelgas ofrecen oportunidades

    Jorge Ramos Guerra 

    Soy un fiel creyente de sacar el máximo rendimiento de cada situación, sea la que sea. Con la huelga de los LAJ se abre un nuevo escenario de menos notificaciones de mis procedimientos pero a la vez me deja tiempo para situaciones que tenía más dejadas y apartadas, como mis minutas de tasaciones de costas. No me gusta perdonar nada de mi trabajo, pero previo a tasar en algunas ocasiones tomo contacto con el contrario por si llegamos a algún tipo de acuerdo. Me pide documentar la Minuta para que valore si previo pago nos ahorramos tiempo innecesario, pero en la mayoría de las ocasiones tengo como respuesta que es excesiva y abusiva (en algunas situaciones incluso ni tengo respuesta). No me queda más remedio que proceder a presentar mi minuta y que se tase cuando por turno corresponda.

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  • Imagen de perfilEl padre ausente

    Maria Navedo Saurina 

    Reconocí su letra al abrir el contenido del sobre. Mi madre había guardado durante años las pruebas que acreditaban nuestro vínculo. Alguna que otra foto, cartas y extractos bancarios iban a documentar mi reclamación en el juicio. Nunca le pude perdonar haber crecido en un escenario sin su presencia, con la absoluta certeza de que jamás abandonaría a su "verdadera familia".
    Aún así, mantuvimos el contacto; él se interesaba por mis progresos y cada mes, de manera puntual, ingresaba una asignación que cubría nuestras necesidades. Incluso financió mis estudios de Derecho, orgulloso de que siguiera sus pasos. Fue entonces cuando sus legítimos consideraron abusiva mi demanda para ejercer bajo el mismo nombre, un referente en el mundo jurídico que me pertenecía por derecho desde que él decidió dejar su sello en otro lugar. El que, tras el reconocimiento, figurará en la placa de mi despacho.

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  • Imagen de perfil¡NO HAY DERECHO!

    Almudena Horcajo Sanz 

    Cuando por fin consiguieron tener unos sueldos decentes, se casaron. Tenían por delante un futuro que parecía prometedor. Primero se compraron el piso, después el coche…, y más tarde decidieron ser padres. No podían imaginar, ni en el peor de los escenarios posibles, que les despedirían a los dos, y a la vez. Sin apenas recursos, las deudas les asfixiaron rápidamente. El día que abrieron la nevera y la vieron vacía, se les vino el mundo encima.
    Sin contactos que les ayuden, sólo han encontrado trabajos precarios con los que pagan los créditos. No quieren quedarse en la calle, reclaman Justica, pueden documentar que los contratos que firmaron escondían, en su letra pequeña, cláusulas abusivas.
    Después de escuchar en las noticias que los bancos han obtenido unos beneficios récord, se suben por las paredes. No se pueden perdonar que este año sus hijos se hayan quedado sin regalos de Reyes.

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  • Imagen de perfilA mi no me hace gracia

    Eva Cruz Barros 

    Mi hija insistía en que si no la llevaba a ver la función de un monologuista que seguía en Youtube no me lo iba a perdonar nunca y dado que últimamente teníamos menos contacto, cedí gustosamente a su chantaje. Me quise documentar previamente, por si se trataba de un cretino, pero me pareció gracioso el tipo, así que pronto estuvimos en el teatro disfrutando del espectáculo. El youtuber comentaba situaciones cotidianas que, llevadas al extremo, hacían reír de buena gana. En un momento dado hizo subir al escenario a una chica del público para teatralizar, en clave humorística, una situación de violencia doméstica, pero ésta pronto se tornó abusiva y denigrante para la joven, así que cuando el humorista preguntó sarcásticamente si había un abogado en la sala, me levanté de mi asiento y le dije a la chica que iba a representarla legalmente en su demanda contra aquel impresentable.

