Alejandro Perez Iglesias
Microrrelatos publicados
Solo un favor
Era mi primer juicio mediático. Un gran caso, un gran riesgo. Podría encumbrarme, podría defenestrarme. Él apareció un día en el juzgado. Sonriente, bien parecido, gomina, perfume caro, traje de buen tejido. -“Te ayudaré. Ganarás”. -“Paso. Quiero preservar mi independencia, me va bien solo” “No lo parece, únicamente me deberás un favor” insistió. Tenía razón, yo estaba desesperado -“Acepto” Sonrió satisfecho, se dio media vuelta. Después, una sorpresa, un testimonio nuevo. Un giro total. Inocente contra todo pronóstico. El abogado de moda. Trabajo, dinero, fama, casos importantes. Alguna ocasión más “¿Te ayudo?, solo me deberás un favor” “Venga” Otra, cada vez más. Y allí estaba siempre, observándome, en todas partes. Al cerrar los ojos cada noche.
Llevo medio año aquí encerrado. Medicinas. Terapia. Caras compasivas. “No estoy loco” repito. Miro por la ventana. Allí está, bien visible en el jardín. Sonriente, porte elegante. Todavía le debo el favor.
| Octubre 2021
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 6Pioneros
La cola es lenta y la sala llena de gente me agobia. Esperando mi ración de comida diaria me siento más vulnerable: a mi alrededor empujones, miradas llenas de odio, rostros agresivos y conflictos a punto de estallar. La guardia los sofocará con rapidez y violencia extrema. Otro día más. El cubículo en el que vivo es pequeño pero me alegro al volver a él. “Estoy en la Luna, no en el Ritz” me consuelo mientras aseguro la puerta.
Era inevitable que alguien viese en las colonias lunares una oportunidad para reducir la población y erradicar a pobres, convictos y “maleantes”. Gentes sin nombre, mano de obra barata para conseguir recursos en otros mundos mientras los poderosos dominan una Tierra más exclusiva.
¿Y cómo he acabado aquí? Necesitaría otras 150 palabras para explicarlo, pero os lo resumo: falta de empleo y que, hasta en la luna hacen falta abogados.| Junio 2021
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 5RECICLAJE
Los obreros habían acabado los últimos remates. Recorrió una vez más la vivienda revisando los detalles. Las suyas eran las más apreciadas, tanto en entornos urbanos como rurales. Llevaba muchos años dedicándose a construir. Primero con malas calidades, abaratando los costes. Ahora llegando a gente que estaba dispuesta a pagar de más por esa “nueva moda”: casas de diseño, sostenibles, inteligentes, pasivas, ecológicas, materiales modernos, resilientes.
Mucho trabajo e ingenio para engordar su patrimonio. Cierto que alguna vez había tenido que saltarse normas. Nada grave. Pero no iba a dejar ahora que un abogaducho acabara con todo. Antes de irse miró otra vez la vivienda rematada. Tenía ese plus para sacar un buen beneficio. Aunque esta vez no podría decirle al comprador todas las bondades de su casa, pese a que un cadáver en la cimentación podría considera reciclaje y reducción de la huella de carbono de la construcción.
| Marzo 2021
Participante
Votos recibidos por la Comunidad: 8