Miguel Angel Zarzuela Ramírez
Microrrelatos publicados
EL QUE CALLA
Cuando finalizó el juicio, leí las barbaridades que improvisaron sobre mi desempeño como abogado defensor, esbocé media sonrisa y me fui a la cama tranquilo.
Tiempos de polarización, sin duda.
A la mañana siguiente, muy temprano, recibí la inesperada y habitualmente agotadora visita de mi cuñado favorito, también letrado. “¡Miguel, que el que calla otorga compañero, defiéndete!”, me aconsejó mientras gesticulaba vigorosamente para descargar el exceso de razón que pensaba le asistía (bienintencionado sin duda, era su manera de mostrar empatía). Pero yo, más partidario de “El que calla no dice nada”, asentí paciente durante toda su arenga, tuve que recurrir a un analgésico y volví a acostarme cuando se marchó. Afortunadamente, me desperté a tiempo de tomar una cervecita en el bar de abajo antes de comer, por prescripción facultativa de mí mismo.
Y las barbaridades vertidas, al no encontrar respuesta contra la que continuar enredando, se disolvieron rápidamente.
| Mayo 2024
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 26LA LEUCEMIA DE SARITA
Sara padece de preocupación crónica: una punzada en el pecho es un infarto, un dolor de cabeza es un derrame y el retraso en una llamada es un accidente de tráfico. Como abogada, siempre tiende a creer que no existe la equidad, que las declaraciones de sus defendidos serán malinterpretadas, que sus pruebas serán rechazadas… Una mujer en sufrimiento permanente. Y aunque alguien le explicó que su padecimiento es típico de personas sin motivos reales de preocupación, vivía atrapada y angustiada.
Pero, como casi siempre sucede, el azar actúo por ella: su hija cayó enferma. Así, fulminó instantáneamente su preocupación para encontrar la ocupación más maravillosa en cuidar de ella.
Descubrió que, normalmente, una punzada en el pecho no es algo alarmante, un dolor de cabeza se soluciona con un analgésico y el retraso en una llamada es un problema de cobertura. También es mucho mejor abogada.
| Marzo 2024
Finalista
Votos recibidos por la Comunidad: 262038
Recuerdo cuando, allá por el veintitrés, comenzaron a escucharse advertencias del peligro que se avecinaba.
Hoy, quince años después, mientras estoy de vacaciones lejos del despacho, un algoritmo de voz afable atiende a los clientes con más paciencia que si lo hiciera yo mismo. También me ha sugerido a quién votar en las elecciones del domingo, y me ha aconsejado como pactar con los distribuidores de carne sintética el fin del litigio con el que llevo años liado. Por cierto, últimamente, descarga sus propias actualizaciones sin mi autorización... También ha escrito un microrrelato para participar en un concurso mensual y, según presume confiado, comprarse un nuevo microprocesador, aún más potente, con el dinero del premio.
Todo es confuso, no estoy seguro de llevar las riendas del bufete ni de mi vida… Incluso, tal vez, este relato sea el suyo…
Comienzo a estar muy asustado.| Junio 2023
Finalista
Votos recibidos por la Comunidad: 50EL TRÁNSITO
Permanezco en la cola descalzo, bolsillos vacíos, despojado de cualquier artículo, sin papeles que repasar y con la toga puesta. La ceremonia del tránsito así lo requiere. El rito me exige ir avanzando desprovisto de todo lo no esencial, sometido con resignación a las órdenes de los oficiantes. Progreso paciente e intento, por distraerme un poco, programar mentalmente mi intervención. Procuro relajarme aunque los nervios afloran y una ola de ansiedad va recorriendo mi interior…
Como última etapa del proceso, tras responder dócilmente algunas preguntas, manifiesto sincero mis intenciones, adopto la posición del hombre de Vitruvio y cierro los ojos. El chamán, distante, pasea concentrado el hisopo por la silueta de mi cuerpo, proporciona su bendición definitiva y me regala media sonrisa a modo de felicitación. Purificado al fin, mi gozo es inmenso.
La verdad es que los controles de entrada a los juzgados se han convertido en algo insoportable.
| Agosto 2022
Finalista
Votos recibidos por la Comunidad: 46EL ABOGADO Y EL INDIGNO
Su abogado le recomendó la dimisión como única salida digna al asunto.