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  • Imagen de perfilEl beso

    Paloma Hidalgo D 

    Yo seguía rumiando mi enfado con él cuando se pusieron en contacto conmigo desde el juzgado. Al parecer, solo yo estaba disponible para llegar hasta el escenario de un posible crimen. Al subirme al coche, con todo, decidí llamarle, aunque como solía hacer últimamente, no respondió. Por supuesto, mi querido marido, el abogado de moda entre el famoseo, estaría ocupadísimo tratando de documentar algún caso con algo turbio, obsceno, que justificara su abusiva factura cuando ganara la demanda. Llegué al lugar, y antes de salir del coche le escribí un whatsapp duro, de ultimátum, con flores como que no le iba a perdonar nunca. Y diez minutos más tarde le descubrí allí, en el cuerpo de aquel hombre al que le habían robado el reloj, la cartera y las llaves del coche tras coserle a navajazos y me odié por negarle el último beso aquella mañana.

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  • Imagen de perfilLA OSA MAYOR

    Manuel Jose Diaz Portero 

    Planeó el escenario perfecto para conjugar el verbo perdonar y durante la velada pude documentar todas sus mentiras, sus engaños. Sus palabras gastadas de tan pronunciadas me arrastraban a la indiferencia. Una llamada, pactada con una colega, me salvó de los restos del naufragio.
    Durante años habíamos compartido despacho. Pasamos del estado sólido al gaseoso, de los apasionados besos a los hirientes silencios.
    Su último cohete, regalarme un oso de peluche gigante. Tenía unos ojos vidriosos como los de un abogado al final de una jornada de turno de oficio que me intimidaban. Era inabarcable como el sumario de un procedimiento de responsabilidad patrimonial. En cuanto pude lo alojé en el contenedor de ropa de un punto limpio.
    Su actitud desembocó en abusiva. El contacto más reciente que he tenido con él... una denuncia por delito de abandono de animales ¡¡Miserable!!

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  • Imagen de perfilDiferentes visiones

    Ignacio Bautista · las palmas  

    La situación era abusiva. La compañía había despedido a un empleado de forma injusta y él buscaba ayuda legal, la abogada sabía que debía documentar todo cuidadosamente si quería presentar un caso sólido. Así que, se puso en contacto con el afectado y visitó el escenario donde había ocurrido todo.

    A pesar de que la abogada tenía clara la estrategia, su cliente no quería demandar, simplemente buscaba justicia y que le pidieran perdón. La abogada entendió que el perdonar podía ser más importante que una compensación monetaria. Finalmente, la compañía aceptó su responsabilidad y se disculpó ante el ex-empleado.

    La abogada había ganado, pero lo más importante fue el contacto que estableció con el afectado. Al final, ella había utilizado su conocimiento del derecho para lograr lo que más importaba: justicia y reconciliación.

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  • Imagen de perfilLA EXTINCIÓN DE LOS ABOGADOS

    Jesús Gutiérrez Martínez 

    Año 2173 en la Tierra, el escenario mundial está cambiando rápidamente a peor y de forma abusiva se están limitando derechos. Los Tribunales y Juzgados físicos han desaparecido casi totalmente, ya sólo quedan unos cuantos magistrados y jueces. No existen juicios pendientes y el papel ya se ha eliminado del todo e incluso para documentar cualquier dato inusual.

    Existe una mayoría de tribunales online y cada día que pasa se van creando más abogados cíborgs. Debido a estos cambios, el contacto que existía de forma presencial entre clientes y abogados, ya sólo existe de forma residual.

    Un grupo de abogados se ha movilizado para luchar a favor de los derechos humanos e ir en contra del transhumanismo radical, ya que afirman que no pueden perdonar los abusos indiscriminados que se están cometiendo en el ejercicio de la abogacía. Sin embargo, la extinción de los abogados parece ser que es inminente.

