PALEOJUEZ

ROSA MOLINA Lí PEZ · TRES CANTOS (MADRID) 

El jefe del clan se irguió sobre sus piernas con una tibia de mamut en la mano y, dando dos golpes sobre una piedra para llamar la atención del resto del grupo, gruñó:¡€™se declara efectiva la condonación de la deuda contraída por un bronceador y se establece que el socio pague una fianza, tal como se detalla en el resumen que se adjunta?, y todos comenzaron a reírse a carcajadas por esa serie de sonidos entrecortados y ridículos, pues todavía no se había inventado el lenguaje.

 

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