Imagen de perfilSer o no ser

FCO JAVIER HDEZ RODERO 

Una toga en una percha de un ajado tinte moreno y bajo la ventana, sobre la tapa pulida de un sobrio secreter, una pluma de cisne con su tintero de cristal. No muy lejos, una estilográfica sheaffer en topacio ahumado esmaltado junto a un puñado de legajos en apariencia desordenados. Nunca quiso aceptar un cargo mayor que el de servir de auxilio legal a quien pudiera necesitarlo, remunerado o no. No importó. El derecho corrió por sus venas, latiendo sin otra pretensión que por la euforia del triunfo de la ley. Ojalá estuviera ahora aquí para aconsejarle, como hizo con tantas personas cuando de niño, sin apenas pestañear y apoyado tras la puerta de ese mismo despacho, escuchaba a su padre abogando por un modelo de justicia para todos. Se levantó, cogió la toga para dejar la suya y se dispuso a hacer honor a cuanto le habían enseñado

 

+1

 

Queremos saber tu opinión