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  • Imagen de perfilDeseos, los justos

    Marta Trutxuelo García 

    Deseaba que acabara aquel día,¡maldito lumbago! Y para colmo, un nuevo cliente. Del primer contacto con él deduje que tardaría en salir del bufete. Comencé por documentar el caso: el joven trabajaba en una cadena de reciclaje; alfombras, pilas, botellas… desfilaban ante sus ojos en un escenario sucesivo y rutinario. Un día encontró una lamparita y decidió perdonarla, salvándola de su fatídico destino. Tras limpiarla, apareció una nube que materializó a un hombre calvo, con pendientes y bombachos. Mi cliente repitió la operación frente a mí y el supuesto genio de tan inusual lámpara volvió a lanzar su mensaje: “te concedo un deseo”. El joven quería demandarlo por lo abusivo de la oferta, ¡sólo un deseo, incluso a Aladino le concedieron tres! Mientras mi cliente seguía quejándose, un nuevo embate en mi lumbago me obligó a cerrar los ojos. Al abrirlos, el genio había desaparecido, y mi indeseable lumbalgia, también.

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  • Imagen de perfilURGENCIA VITAL

    LOURDES ASO TORRALBA 

    La voz popular aseguró que el confinamiento iba a sacar lo mejor de las personas y, durante los aplausos que recibían los sanitarios, casi se lo llegaron a creer. Pero desde entonces, nuestros bufetes están llenos de demandas de pacientes descontentos. Cualquier escenario es válido para la denuncia. Que si ha habido demasiado contacto y es abusiva la conducta. Que van a documentar la falta de profesionalidad por llevar más de media hora esperando sin ser atendidos. Que qué vergüenza. Que ni por asomo van a perdonar lo imperdonable, porque el lumbago y la uña encarnada hace quince días es urgencia vital. Nuestros abogados intentan tranquilizar a los médicos demandados con argumentos como la falta de fundamento jurídico para llegar a juicio, pero están al límite, amenazando con la baja por estrés. Será un problema ponerse malo. Urge llegar a un acuerdo entre las partes, por la salud de todos.

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  • Imagen de perfilEN EXCEDENCIA

    ÁNGEL SAIZ MORA 

    He cambiado las herramientas habituales de mi oficio por una pala. Con ella retiro piedras, hormigón, ladrillos, metales o madera. Un trabajo tan minucioso como necesario en este momento.
    En contacto con escombros, mis ojos se han habituado a hallar objetos que pueden volver a ser útiles, a extraer esperanza de este escenario de desolación.
    Algunas muñecas, una vez limpias y con tela nueva, van a hacer felices a otras niñas. Las carcasas y restos de bombas de racimo servirán para documentar que la brutalidad contra esta guardería, un objetivo no militar, fue intencionada y abusiva.
    Cuando la guerra termine aprenderemos a reconstruir, a lamernos las heridas, incluso a intentar perdonar para seguir adelante, algo que no será incompatible con que algunos, sin pausa ni prisa, tratemos de que los principales culpables no queden impunes. Los abogados del Tribunal Penal Internacional somos especialistas en crímenes que no prescriben.

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  • Imagen de perfilRADIOPATIO

    Julio Montesinos Barrios 

    El patio de mi casa no es particular, es insólito. Los propietarios octogenarios gobiernan. Cascan tuberías, puertas y baldosas, pero nadie de la alineación titular. Soy el único joven de la corrala. Eso todavía, pero lo de la denuncia no me lo quieren perdonar.

    Todo por Pirri, un loro. El animalico es forzado a desgañitarse diariamente en su jaula, ciñéndose a un rancio e inalterable setlist: Manolo Escobar, Mari Trini, el Fary… Luego abandona el escenario tras el último pase y se desploma. El respetable exige incontables bises, así que vuelta al lío. Lo puedo documentar con mi móvil.

    Como vecino y abogado tuve que intervenir. Conforme a la Ley de Bienestar Animal, la conducta abusiva del dueño pide comisaría. Pero mi contacto con el 092 fue interceptado por radiopatio. Y aquí ando, sujetando la puerta mientras llegan, a ver si esta longeva turba no consigue echarla abajo.

