Beatriz García Herrera

Microrrelatos publicados

  • TIBURÓN

    Siempre necesitó de un período de adaptación más largo que el resto de la gente, de modo que, a pesar de que aquel día cumplía dos años trabajando para la fábrica, para sus compañeros, seguía siendo el nuevo.

    Jamás se había sentido parte de un grupo, además, sus compañeros le toleraban porque no tenían más remedio, pues él era el hijo del jefe.

    EL JEFE. Un tiburón que quería invertir en la producción de baterías de litio y meterse de cabeza en la industria automovilista… todo a costa de la salud del rio que surcaba a la vera de la fábrica, pues proteger el medioambiente siempre lo consideró un gasto superfluo.

    Su hijo no llevaba bien esta política de empresa...

    La citación del juzgado llegó cuando padre e hijo estaban juntos en el despacho. El padre abrió el sobre de manera ceremoniosa y leyó el contenido:
    - Una demanda… ¡tuya!

    | Mayo 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 1

  • SOLIDARIDAD ENTRE PUEBLOS

    Siempre hubo buena relación, incluso, a menudo, un pueblo tenía que cooperar con el vecino para lograr un objetivo común. En una de estas incursiones, un trágico accidente sesgó la vida de individuos de uno y otro pueblo. Ambas comunidades se culparon mutuamente y la alianza quebró.

    El caso fue llevado al Tribunal Común, pero no había abogados y, sin solución, el pueblo desesperaba de rabia.

    Un día de tormenta ambos pueblos quedaron devastados. El nivel freático ascendió y una de las reinas se vio amenazada de muerte. Sus súbditos pidieron apoyo a sus vecinos, amparándose en la solidaridad histórica. La ayuda no tardó en llegar y todos juntos trabajaron para fortalecer las barreras protectoras de sus pueblos.

    Desde ese momento, el Derecho es la carrera de moda y todas las hormiguitas quieren ser abogados, para que nunca haya otro enfrentamiento que vuelva a separar a los dos hormigueros vecinos.

    | Agosto 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 3

  • Vecinos

    La división del predio familiar le dejó sin acceso a la vía pública.
    Para poder ir a trabajar, tuvo que hacerse amigo del perro de su hermano, dueño de la finca colindante. Que no es que su hermano fuera un perro, que también, sino que se había adjudicado uno de presa, todo fuera por facilitar aquellas entradas y salidas furtivas de su amado hermano a través de sus tierras. La medida fue eficaz unos días, pero a base de chuletones al punto, nuestro protagonista alcanzó una insospechada paz interespecies.
    Así pasaron los años, largos, confinados y furtivos años, invirtiendo gran cantidad de su presupuesto en la carnicería, hasta que una película de romanos le sacó de su letargo jurídico.
    ¿Realmente existía algo llamado servidumbre de paso?
    ¿Podría no ser la suya una causa perdida?
    ¿Podría tener él un derecho de paso a través de la finca de su hermano?

    | Julio 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 7