Teresa Álvarez

Microrrelatos publicados

  • ADN

    Le sobreviene un vahído al leer el auto de inadmisión de la demanda de paternidad, a la que para más inri califican de falsa y frívola. Desmadejada sobre el sofá se lamenta de que ni siquiera tendrá la oportunidad de testificar. La justicia comete un fallo inaceptable, de consecuencias catastróficas. El padre de mi hijo es el abogado del diablo, tal y como demuestra el ultrasonido. La foto de la ecografía es clara, en medio de la caja torácica, en lugar del corazón, late un ejemplar del Código Penal.

    | Octubre 2016
     Participante
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  • Absurdo: que se aparta de la razón

    Nunca consigo evitar que se ahogue en el mar ningún refugiado. Llevo meses intentándolo pero es inútil. Pruebo a destruir las alambradas: imposible, siempre hay un soldado vigilando. El campo de acogida es inmenso y me siento incapaz de protegerlo. Probablemente el obstáculo sea la instalación del anterior conflicto, Guerra y Hambruna. Alguien se equivocó. Por eso este nuevo juego de realidad virtual, Drama y Vergüenza 2.0 , no funciona bien. Mi padre es el todopoderoso, pero si vamos a demandar al fabricante necesitaremos un buen abogado.

    | Junio 2016
     Participante
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  • De cine

    Todo lo que sabía sobre abogados lo aprendí en las películas. «Les mandaré a mis abogados» (inexcusablemente en plural), «tiene derecho a que le represente un abogado….» frases míticas que siempre quise utilizar. Letradas rubias meneándose por los pasillos del juzgado como modelos, fiscales conduciendo cochazos imponentes, despachos colosales con vistas al Empire State. Cargos por asesinatos, demandas millonarias a multinacionales farmacéuticas, designaciones fraudulentas de jurados populares. Jurisprudencias sacadas de la manga en el último minuto, réplicas teatrales ante la Sala.
    Guionistas: la realidad supera la ficción. Observen a la abogada morena que consiguió desde su oficina de barrio sin pretensiones, la indemnización por despido a mi vecino, o conozcan a Miguel, que sólo tiene un traje, y ganó la pensión alimenticia para mis hijos, o descubran al gordito, que va en metro con su toga en una percha, corriendo a frenar la expulsión de unos desahuciados.

    | Agosto 2015
     Participante
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  • Abracadabra

    Amontonaba siete casos perdidos. El número cabalístico. Mi vecina, que se buscaba la vida como pitonisa en la televisión local, también despachaba consulta quiromántica junto a la academia de peluquería, donde yo, desmoralizado, acudí. Cleo me advirtió que los abogados que perdíamos juicios terminábamos perdiendo “el juicio”. Ella me podía ayudar.
    -Tendré que acompañarte a las sesiones del proceso, leer informes, conocer a demandantes y demandados, al juez, a los que escriben tan rápido. Estenotipistas, apunté con miedo a ofenderla.
    Fieles al programa batallamos meses compartiendo el pan y la sal. Con sus dotes adivinatorias y su percepción extrasensorial ganábamos juicios. Mi intervención en un sumario conllevaba el triunfo. Me convertí en el letrado de las estrellas mediáticas. Nos casamos. Hoy, ordenando el desván he descubierto, apergaminado y mohoso, el titulo de licenciada en derecho de mi mujer, fechado tres años antes de que yo terminase la carrera.

    | Abril 2015
     Participante
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  • La clave

    En la fiesta de Navidad, mi jefa, después de dos “dedales” de pacharán nos encasquetó el testimonio del éxito en su vida profesional. Sin un plan definido ascendió de ayudante en una gestoría, a propietaria de un bufete laboralista. Robando horas al sueño escaló el peldaño de graduada social. Más tarde, ante las necesidades de sus clientes, que se divorciaban, recibían herencias, o defraudaban al fisco, se licenció en Derecho. Al parecer la brillante trayectoria se fraguó el día que su padrino le regaló, de una subasta de decomisos, un manoseado Estatuto de los trabajadores y una Olivetti. Después del convite y beodo de gintonics, le he comprado a mi hijo, en una tienda de segunda mano, por sólo cinco euros, un mazo de madera y una biblia, con la esperanza de que, aunque todavía cursa parvulitos, en un futuro presida un tribunal.

    | Febrero 2015
     Participante
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