Imagen de perfilA colación de lo importante

Javier Sánchez Bernal 

Mi habilidad para contestar escritos, confeccionar demandas o redactar contratos me había permitido salir victorioso de más de un caso que, visto desde otros ojos, podría haber llevado a repudiar la profesión. Tal vez tuvieran razón mis colegas: soy un letrado de verbo fácil. El Derecho y su ejercicio se habían convertido en mi único amante; le había entregado mis energías y mi tiempo.
Pero la vida es una compañera caprichosa y, en mi mejor momento, me regaló aquel fatídico accidente en el que casi pierdo la vida y del que he conseguido salir dejando atrás una larga convalecencia. Creí que se había acabado el mundo. ¡Quién me iba a decir que este infortunio me iba a regalar la más bonita lección! Nos movemos entre normas, plazos e intereses contrapuestos, que no sirven de nada sin empatía, devoción ni alma.

 

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