Ana Isabel Velasco Ortiz

Microrrelatos publicados

  • MALA SUERTE

    La reciente convocatoria de elecciones generales es un exceso de trabajo para los que constituimos el colectivo del servicio de Correos del país.
    El paso del tiempo, me enseñó a aceptar los retos con calma y espíritu afable así que, estaba seguro de que este verano, disfrutaría con más entusiasmo de las vacaciones programadas y pagadas.
    Hoy, ha sucedido lo inesperado. Uno de mis compañeros me ha entregado la designación como miembro de mesa electoral.
    Presa del pánico, he ido al despacho del abogado de la empresa. Tal era mi desesperación que, he insinuado, iniciar un litigio contra el gobierno. El letrado ha dicho que un crucero por las islas griegas no justifica eludir responsabilidades democráticas, que no se puede pactar con el destino.
    Lo grotesco de la situación es que el 23 de julio estaré presidiendo la mesa electoral y mi voto llegará por correo postal.

    | Junio 2023
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 2

  • Jucio Literario

    Las pruebas del delito eran irrefutables y, cualquier intento de programar una sucesión coherente de réplicas y contrarréplicas, resultaba inútil ante la actitud pasiva y distante del acusado.
    Mi defendido reiteró hasta la saciedad que, el honor es patrimonio del alma y el alma, sólo es de Dios.
    Esta y otras frases literarias terminaron por adueñarse del proceso como una especie de ola furibunda que arrasó la cordura de los presentes.
    El Fiscal espetó que el inculpado era como el perro del hortelano. Ni come ni deja comer.
    La acusación particular remarcó que ejercer una justicia popular sólo era lícito en Fuenteovejuna.
    Aturdido y cansado cité el artículo legal pertinente y supliqué.
    _ Señoría, manifiesto mi incapacidad para ejercer una defensa adecuada.
    El Juez desestimó la petición de cese y añadió.
    _ Señor letrado está viviendo una pesadilla. Que toda la vida es sueño….
    Desquiciado grité. ¡Qué alguien me despierte!

    | Agosto 2022
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 1

  • EXPIACIÓN

    Me detengo en la puerta del edificio, cierro los ojos, evoco su imagen, respiro hondo. Es una especie de ritual, de conciliación interior que me trae la calma, que me permite vivir con menos amargura.
    Le quise desde el primer encuentro en la facultad. Él, soñaba ser abogado y yo, soñaba con él.
    Terminó por ejercer junto a otros compañeros y defender sin descanso los intereses de obreros y sindicalistas.
    Esta era la pasión que le definía. Daban igual mis reproches por tanta ausencia y poca dedicación.
    Me ganó el enfado y decidí no acudir a la cita. Dicen que esperó en la barra del bar entre impaciente y resignado. Luego, regresó al despacho.
    Lo que queda son esas imágenes que se sucedieron en televisión, su nombre entre los asesinados y la condena de esta ausencia que me lleva una y otra vez al número 55 de la calle Atocha

    | Marzo 2022
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 13

  • TRADICIÓN

    Las palabras llegaban encadenadas y tenía la certeza de transmitir con claridad el temor visible casi tangible, de aquel colectivo en riesgo de extinción.
    Insistí en el deber moral de preservar un oficio ancestral que sustentaba el equilibrio de nuestro ecosistema.
    Fijé las pupilas en el grupo de mujeres de la sala y acaricié el tejido de la toga.
    _ Sin ellas, no existiría la ropa que nos guarda del calor, el frío, que nos cobija y envuelve… Nada. Rematé.
    Terminada la disertación, el silencio se abrió paso, cesó el murmullo general.
    El juez sentenció que sin remedio, tal y como relataba el cuento, la bella durmiente acabaría por herirse con el huso y derogaba la orden real de destrucción de las ruecas del país.
    Ahora, las hilanderas siguen hilando y narran la extraña historia de una joven que durmió cien años. Es una especie de tradición, de conjuro protector.

    | Octubre 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 5

  • ROBIN HOOD

    El niño que era, leía libros de aventuras sin descanso. Robin Hood me hizo vulnerable a la miseria de gentes y lugares y despertó el deseo de robar a ricos y poderosos para repartir el botín entre los pobres.
    Inicié el oficio con hurtos de carteras, bolsos… Luego, atracos en joyerías, sucursales bancarias... Resultó fácil engañar, mi apariencia facilitaba la confianza de las víctimas.
    Al cabo, la justicia terminó por sentenciarme a prisión. El abogado se esforzó en presentar este hecho como una oportunidad para rehacer mi vida y erradicar los malos hábitos que me habían ganado la conciencia. Ahora, empleo el tiempo en transmitir valores cristianos a la extensa población de reclusos. No matar, no apropiarse de lo ajeno…
    Y en este predicar, medito que robar con intención de dar, no puede ser pecado. Me regresa el ladrón que llevo dentro y, sin remedio, olvido el clérigo que fui.

