UNA OPORTUNIDAD
ÁNGEL SAIZ MORAUn profesional de la abogacía, especialista en Derecho Inmobiliario, sabe que hay casos que se pierden, pero conformarse no forma parte de mi naturaleza. Algunos me califican de resiliente y tenaz; para otros, soy cabezón y algo excéntrico. Que no pudiese impedir ese desahucio fue frustrante, pero más me dolía ver abandonada a aquella familia en un áspero entorno urbano.
Decidí construir una pequeña cocina en una de las salas y habilitar otra para dormitorio. El bufete, de esta forma, pasó también a ser vivienda. Mis empleados al principio no lo aprobaban, pero pronto se acostumbraron, era imposible no querer al pequeño Yakin. Su sonrisa estaba hecha de algún material que transmitía vida.
Bastantes años después, en plena pandemia, no puedo evitar emocionarme al ver las noticias. Aún no me han puesto la vacuna que desarrolló la empresa farmacéutica de Yakin, pero a mí ya me inocula orgullo.
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Muy solidario tu protagonista, Ángel. Su gesto cambia el destino de esa familia. Entiendo su orgullo por el resultado del mismo.
Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Besos apretados.
Nunca sabemos las consecuencias que pueden tener las cosas que hacemos, sí que, de alguna forma, todo vuelve a nosotros.
Muchas gracias y un abrazo, Pilar
Un canto a las buenas acciones y las buenas personas que luego si dan frutos mejor que mejor. Enhorabuena por tu historia llena de esperanza y mi voto. Un abrazo.
Aquello de «quien siembra recoge» tiene muchas papeletas para ser cierto. Unos siembran vientos y recogen tempestades; otros, buenas acciones que desembocan en buenos frutos, como bien apuntas.
Muchas gracias y un abrazo, Juan Manuel
Como siempre, tu relato es buenísimo. Es un placer y un orgullo tener mi relato en la misma lista que uno tuyo. Un abrazo.
A mí me gusta mucho el tuyo y sí que es un placer coincidir en este mundillo de las letras.
Agradezco mucho tus palabras, Pedro
Otro abrazo para ti
Esperanzador relato, Ángel!
Efectivamente, todo lo que hacemos tiene sus consecuencias y en el caso que planteas, muy buenas… viva ese buen karma!
Te felicito por el relato!
Suerte y un abrazo con mi voto!
Marta
Cada cosa que hacemos, hasta la más mínima, tiene una repercusión, deberíamos tenerlo siempre presente. Aunque lo sabemos, lo que acabamos haciendo la mayor parte del tiempo es más bien improvisar.
Gracias, Marta
Un abrazo
Me encanta que nuestros abogados sean igual de excéntricos :)
Felicidades y gracias por inocularnos una dosis generosa de esperanza. Mucha suerte y mi voto!
Un abrazo de leona :)
Marta
No está mal, sino al contrario, salirse un poco de la norma, siempre que sea para bien.
De los leones y leonas, como de cualquier ser vivo, tenemos mucho que aprender.
Gracias, Marta
Otro abrazo para ti
Un personaje con una calidad humana digna de admiración. Y un relato magnifico, a los que nos tienes acostumbrados. Felicidades y mi voto. Un abrazo.
De tener algún mérito esta pequeña historia, hay que adjudicárselo al personaje, al que, posiblemente, muchos nos gustaría parecernos.
Mil gracias, Isabel.
Un abrazo
La limitación de palabras te ha impedido contar, querido Ángel, que el abogado benefactor (y luego beneficiado, como el resto de humanos), habilitó un cuarto de juegos para Yakin y le regaló un juguete de experimentos químicos y libros de Biología.
Mucha, y buena, suerte, Arcángel.
No te digo que no. Es probable que en algún cumpleaños o los Reyes Magos, tras cuya sombra estaría este abogado altruista, llegaran a manos de Yakin un Quimicefa o un Quiminova. Las vocaciones siempre tienen un principio.
Muchas gracias, Manuel.
Un abrazo
Sencillamente maravilloso. Es la historia que me hubiera gustado escribir.
El mundo está lleno de Yakins esperando una oportunidad. Y si no la encuentran, el resto también perdemos.
Enhorabuena.
El problema es que ni siquiera sabemos, o no queremos saber, todo lo que nos estamos perdiendo. Algo no muy distinto sucede con tantas mujeres intelectuales, evocadas en especial en estos días, de las que la historia de la literatura no ha querido acordarse.
Muchas gracias y un abrazo, Rosalía
Magnífico relato. Me ha encantado cómo has ido tejiendo la historia hasta desvelarnos la importancia de aquella acción. Yakin, el inventor de la vacuna. Y para rizar el rizo, el abogado todavía no se la ha puesto (sin favoritismos).
Un abrazo enorme.
No todo lo que hacemos termina siendo un éxito, pero de todo se aprende y lo que se hace con el corazón repercute siempre. Y la vacuna sin favoritismos, por supuesto.
Muchas gracias, María.
Otro abrazo grande para ti.
