Imagen de perfilVocación

Ernesto Ortega garrido 

Con tres años, ya aporreaba la mesa del salón con un martillo de juguete, intentando poner orden en la “casa”. Me pasé la infancia jugando a los abogados. Acusaba al cactus de haberme pinchado un globo, a los caramelos de provocar caries, a un calcetín desparejado de abandono familiar. Los llamaba a declarar y me pasaba las horas inventándome testimonios que aludían al derecho consuetudinario y a términos que no sabía siquiera qué significaban, ante la desaprobación de mis padres que querían que dejase cuanto antes todas esas tonterías. Desde pequeño soñaba con representar a los más desfavorecidos, pero me vi presionado a seguir la tradición familiar y, como hijo único, no me atreví a decepcionarlos. Ellos siempre vienen a verme al teatro. Al acabar cada sesión, se levantan de sus butacas y orgullosos comienzan a aplaudir. Mientras tanto, entre actuación y actuación, he empezado a estudiar derecho.

 

+31

 

Queremos saber tu opinión

8 comentarios