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  • Imagen de perfilCrimen y castigo

    Maricarmen Barranca 

    El escenario del crimen estaba contaminado. La científica obtuvo pruebas de tres pisadas diferentes; resultando ser de dos policías (difícil de perdonar a los compañeros). Los superiores no dejaron de presionar de forma abusiva y, la puntilla, la puso el abogado, quién se personó como el único contacto de la familia.

    Únicamente queda un último interrogatorio para documentar y terminar el dossier de la instrucción. La sala está preparada, el letrado se parapeta detrás de la mesa. Estoy deseando escuchar su cuestionario de preguntas. Entra el pastor alemán con su dueño, un menor de cinco años; mientras, sus progenitores esperan fuera porque el perro no deja de intimidarlos. El abogado muestra una foto y pregunta a las dos criaturas:

    - ¿Quién dio una paliza al gato Misifú?

    Alzaron su extremidad superior derecha, volvieron la vista y señalaron al unísono hacia la puerta.

    - Tenemos a los culpables, caso resuelto. ¡Enhorabuena!

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  • Imagen de perfilLa pareja perfecta

    Victoria Eugenia Muñoz Solano 

    Habíamos roto el contacto. Andábamos pegados el uno al otro por los pasillos de la facultad de Derecho. Ante los ojos de los demás éramos la pareja perfecta: a él le apasionaba el derecho laboral y a mí estudiar y documentar jurisprudencia para tener todos los escenarios posibles y resolver los casos más complicados de derecho de familia.

    Nada más lejos de la realidad: él vivía con su novia que era una mujer tóxica y abusiva. No, no lo digo por celos... Estaba llamándolo al móvil a cada momento.

    Tomé las uvas, año tras año. Cada vez estaba más triste que el anterior. ¿Podría perdonar? Vivía del recuerdo: fui desdeñando a atractivos compañeros que se desvivían por conquistar mis afectos. Un día llegó un caso inesperado. Sus apellidos me hicieron latir de nuevo el corazón: mi alter ego, mi amor de juventud solicitaba los servicios de un abogado de familia.

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  • Imagen de perfilLA LEY ES LA LEY

    Ana Isabel Rodríguez Vázquez 

    La conducta abusiva del entrenador era evidente. Y aunque varias niñas le denunciaron, los hechos no pudieron probarse. Con mi hija llegó demasiado lejos, y nuestro abogado, tras documentar el caso y aportar pruebas concluyentes, logró que le condenaran a 10 años. Cuando ayer le vi en la calle, no me lo podía creer. Mantuvo el contacto visual y una sonrisa burlona y desafiante.
    - Con la nueva ley, ha quedado en libertad, me explicó el abogado.
    Mi hija nunca podría perdonar. Y yo no iba a permitir que su agresor estuviera tan cerca.
    Le seguí hasta un callejón oscuro. Era el escenario perfecto para acabar con aquel malnacido. Pero recordé las palabras del abogado: " la ley es la ley". Y no fui capaz…
    Después escuché una detonación y le vi caer desplomado. Otro padre tuvo el valor que a mí me faltó.

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  • Imagen de perfilALMAS ROBADAS

    MANUEL MONEDERO GUTIERREZ 

    Sigue el fiscal con su arenga insoportable. Insiste en que concurren pruebas suficientes para documentar el genocidio y que no queda otro escenario para mí que la prisión perpetua revisable.

    No van a perdonar nada, así que desconecto y decido escribir. Lo hago con letra intencionadamente grande y aplicada para que pueda leerme mi abogado, con quien comparto una maltrecha mesa en la sala del juicio. Hasta hoy, todo mi contacto con él se había limitado a su estéril monólogo tras un vidrio infranqueable.

    Intuyo que me lee. Y escribo. Escribo que quien decía ser mi padre me despertaba ebrio de madrugada y que yo solo quería que terminara cuanto antes. Y me estremezco. Me estremezco recordando a mi madre ignorando aquella abusiva cotidianidad porque bastante tenía con sobrellevar su drogadicción.

    Te rompía mi silencio. Soy un mercenario sin escrúpulos porque me robaron el alma. No busques más motivos, letrado.