Pero él optó por ocultar todo lo sucedido de la manera más eficaz posible: montó una comisión de investigación. Influyó cuidadosamente en la elección de los integrantes (con el tiempo algunos incluso llegaron a empatizar con él), agotó plazos, boicoteó la señal de internet para que las sesiones telemáticas fueran un auténtico suplicio, impuso horarios intempestivos, demoró comparecencias, multiplicó trámites, traspapeló pruebas y convirtió sus declaraciones en un valle de lágrimas.
Y tras tres años y cinco meses, la comisión, aburrida, emitió un veredicto desestimatorio. Ya nadie recordaba los hechos, todo el mundo había pasado página y amplió su mayoría absoluta en las siguientes elecciones. Ayer llamó a su antiguo abogado para presumir de éxitos.
Éste se limitó a recordarle que la indignidad probablemente es el mayor de los fracasos de un ser humano.
| Febrero 2022
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 13HORMONAS Y DIVORCIOS
Llevaban un mes y resultaba insoportable. Caricias permanentes, comida del mismo plato, besos cada minuto... Encendí disimuladamente mi medidor de oxitocina marca Acme y lo acerqué con discreción. El led se iluminó en verde brillante… tenían los niveles por las nubes. Yo, abogado especializado en divorcios, sonreía y asentía a todos sus comentarios sobre amor eterno, planes de futuro y Los Puentes de Madison… Clientes potenciales, sin duda.
Un año más tarde volvíamos a cenar juntos y el cambio era evidente. La lucecita del aparato se iluminó esta vez en rojo y mostró niveles muy bajos. Se esforzaban en trasmitir el mismo enamoramiento pero eso era ya químicamente imposible (sabía que la conservación de aquellos niveles hormonales no duraría mucho).
Ella se disculpó para ir al baño y, aunque no quise promover conversación alguna sobre el tema, fue él quien me pidió que fuera preparando los papeles del divorcio.
| Septiembre 2021
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 5LA VIDA DE PEDRO PASTOR
Pensé que el empleo era una buena oportunidad para cambiar de vida y reencontrarme. Tras demasiados años en el gigantesco bufete de la capital, cansado de interminables pleitos financieros y eternizado en mitad de mil disputas en bucle, necesitaba liberarme. No me iría mal cambiar el sofoco y la contaminación por el aire limpio de un lugar con una población de menos de cinco mil habitantes (y, de paso, contribuir mínimamente a su repoblación). Me sentía agotado, vulnerable, incómodo conmigo mismo y cargado de culpas que no me correspondían. Necesitaba erradicar peligrosos pensamientos que comenzaban a instalarse en mi cabeza.
Y lo conseguí.
Nada como doce horas al día de sanadores balidos.
| Junio 2021
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 9RENOVARSE Y MORIR
Los dos socios estaban en pie de guerra y Paloma supo traer un poco de paz. El reparto de la minuta del caso de los armadores fue la causa de un gran desencuentro pero ella, recién llegada, consiguió reconciliarles.
Era como una bocanada de aire fresco en un bufete chapado a la antigua. Eficaz, joven y encantadora, tenía el don de facilitar las cosas. Se ganó la confianza de las dos vacas sagradas hasta tal punto que no tardó en convencerles de la necesidad de iniciar la transformación digital del despacho. “González y Lángara - Despacho de Abogados”, se convirtió así en “GL&P_Abogad@s” y capitaneado por su nueva socia, Paloma Puertas, tuvo acceso a los litigios más relevantes de la capital, labrándose una merecida fama de bufete tecnológicamente avanzado.
Y un buen día un virus se llevó todo por delante, Paloma incluida (ginoide infiltrada por “Industrias Acme 2.0”).
| Julio 2020
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 7TORO PASADO
Y muchos se convirtieron en epidemiólogos, en expertos estadísticos en curvas normales o en macroeconomistas especializados en recesiones.
El confinamiento decretado desató la propagación de personajes con mascarilla que, entremezclados con gente fiable, aparecían en los medios lanzando sus mensajes, quejas, análisis, promesas de vacuna, consignas, predicciones y, en especial, críticas.
Miguel, mi compañero del despacho, analizó la situación.
Verificó que vivíamos dos pandemias: el coronavirus y el ventajismo. Decidió actuar contra la segunda ya que el no es epidemiólogo, ni estadístico, ni economista, sino abogado.
Hoy 2020 es ya un año convertido en recuerdo borroso. Pero él sigue empeñado en tipificar como delito las manifestaciones no constructivas que opinen de los cuernos del toro cuando el rabo ya ha pasado. Es una ventaja indecente.
| Abril 2020
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 23