Imagen de perfilEL ABOGADO Y EL INDIGNO

Miguel Angel Zarzuela Ramírez 

Su abogado le recomendó la dimisión como única salida digna al asunto.

Pero él optó por ocultar todo lo sucedido de la manera más eficaz posible: montó una comisión de investigación. Influyó cuidadosamente en la elección de los integrantes (con el tiempo algunos incluso llegaron a empatizar con él), agotó plazos, boicoteó la señal de internet para que las sesiones telemáticas fueran un auténtico suplicio, impuso horarios intempestivos, demoró comparecencias, multiplicó trámites, traspapeló pruebas y convirtió sus declaraciones en un valle de lágrimas.

Y tras tres años y cinco meses, la comisión, aburrida, emitió un veredicto desestimatorio. Ya nadie recordaba los hechos, todo el mundo había pasado página y amplió su mayoría absoluta en las siguientes elecciones. Ayer llamó a su antiguo abogado para presumir de éxitos.

Éste se limitó a recordarle que la indignidad probablemente es el mayor de los fracasos de un ser humano.

 

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