Imagen de perfilInocencia interrumpida

Rafael Busto Cuiñas 

Con cinco años la vida debería ser un continuo trasiego de juegos llenos de esperanza e ilusiones. Sin embargo, la sinrazón del hombre hizo que viera cómo sus padres recogían el cuerpo exánime de su hermana y ahora, sin casa y con su mundo hecho pedazos, surca el mar apisonado en los dos metros escasos de una lancha camino de ninguna parte.

En la barca, donde todos han perdido a alguien, todavía resuenan las bombas en sus corazones. La humanidad ha perdido la batalla.

Ya en tierra, olvida un momento el hambre ante una enorme alambrada que rodea lo que según escucha es un campo de refugiados.

¡Qué será un refugiado!

A unos metros, su padre gesticula con un hombre que dice ser su abogado y que va a ayudarles a conseguir unos papeles.

– Hamid, estamos a salvo.

– Yo no quiero estar a salvo, quiero ir a casa.

 

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