Virgen y mártir
Jerónimo Hernández de CastroDebí golpearme cuando buscaba un calcetín bajo mi cama. Un incidente consuetudinario abocado a la tragedia. Dos días en el suelo y noto crecer mi barba, hirsuta como un cactus, sobre un cuerpo paralizado y maloliente. No resistiré mucho más…
Ni siquiera Samanta, o como se llame, podrá informar de mi estado al tribunal. Yo había contratado por primera vez sus servicios a domicilio y ella acudió puntual. No pude responder y casi quemó el timbre antes de marcharse airada, gritando al chulo que la apremiaba por el móvil.
Pero mi muerte será útil. La incomparecencia de un fiscal como yo suscitará nuevas sospechas. El despreciable mafioso del banquillo no será absuelto de nuevo, tras representar su papel de desfavorecido, arropado por abogados brillantes; y, bien probada su relación con sicarios confesos, mi autopsia certificará una contusión tan precisa en la región occipital, que solo puede ser obra de profesionales.
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Jero!!!
Menudo relato negro… con una estructura circular perfecta!!!
Pobre fiscal, pero parece que incluso su propia muerte servirá para algo, no? Trabajando hasta morir!!!
Muy buena historia!
Enhorabuena y te deseo mucha suerte.
De momento, ahí va mi voto!
Un abrazo
Marta
Muchas gracias Marta! Me alegra mucho que te guste la historia. El fiscal un auténtico mártir de la profesión. Un beso grande
La casualidad es tan importante como la causalidad. Brillante. Enhorabuena. Mi voto y mucha suerte.
Muchas gracias por tu comentario. Un fuerte abrazo!
jaja, qué bueno! Enhorabuena, Jerónimo. Mi voto y suerte.
Gracias Eva! Con sorpresa escondida hasta el final! Un beso
¡Enhorabuena, Jero, muy buen relato! No hay mal que por bien no venga…
Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Besos apretados.
Muchas gracias Pilar ! Un beso enorme.
Leyendo la historia he imaginado el inicio de un episodio de CSI, con imágenes generadas por ordenador viendo por dentro cómo va fallando el cuerpo de la víctima hasta que llega su final. Creo que he visto demasiada tele…
Me ha encantado. ¡Felicidades Jero!
Y ojalá siga esta buena racha.
Qué bueno Esperanza! Nunca he visto un capítulo de CSI Es estupendo ver cómo un texto tan pequeño despierta interpretaciones tan diferentes.
Me alegra mucho que te haya gustado! Un beso grande y muchísimas gracias
Hola, Jero.
Qué mal final para lo que prometía ser una velada, al menos, interesante con la tal Samanta.
Bravo y bravo.
Un abrazo y muchísima suerte.
Muchas gracias Towanda! Un beso enorme y gracias por tu comentario!
La precisión siempre tiene utilidad. Me gusta. Mi voto.
Muchas gracias Diego. Me alegra mucho que te haya gustado.un abrazo
Anda, Jero, que menuda historia te has montado partiendo de un triste calcetín. Si ahora dejara salir mi vena materna, que no maternal, te diría que ser tan desordenado no podía traerte nada bueno, pero solo me sale la arteria lectora y te digo «sin alevosía ni maternidad» que tu historia es genial.
Un abrazo
Muchas gracias Margarita! Lo genial es tu comentario! Tan literario cómo afectuoso! Al final el calcetín ha dado mucho juego . Un beso grande
Magnífica historia, Jero. Veo en tu micro un buen argumento para una película digna del mejor de cine negro.
Enhorabuena y mucha suerte con él.
Muchas gracias Asun! De dos adjetivos del santoral a una heroica acción involuntaria. Un abrazo enorme
No todos vamos a ser héroes al estilo de Clint Eastwood en Gran Torino. También se puede acabar con los malos a la manera de tu fiscal, por puro accidente tragicómico.
Suerte, Jero.
Muchas gracias Manuel!. Yo creo que hay más héroes por accidente, con buenos resultados para la sociedad Aunque sea por buscar un calcetín. Un abrazo !
Hola Jero. Magnífico microrrelato. Qué «mala pata» la de tu prota o mejor dicho qué «mal calcetín». Jajajaja… Aunque como ha comentado otra compañera anteriormente, no hay mal que por bien no venga. Mísero final el del fiscal pero (sin que suene mal) me he reído mucho. Mucha suerte y mi voto.
Un saludo.
Muchas gracias por tu comentario! Malvado calcetín desde luego pero muy eficaz si te ha despertado una sonrisa. Un abrazo !