LA CONVENIENCIA DE TENER CLIENTES DISTINGUIDOS
MANUEL MORENO BELLOSILLOAl terminar la carrera monté mi propio despacho. Como los clientes no abundaban y el negocio decaía, busqué un nicho de mercado novedoso para especializarme: el derecho de los animales. La concepción de los animales como seres sensibles los dotaba de derechos y obligaciones y necesitaban que alguien les defendiera. Al empezar sólo me encomendaban casos modestos como desenjaular canarios cautivos o encerrar perros malos, hasta que un día llamó un tipo que pretendía adoptar a su mascota para dejarle un valioso legado y quería que yo me encargara del asunto. Lo cité en el despacho y apareció de la mano de un chimpancé con esa mirada dulce y lánguida propia de su especie. Hacían una extraña pareja, pues él llevaba un chándal y el chimpancé iba ridículamente disfrazado con un traje gris de tres piezas y un sombrero borsalino.
—Esta es mi mascota. —Dijo el mono, descubriéndose la cabeza.
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Un cambio de papeles que iguala a una especie con otra. Nos las damos de reyes de la creación, pero tenemos un pasado común con los primates y bien podríamos haber evolucionado de un modo diferente, ellos y nosotros.
Un relato también para la reflexión, sobre cómo tratamos a las mascotas, todo ello a partir de una ley novedosa, que no pocos consideran apropiada y avanzada.
Un relato divertido e imaginativo, con un toque de ciencia ficción tal vez, un recurso que dominas y aparece en muchas de tus historias. En esta ocasión, a mí me ha parecido ver ecos de homenaje al mítico Planeta de los simios.
Un abrazo y suerte, Manuel
Muchas gracias, maestro. Ya te lo he dicho, pero te lo repito: enriqueces con tus comentarios estos pequeños ejercicios literarios. Honrado y agradecido.
Genial y divertido tu relato, Manuel. Ni te imaginas lo que me recuerda a uno que escribí hace tiempo y que resultó seleccionado: se llamaba «Law Ventura, abogado de mascotas». Es que los animales dan tanto juego… Mi voto y mis felicitaciones. Un saludo.
Francisco, escogido precedente. Lo leo y veo que tienes razón. Te recomiendo también el micro “Margarita y el derecho de las plantas” de Maite R. Valtierra, que da una vuelta de tuerca a eso de asignar derechos y obligaciones a otros seres vivos distintos a nosotros.
Muchas gracias.
Genial.
Gracias, Margarita, la contundencia del comentario me halaga.
Muy bueno, el intercambio final entre cliente y mascota, resulta fácil de imaginar tal y como lo pintas.
Mi voto y un abrazo, Manuel.
Muchas gracias, Ana María. Si consideras logrado el artificio, ya es mucho.
No parece que tu mono sea vengativo y maltratador como los de “El planeta de los simios”. Al contrario: vela por su mascota.
Un placer volver a leerte, tocayo.
Mucha, y buena, suerte.
Aquí estamos otra vez, y qué sean muchos años!
Muchas gracias por el comentario.
Me encantó, mi voto desde Uruguay.
Olé, qué buen gusto los uruguayos, de siempre.
Muchas Gracias!
Muy bueno, Manuel. Mi voto y mucha suerte.
Muchas gracias, Ana Isabel!