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  • Imagen de perfilNo es no, aquí y en Japón.

    Alejandra Rusell Giráldez 

    _ Tenía una mirada verde. Transparente. Parecía sincera.

    _ Prosiga.

    – Nos conocimos por Instagram. Cada día chateábamos. Hablábamos de todo. Iba a dejar a su mujer. Habían perdido la ilusión por un futuro común.

    _ Vayamos a la noche de autos.

    _Decidimos quedar en un local del centro. Un escenario normal para un encuentro especial.
    El horror está impreso en mis pupilas pero no lo puedo documentar.

    _ Continúe.

    Como guiados por una fuerza superior, nos dirigimos a los lavabos. Nuestros labios se rozaron por primera vez mientras miles de mariposas brincaban en mi pecho.
    Todo sucedió muy rápido. Su forma abusiva de tocarme...
    " Has de perdonar, pero no tendremos más contacto". Esas fueron sus palabras mientras se subía la bragueta .
    Supe que tenía que denunciarlo en el mismo instante en que llegué destrozada a casa y vi la cara inocente de mi hermanita soñando feliz..

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  • Imagen de perfilMI BAUTIZO PROFESIONAL

    Fernando Pascual Bravo · Madrid 

    Llevaba poco tiempo ejerciendo la abogacía cuando una llamada del Colegio me pilló de sorpresa, por el escenario que me programaban: tomar contacto con un detenido y prestarle asistencia letrada.

    Aunque el encargo me pareció prematuro y abusivo, cumplí con mi obligación y acudí presuroso a la prisión donde, el presunto delincuente, para mi sorpresa, sin dejarme hablar, tomó la palabra y, perdonándome la vida, me detalló la estrategia que tenía prevista para el posible juicio oral: dijo ser inocente del delito que le atribuían, que su detención se debía a un error policial, que no necesitaba abogado alguno y que pensaba reclamar al Estado una indemnización por daños y perjuicios en cuanto lograra documentar todos sus alegatos y pruebas por vía notarial.

    Sorprendido, hice mutis por el foro y me despedí del detenido deseándole suerte, mientras meditaba si había recibido una lección o había asistido a una fantochada.

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  • Imagen de perfilSecuestro en la Nube

    José Luis Barros Justo 

    Cuando el secuestrador se puso en contacto conmigo, entré en pánico. Su voz sonaba abusiva, tajante. Me ordenaba transferir una elevada cantidad de dinero o matarían a mi hijo. Escuché atentamente sus instrucciones, no me podría perdonar que algo malo le ocurriera. En aquel momento me encontraba en una importante reunión con mis socios del bufete. El escenario perfecto para acceder a sus pretensiones sin dudar. Tardé unos segundos en reaccionar y documentar mentalmente la situación. Entré en la sala contigua. Él acababa de llegar y se le veía tranquilo, ajeno a lo que estaba ocurriendo.
    Habíamos quedado para comer y, como siempre, llegaba demasiado pronto. Corté la llamada pensando en las veces que dije: " hay que ser incauto, para caer en esto". Yo, como cualquier padre, también habría caído...

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  • Imagen de perfilMucha mierda

    Ander Balzategi Juldain 

    El teatro ha sido un oficio de familia. Podríamos remontarnos subiéndonos a escenarios hasta Calderón de la Barca, gustaba decir a mi padre. Nunca supe si pudo perdonarme el que yo me dedicase a la abogacía. Se consolaría pensando que en ambos trabajos existían ciertas similitudes, el lucimiento de la oratoria, el contacto con el público, la inevitable escenificación. No creí necesario explicarle que mi trabajo era esencialmente burocrático, documentarme, estudiar reclamaciones, asesorar a mis clientes. Un día, sin embargo, tuve que asistir a una vista oral por un asunto de acoso laboral. A mi cliente se le acusaba de actitud abusiva y degradante. Papá se enteró y dijo que iba a venir a verme actuar, “mucha mierda” dijo por teléfono. La resolución fue negativa y el veredicto de mi padre fue aún peor. - Ni siquiera te has levantado de tu silla, así no se interpreta a un picapleitos.

