As time goes by
Rubén Gozalo LedesmaRepaso el derecho consuetudinario, miro los artículos de la legislación e intento memorizarlos. Pese a que mi memoria ya no es la de antes, trató de exprimir al máximo las neuronas. En un par de horas tengo un juicio importante. Y es que estoy algo alterado, desde que ayer mi hija montó en cólera cuando vio el bufete lleno de envoltorios de comida rápida y de bolsas de basura. Dice que me alimento mal, estoy desfavorecido y que no debería acumular tanta mierda. Incluso dejó entrever que me hago mayor y se me está yendo la cabeza. ¡Qué sabrá ella!, pienso tras meter el calcetín y los calzoncillos en la tostadora e introducir el recurso de apelación en el tambor de la lavadora. Después, me dirijo a los juzgados a representar a mi nuevo cliente con el cactus debajo del brazo.
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Un relato entrañable y divertido. Enhorabuena y mi voto. Mucha suerte.
Rubén, un buen relato con un final muy divertido.
Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Besos.
Todo lo demás tiene un pase, pero lo del cactus bajo el brazo es recrearse en el dolor. Muy divertido. Mi voto
Vamos a tener que hacer algo con este letrado. De momento, darle un voto y unas cuantas tiritas.
Aunque el título evoque para mí la canción de Casablanca, el amor eterno («Moonlight and love songs/Never out of date»), su significado literal es ciertamente ese: el tiempo pasa, implacable; o vuela… y no vuelve, no es precisamente un ave migratoria.
Yo mismo acabo de pincharme con el cactus, confundiéndolo con el ratón…
Suerte, Rubén.