Mar López Salmerón

Microrrelatos publicados

  • Allí no estaban ni Dios ni San Pedro

    Otra vez aquel pitido infernal del reloj. Claro que tenía altas las pulsaciones, era visible mi nerviosismo, de ese juicio dependía mi carrera. Justo cuando la jueza me reprendía por interrumpir, la nada.

    Y de repente otro juicio, concretamente el mío ante las puertas del cielo. Y allí no estaban ni Dios ni San Pedro, sino un Tribunal de directivos de Silicon Valley presidido por Mark Zuckerberg.

    _ Vemos que ha fallecido por un infarto, su tejido cardíaco era débil y sufría riesgo de miocarditis.

    No sólo tenían mi historial médico. Lo sabían todo de mi: mis gustos, mis gastos… ¡Hasta los pasos diarios que daba!

    Como abogado siempre buscaba preservar la intimidad de mis clientes pero la mía la había regalado a golpe de click.

    Ante eso no había defensa posible y el veredicto era claro: imbécil.

    Lo bueno, por imbécil no te prohíben la entrada en el cielo.

    | Octubre 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 14

  • El día que nació este concurso

    Su vocación frustrada era ser escritor por lo que durante sus años de ejercicio de la abogacía había volcado su creatividad en la diversidad de escritos presentados en los juzgados.

    Desde una solicitud de medidas urgentes hasta una demanda de noventa folios; todos estaban pulcramente redactados y, siempre que lo permitieran los hechos, narrados de forma que sorprendiesen al lector. Se preguntó que habría sido del trabajo de toda su vida.

    La respuesta fue devastadora. Una insípida Junta de Expurgo había determinado que no servían ni como patrimonio histórico por su valor literario y que debían ser enajenados para su posterior reciclaje como papel de uso común.

    El enfado se convirtió en indignación y sintió la responsabilidad de crear un concurso que buscase fortalecer la creación literaria a través de los microrrelatos para que sus compañeros de profesión siempre tuvieran la seguridad de que su creatividad era valorada.

    | Agosto 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 6

  • Opositando de oficio

    Para Guillermo no existía una población más vulnerable que los opositores a Judicaturas. Llevaba años quejándose sobre todos los aspectos de la oposición, que si “el temario es inabarcable”, que si “solo opositan los valientes”, que “había que tener una constancia de hierro” a todo aquel que quisiera escucharle.

    Después de suspender tras 7 años estudiando, había decidido que ya había sufrido bastante. Realizaría su vocación, erradicar las injusticias, de otra forma, buscaría una oportunidad de empleo en el turno de oficio. Total, nada podía ser más difícil que opositar.

    No habría ningún problema, llevaba colegiado todos esos años, por lo que cumplía los requisitos, solo le faltaba el curso.

    Al terminar el curso estaba exultante, por fin cumpliría su sueño.

    En su primera guardia sonó el teléfono, un acusado de homicidio.

    Tras la vista preliminar, salió temblando. Aquello era demasiado duro y decidió que volvería a estudiar Judicaturas.

    | Junio 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 6