Imagen de perfilE-mail encontrado por azar entre el spam de un bufete

María Sergia Martín González- towanda 

Estimado colega del presente, quizás, cuando leas esto, aún haya esperanza…

Todo comenzó con Tan-IA, la androide de caminar menos elegante que puedas imaginar, pero de ‘speech’ inigualable. Logré implementarle un software con todas las disciplinas legales y herramientas Big Data. En minutos, estudiaba decenas de expedientes, realizando exhaustivos análisis. Demandas, denuncias y querellas volaban en sus manos. Orgulloso, dispuse exhibirla durante el Congreso de la Abogacía 2019. Deslumbró. Tanto que cada bufete adquirió una.

Pero, a traición, vulnerando nuestro derecho a la intimidad, miles, millones de Tan-IA consiguieron interconectarse creando el abogado virtual 24H. Siguieron el e-juez, la telejusticia gratuita, el hololetrado de oficio… Un despiadado marketing contra la abogacía tradicional se hizo viral. Nuestra profesión imprime carácter, aunque esto nos pilló desprevenidos. Nadie estudiaba Derecho. Fuimos vilipendiados, amenazados, perseguidos por ley…

Quedamos muy pocos. Intentamos resistir abrazando nuestras togas, pero, cada vez, resulta más complicado escapar del monstruo.

 

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