Imagen de perfilDefensa contra la ceguera

Gabriel Pérez Martínez 

Me han asignado un recluso por el turno de oficio. Cumple condena tras dar una brutal paliza a un subsahariano por la única razón de no ser blanco. Ahora, mantiene que ama la diversidad, no obstante, hace una semana, en el gimnasio de la cárcel, le partió las dos piernas a un magrebí que según un funcionario de seguridad solo le preguntó la hora. Mi cliente sufrió desprendimientos de retina tras resbalar cuando huía de la escena del crimen y golpearse ambos ojos contra una barra de pesas. Tuvieron que operarlo de manera urgente, pero los médicos sostienen que recobrará la visión en unos días. A mí me toca representarlo; es mi responsabilidad. Y creo que ser abogado de alguien con quien no comparto nada, me puede fortalecer, también, como persona. A ver cómo reacciona cuando se recupere y descubra mis raíces nigerianas.

 

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