Rafael Busto Cuiñas

Microrrelatos publicados

  • Abogado en serie

    Las últimas noticias eran desalentadoras, una mutación del ADN había propiciado una pandemia a nivel mundial, la economía había colapsado, la casa de papel se derrumbaba y la desesperación comenzaba a inundar los siete reinos.

    No cabía recurso, y la sentencia condenando a la humanidad a vagar por una pradera de destrucción era firme. Ahora ya es real, "el invierno está llegando".

    Había llegado el día, y como integrante de "Walking Dead Abogados" tenía la obligación de solventar el problema. Sabíamos como hacerlo, y sin duda, lo haríamos.

    Algunos compañeros habían caído ya: Chandler, Phoebe, Joey os echaremos de menos, -mascullé-.

    De repente, sentí un meneo tal que me sacó del ensimismamiento en el que me encontraba y alcancé a ver a mi mujer...que me despertaba.

    - Rafa -me dijo riendo- tanta serie no es buena...pasa a vestirte que tienes vista.

    - La toga is the new black, le contesté.

    | Mayo 2017
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 6

  • Prioridades

    Demasiados recursos y demandas por interponer con días de tan solo 24 horas...a veces es desesperante y piensas que no hay nada peor. Pero la calle, está llena de lecciones.

    Marcial es un hombre sin techo que se protege de la vida bajo un humedecido cartón cerca de mi despacho. Lo veo todos los días mientras apuro el café de la mañana pensando en todos los asuntos que pueblan mi mesa.

    Una mañana, un niño se acercó a él y extendió su mano con una mirada cargada de transparencia. Marcial, quizás pensando que al menos los niños sí que le ven, le sonrió llevándose la mano al corazón justo antes de abrir su tesoro, una piruleta.

    Me dí cuenta de que para la concurrencia fue un hecho inadvertido, sin embargo, yo sentí que tenía que actualizar mi lista de prioridades. Y es que la vida, a veces, nos ciega.

    | Marzo 2017
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 1

  • El día que decidí ser abogado

    Era una prueba imperceptible como el más fino ultrasonido y sin embargo allí estaba ella con su dedo fiscal en una mano y el verdugo "Zapatilla" presto para el garrote en la otra.

    El juicio era sumarísimo. Lo peor de todo es que no tenía defensa posible, puesto que en el lugar de los hechos sólo estábamos ella y yo, y es obvio que ella no había sido.

    El asunto era peliagudo, faltaban 10 galletas de la caja que habíamos preparado anoche para llevar a la abuela por su cumpleaños.

    Por desgracia no había nadie para testificar a mi favor, y a pesar de pedir la última palabra, ella decidió la inadmisión. Estaba sentenciado.

    Sea, agaché la cabeza sabiendo de su puntería y que no habría fallo, el golpe sería certero, como siempre, pero de repente entró ella y solicitó mi absolución.

    - Indicios mamá, no puedes condenar por indicios.

    | Octubre 2016
     Finalista
     Votos recibidos por la Comunidad: 14

  • Inocencia interrumpida

    Con cinco años la vida debería ser un continuo trasiego de juegos llenos de esperanza e ilusiones. Sin embargo, la sinrazón del hombre hizo que viera cómo sus padres recogían el cuerpo exánime de su hermana y ahora, sin casa y con su mundo hecho pedazos, surca el mar apisonado en los dos metros escasos de una lancha camino de ninguna parte.

    En la barca, donde todos han perdido a alguien, todavía resuenan las bombas en sus corazones. La humanidad ha perdido la batalla.

    Ya en tierra, olvida un momento el hambre ante una enorme alambrada que rodea lo que según escucha es un campo de refugiados.

    ¡Qué será un refugiado!

    A unos metros, su padre gesticula con un hombre que dice ser su abogado y que va a ayudarles a conseguir unos papeles.

    - Hamid, estamos a salvo.

    - Yo no quiero estar a salvo, quiero ir a casa.

    | Junio 2016
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 1