ENTREGADO POR REBELIÓN

SUSANA PATRICIA RODRIGUEZ FERNANDEZ · BARCELONA 

Perdió la razón, pero al menos le quedó la ilusión de creer que su acción serviría para luchar contra la absurda especulación. Sabía que su abogado nada podría hacer para evitar aquella injusta, aunque en pago, dación. Intentó ofrecer su casa, su barco, su coche de lujo de única edición. Alegó ante el tribunal que aquello era una expropiación. De nada le sirvió. El banco quería su saxofón. Los bienes inmuebles ya no tenían valor, tampoco los yates de lujo, aunque se asemejaran, en tamaño, a un galeón; ahora la fiebre especulativa se había cebado con los instrumentos de viento, de cualquier forma y color, incluso con el de más grave sonido, el ilustre trombón. Por eso no le quedó otra opción: se dirigió a la tienda de instrumentos musicales de ocasión y, allí, decidió entregarlo a cambio de un simple botón.

 

 

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