El talento está en todas las partes como se ha demostrado, y la solidaridad siempre es buena para todos.
Aplausos para tu protagonistas y para Yakin.
Enhorabuena y mucha suerte, Ángel.
Has expuesto dos grandes verdades, que vivimos como si no fuesen una evidencia: el talento no tiene raza ni nacionalidad, y ser solidario beneficia a todos.
Transmitiré tus buenos deseos al abogado y, sobre todo, a Yakin.
Muchas gracias y un abrazo, Almudena
Creo que te lo dije una vez y te lo repito, Ángel: tus relatos derrochan bonhomía, empatía, y sinceridad. Además de que los escribes muy requetebién. Enhorabuena, mi voto y un abrazo.
Te lo agradezco mucho. Ya me gustaría parecerme, por ejemplo, a este abogado. Y ojalá, por otra parte, que hubiese muchos como él.
Gracias otra vez y un abrazo, Nicolás
Hola, Ángel.
Conformarse no forma parte tampoco de mi naturaleza porque soy protestona.
Me parece que tu abogado es un buen hombre. Un muy buen hombre.
Me encanta la historia que te has montado este mes (bueno, como todas las que traes) y te deseo suertísima con ella.
Un abrazo enorme.
Quizá sea necesario saber cuando hay que abandonar, pero no es menos cierto que quienes se resignan a las primeras de cambio pocas metas consiguen. Siempre hay motivos para decir que algo es imposible, que nosotros no sabemos o no podemos hacer nada, y con eso la inacción se justifica.
Para bueno el ser alado de tu historia.
Muchas gracias, Towi.
Otro abrazo grande para ti
Una oportunidad. Eso es lo único que se necesita a veces y no hay forma de encontrarla.
Un relato esperanzador marca de la casa.
Un abrazo, Ángel.
Con tan solo un poco de buena voluntad cuántas caminos se abrirían.
Mucha gracias y un abrazo, Margarita.
Una derrota bien aprovechada y el intento de paliarla con imaginativas reformas al final han dado su fruto y, es evidente, llenan de orgullo al artífice. Mucha humanidad entre los renglones de la ley. Mi voto y mi abrazo.
Hay que intentar hacer de las derrotas aprendizajes y hasta victorias, aunque sea a largo plazo. La humanidad que no falte en todo lo que hacemos.
Muy agradecido, Esteban.
Un abrazo
Un acto de caridad, y también de valentía, encauzan el destino del protagonista. Un relato donde la empatía y el orgullo conviven en el tiempo. Muy bueno, Ángel. Un abrazo y suerte.
Si es verdad aquello de «quien siembra, recoge», este abogado, lo esperase o no, acaba por sentir una satisfacción tremenda a nivel personal, pero sobre todo, la que proporciona las cosas bien hechas.
Muy agradecido.
Un abrazo
Una historia conmovedora dentro de una pocas frases. Enhorabuena.
Muchas gracias, Antonio.
Suerte tú también.
Un abrazo
¡Qué historia tan bonita y conmovedora, Ángel! Ojalá todos seamos capaces de reconocer en tantos Yakin a personas capaces de aportarnos tanto. Un abrazo
Sería lo deseable, desde luego, pero a veces parece como si tuviésemos puestas una orejeras, sin querer ver más allá de nuestro propio egoísmo.
Muchas gracias, Patricia
Un abrazo
Qué bonito, Ángel, me ha gustado mucho esa sonrisa de Yakin y ese final.
Una sonrisa llena de vida. Me alegro que te haya gustado, Laura.
Gracias por leer y comentar.
Bravo Ángel. La generosidad es la mejor inversión y sus resultados llegan muy lejos. Un fuerte abrazo y toda la suerte del mundo
«La generosidad es la mejor inversión y sus resultados llegan muy lejos», una frase que no solo resume a las mil maravillas el espíritu de esta pequeña historia, también merecería que la tuviéramos enmarcada y a la vista, para poderla interiorizar y aplicar a diario.
Mil gracias y otro abrazo grande para ti, Jero
Abogados que ven lo humano detrás del problema jurídico. Has sabido conjugar en este micro la grandeza la profesión, el aleteo de las mariposas y la situación actual. Enhorabuenísima.
En toda profesión o bajo cualquier circunstancia debería estar siempre lo humano. Las consecuencias de lo que se hace o se deja ya no dependen de cada uno, antes o después y de alguna forma siempre afloran.
Agradezco mucho tu lectura y comentario, Nieves.
Un saludo
Todas las personas tienen derecho a tener una oportunidad en la vida y tú se la das a Yakin en este excelente microrrelato..
Mi voto y mi deseo de que tengas mucha suerte. Abrazos.
A nadie se le debería negar esa oportunidad, y hasta más de una, como nadie debería nacer condicionado por ninguna circunstancia de las que complican la existencia.
Muchas gracias, Lola.
Abrazos
VERGONZOSA LA LUCHA FRATICIDA POR UN HACERSE UN HUECO EN LA FINAL DE ALGUNAS PERSONAS