    | Junio 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 7

  • EL REGRESO

    Enhebra mi brazo. Paseamos. Es una rutina que, a veces, queda interrumpida cuando escuchamos palabras que se me antojan pura magia. Cerca, la manifestación discurre a ritmo de megafonía. ¡Nucleares no! ¡Energía natural!
    Lo miro, sus pupilas recobran la luz perdida. Acelera el paso y nos unimos a los manifestantes. Vuelve al pasado. Retorna el abogado entusiasta que fue y me dice de algún caso ante los tribunales.
    -A la empresa química no le quedó otra alternativa que renovar el sistema productivo. El juez sentenció que la salud de los trabajadores y los preceptos ecológicos primaban sobre cualquier consideración pecuniaria.
    Sonríe satisfecho y por un instante fugaz, le siento asequible, cercano. La pasión de su vida, defender el medio ambiente, le regresa de la nada. Es como si la enfermedad del olvido no le ocupase corazón y entendimiento, como si nunca se hubiera ido.

    | Abril 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 10

  • INSPIRACIÓN

    El agua estaba contaminada. El suministro a los hogares de la población había sido cortado tras la demanda colectiva que el abogado hizo suya. Un dilatado proceso lleno de intentos de soborno y amenazas de la poderosa multinacional.
    Había conseguido que la justicia resarciera a enfermos y familiares de fallecidos. En definitiva, proteger el futuro de las generaciones venideras. Con ello, experimentó ese crecimiento interior que le había mudado en mejor persona.
    Ahora, el protagonista dice que tiene hambre, deja atrás las cámaras y micrófonos que abarrotan la entrada del Palacio de Justicia y se dirige al puesto de perritos calientes. En la pantalla aparece Fin.
    La sala se ilumina. El abogado piensa que, por más que vea esta vieja película, siempre le conmueve. Es la inspiración necesaria. Mañana será la vista del último recurso interpuesto. No pierde la esperanza de lograr una sentencia favorable a las víctimas del vertido.

    | Febrero 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 4

  • PRISIONERA

    El abogado dijo.
    _ Residir en plena naturaleza, en un lugar de difícil acceso no garantiza tu seguridad.
    Debió intuir que sus recomendaciones no quebraban mi espíritu. Era libre. No quería sentir miedo.
    _ Ante cualquier síntoma. Vómitos, mareo… Acude al centro de salud más cercano. Insistió.
    Agradecí su preocupación. Estaba contenta. El proceso judicial iba bien. Los demandantes esgrimían argumentos como mi corta edad, desconocimiento... Señoría, la sociedad le pide proteger lo que está establecido desde tiempo inmemorial. Remataban.
    Dejé el edificio. Tomé las precauciones debidas para no ser localizada. Zigzagueo de autobús, tren, caminos. Llegué a casa. Abrí la ventana. Aire puro. Horizonte. Olvidé Vigilar. Desconfiar. Evitar el contacto.
    Mi cuerpo cae sobre la tierra. El sueño llega sin remedio. El beso. Al cabo, despertaré. ¿Un final feliz? ¡Maldito cuento de hadas! Murmuro enfadada. Lo último que guardan mis pupilas es la imagen de una manzana recién mordida.

    | Octubre 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 5

  • PELAYO

    Respiré hondo y argumenté que, mi defendido, no había cometido delito alguno por acceder a propiedades ajenas y destrozar hortalizas. Todo lo contrario. Su actitud contribuía a proteger el ecosistema.
    Si queremos una economía sostenible, la continuidad de nuestra especie, debemos respetar la diversidad del planeta y, en el caso que nos ocupa, el demandado es un claro exponente de estos valiosos preceptos ¿Quién pone puertas al campo? Rematé.
    El letrado de la parte demandante estalló en cólera. ¡Señoría, este proceso es una farsa, una burla! ¡La mayor degradación de nuestro sistema judicial!
    Para mayor sorpresa y, contra todo pronóstico, la sentencia fue. Absolución de todos los cargos.
    Ahora, cuando regreso al pueblo, Pelayo campea a sus anchas por las huertas de los paisanos engullendo coles y berzas y tengo la certeza de que no existe otro burro tan feliz.

    | Enero 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 5