Javier Sánchez Bernal

Microrrelatos publicados

  • Alea iacta est

    Abandoné el ascensor, rumbo al despacho del Juzgado de Primera Instancia número 4, de lo Mercantil, acelerando el paso para no cruzarme con una vieja conocida, letrada de una entidad bancaria multinacional. La inseguridad se hizo visible en cada gesto, por más que trataba de conservar la calma: en la Facultad no te explican qué significa representar a tu familia cuando sus bienes, sus sueños y sus esperanzas se van a rematar en una subasta privada. El funcionario, de gesto amable, cerró la puerta para preservar la intimidad de los presentes, mientras se cumplían con las formalidades de rigor: poderes, avales, firmas. Me acomodé en una mesa, nervioso, mientras estiraba el tejido de los pantalones de un traje que había comprado para la ocasión. Sonreí, aun a riesgo de pecar de inocente; respiré hondo. El administrador concursal saludó cortésmente a todos y me miró. Sí, estaba preparado para la batalla.

    | Octubre 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 12

  • Una acción liberadora

    Reinventarse o morir. Debido a la drástica reducción de casos producto de la pandemia, hemos encontrado una alternativa que, pese a lo arriesgado, para nosotros supone un paso natural: lo hemos denominado co-lawyering. El planteamiento es sencillo y asequible: varios compañeros, colegas desde la Facultad y que ejercemos en distintas ramas, compartimos un mismo lugar de trabajo —un local comercial, propiedad del padre de uno de nosotros—, dividiendo los espacios y creando un despacho para cada uno. La cartera de clientes es de cada cual, si bien recomendamos a nuestros colegas si se presenta un asunto fuera de nuestra especialidad. Tras varios meses, sabemos que el experimento funciona: juntos, hemos sido capaces de renovar nuestro compromiso con el ejercicio profesional y aumentar nuestra proyección y expectativas. Ha sido, sin duda, positivo para todos; hemos conquistado una nueva energía y estamos listos para lo que llega; será ahora o nunca.

    | Abril 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 4

  • Responsabilidad social

    Una de las decisiones con más valor en mi vida es ser abogado penalista. Sin embargo, ya en la Universidad descubrí el amor por la investigación y la docencia: leer, comprender, explicar; trasladar el Derecho con un enfoque innovador, para que los alumnos entiendan que nuestra disciplina es mucho más que un conjunto de normas contenidas en un libro. Por eso, con el gusanillo de la educación latiendo desde que me licencié, acepté el ofrecimiento de un antiguo colega para convertirme en profesor del Máster de Acceso a la Abogacía. Me aseguraron necesitar a un compañero que viera la profesión como algo integral: la asignatura sobre “Estatuto profesional y Deontología” requería trasladar a los futuros letrados competencias como la honradez en el ejercicio, la equidad en la toma de decisiones y la proactividad en la resolución de conflictos. Ojalá sea capaz de transmitir el espíritu que yo recibí décadas atrás.

    | Septiembre 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 1

  • Servicio esencial

    Vigésimo tercer día de trabajo en confinamiento. La actividad judicial se paralizó para tratar de evitar riesgos de propagación del coronavirus, pero mi trabajo no ha cesado. Una de las ventajas de que mi despacho ocupe la estancia oriental de mi propia vivienda, es que puedo seguir atendiendo a mis defendidos. Porque sus casos, no pueden esperar.
    Suena el teléfono. Al otro lado, una antigua amiga que desempeña su trabajo en un Centro de Internamiento para Extranjeros:
    –Luis, la situación es insostenible –me relata, angustiada–. No solo no tenemos mascarillas ni equipos de protección. Pretenden que doblemos turnos, sin respetar nuestras jornadas de descanso. Los escasos internos que mantenemos no están mucho mejor. ¿Qué podemos hacer? ¿rezamos para que encuentren pronto una vacuna?
    Sentí cómo se enjugaba las lágrimas. Inspiré hondo:
    –Tranquila, María. Voy a redactar un escrito al director. Es el primer paso. No estáis solos.

    | Abril 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 7

  • A colación de lo importante

    Mi habilidad para contestar escritos, confeccionar demandas o redactar contratos me había permitido salir victorioso de más de un caso que, visto desde otros ojos, podría haber llevado a repudiar la profesión. Tal vez tuvieran razón mis colegas: soy un letrado de verbo fácil. El Derecho y su ejercicio se habían convertido en mi único amante; le había entregado mis energías y mi tiempo.
    Pero la vida es una compañera caprichosa y, en mi mejor momento, me regaló aquel fatídico accidente en el que casi pierdo la vida y del que he conseguido salir dejando atrás una larga convalecencia. Creí que se había acabado el mundo. ¡Quién me iba a decir que este infortunio me iba a regalar la más bonita lección! Nos movemos entre normas, plazos e intereses contrapuestos, que no sirven de nada sin empatía, devoción ni alma.

    | Septiembre 2018
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 3

  • Tras la toga

    El abogado solicitó que la guarda cautelar de los hijos correspondiera a su padre, pero el juez continuaba renuente a sentenciar en su favor. Todo parecía indicar que aquel proceso de divorcio sería largo, complejo y encarnizado. Los padres del chico, cada uno a un lado del estrado, ni siquiera se miraban a la cara. Al salir de la sala de vistas cerró los ojos y se recordó: “rendirte nunca fue una palabra en tu glosario”. ¿Qué podía hacer para cumplir las expectativas de su cliente? Se perdió entre los pasillos del Juzgado, dispuesto a volver a su despacho de la calle Alcalá, cuando fue testigo de una escena que lo dejó helado: aquel niño, el verdadero perjudicado por la necia disputa de sus progenitores, consolaba a su padre, recordándolo cuánto lo quería, mientras abrazaba a su madre. Aquel pequeño era el único héroe en aquella guerra absurda.

    | Agosto 2018
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 4