PAOLA GAZZO MARTÍN

Microrrelatos publicados

  • MADRE CORAJE

    Cuarta abogada designada, piensas –ardua tarea-. Le doy cita, y le explico que verá mi nombre en el panel junto a la entrada. Sin recursos y con desanimo, llega al despacho. Tiene arrugas marcadas, y una mirada afligida. Comienza a contar el calvario que hace años comenzó y que ha llevado a su hijo a prisión. Habla de términos tales como acusar, sobreseimiento… y doy por supuesto, que me supera en cuanto a conocimientos penitenciarios se refiere. De vez en cuando esboza una sonrisa relatando los avances de su hijo bajo rejas. Tras atenderla, me percato que mi designación emana de una madre sin descanso. Después de tres sentencias confirmando la primera, ella cree en su inocencia. Llama a diario. Hoy por mi treinta aniversario ejerciendo, como gesto de compasión, la escucho ocultándole la crudeza de los años que restan para el regreso de su primogénito a casa.

    | Junio 2022
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 11

  • AL OTRO LADO DE LA FRONTERA

    No debí pasar por allí, no era la hora indicada...no dejo de pensar en qué momento cometí el error. ¿Cuál fue la razón? ¿Mi color o mala suerte? Intento pasar desapercibido.

    Desde megafonía escucho el número veintidós, sigo pensando, se acerca un policía y me indica que me están llamando. Me sorprende, mi nombre es Kwaku y aún no lo he escuchado. Acudo a la sala de espera y una señora, vestida elegante, empieza a hablar incesantemente. Me explica que me debe asistir, que le han asignado mi orientación jurídica y defensa.

    Me siento vulnerable y confuso. He dejado a mi mujer e hija en casa, no saben nada. La señora me explica que soy beneficiario de dos llamadas. La miro, tras el cristal, y le pregunto -¿que delito he cometido?- pasados unos segundos de silencio, ella responde - nacer al otro lado de la frontera.

    | Julio 2021
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 23

  • AUTODEFENSA

    Me senté frente a ella, y ahí estaba sollozando, recriminándose como había sido capaz de cometer tal masacre. Yo era conocedora de los hechos, pronto se había difundido por todos los medios de comunicación, pero como buena jurista me hago eco del principio de presunción de inocencia y la animo a que me cuente lo sucedido. Comenzó con un “soy madre, la Madre Tierra”, insistió, “he ofrecido todo mi ser para que desarrolléis una vida plena, junto a sus bosques y su fauna; sólo os he pedido aguardarlo, y me estáis exterminando, actuáis con tal egoísmo que ignoráis las consecuencias, viéndome abocada a proteger a mi especie”.

    Sus palabras me estremecieron. Los datos respaldaban la regularización del ecosistema. Difícil de digerir el infortunio que ocasionamos con nuestra sola presencia. Mi alegato resultó claro: esta señora hizo brotar un virus, pero no hay duda que fue en legítima defensa.

    | Mayo 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 19