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  • Imagen de perfil¿Amigos?

    Tomás Núñez Arenas 

    A Javier, mi nuevo amigo, le proporcionó mi contacto un conocido común y me saludaba siempre con su frase favorita: “hay que tener amigos hasta en el infierno”

    Al reformar su vivienda, tuvo problemas y acudió a mí. No obstante, no fue el peor escenario gracias al acierto de documentar dicha reforma mediante contrato, siguiendo mi consejo. Al finalizarla, el contratista, en una interpretación abusiva del presupuesto inicial, pretendía hacerle pagar lo allí estimado, haciendo caso omiso al contrato que estipulaba que el coste final sería lo realmente realizado.

    Unas llamadas, un burofax y asunto resuelto.

    Éste me lo agradeció, pero no perdió un minuto en pensar en minuta alguna. Yo se la iba a perdonar, pero cuando me volvió a recordar su frase favorita me quemé, no sé si en el infierno, y me juré no volver a hacer, jamás, de abogado del diablo.

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  • Imagen de perfilEstrella

    Dana Altea Espiño Álvarez · Asturias 

    En aquel escenario, padre estafador y madre desaparecida, Estrella (14 años y ojos verdes) era carne de cañón.

    Tras documentar su soledad y quedar su tutela en manos de aquella fundación dedicada a la protección de menores, le dejé mi contacto, como quien ofrece una mano amiga en tiempos turbulentos, por lo que pudiera pasar.

    Robos, tráfico y prostitución para financiar el olvido a base de drogas y alcohol. Lo había visto tantas veces...Imposible perdonar tal traición cuando se rompe la infancia y la familia a golpe de sentencia.

    El teléfono nunca sonó.

    Fue años después, una mañana de abril, cuando tropecé con aquellos ojos verdes en el juzgado, con traje impoluto y maletín de marca: "Abusiva, abogado, esa cláusula es abusiva". Supe que mi derrota era inevitable. Estrella es una superviviente: no sabe perder.

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  • Imagen de perfilABOGADO DE GUERRILLAS

    Jesús Marinetto Iglesias 

    Me visto y siento el contacto con la toga, mi uniforme de combate. Subo al escenario bélico y hostil que constituyen los estrados. Una letrada va a documentar todo mi alegato y dará fe de todos mis argumentos, para la posteridad. En frente, el enemigo, al acecho, un bando tan inocente o culpable como el otro. Un juez dictará nuestro destino, una suerte en la que nadie gana todo y todos pierden algo. ¿Es posible perdonar en tiempos de guerra? Mantengo y defiendo mi posición afirmativa en el campo de batalla. Alzo la voz de forma vehemente, la palabra, mi única arma en el fragor de la contienda. Quizás sea una táctica abusiva, pero soy abogado, un superviviente, un mercenario de la justicia y un acérrimo defensor de la paz. Un anhelo por el que nunca estorban las palabras y siempre sobran las malditas balas.

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  • Imagen de perfilProcedimiento especial

    María del Mar Suárez Sanabria 

    Llevo tres días sin dormir intentando documentar mis alegaciones. De vez en vez me acerco a la mirilla de la puerta para comprobar que sigue ahí. No pienso perdonar nunca a mi expareja y a su red de contactos que me encumbraron como la mejor abogada de la década en las redes sociales. No concibo otro motivo para que ella esté parada sobre el felpudo en la puerta de mi casa. Cansada de tan abusiva presencia abro la puerta para negarme a su petición. Aunque ella no puede verme la miro fijamente. El corazón se me rompe ante semejante escenario. La venda de sus ojos consumida como ella. La balanza descalabrada. La espada oxidada.

    A sus pies una súplica: ¡Defiende a la JUSTICIA!

    Murmuro: ¿Por qué yo?

    Y entonces creo entender:

    -Porque eres como tu padre. El poder no te puede comprar.

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