Homicidio imprudente
María Sergia Martín González- towandaTodavía recuerdo su mueca de decepción cuando aparecí con aquel tatuaje. Mamá tenía una forma especial de mirar, como si su rostro fuera un oráculo que, precisamente, aquella tarde vaticinaba naufragios. Después, llegó él, severo, intolerante, y todo se precipitó. Un grito, un golpe, ella interponiéndose entre ambos, insultos, y las tijeras de su cesta de costura, donde remataba unas puñetas, en mi mano…
Yo era un muchacho asustado y solo acerté a llamar al tío Ginés, el abogado familiar. Él sabría qué hacer. Me hizo abandonar la casa, trazó mi coartada, preparó la defensa para uno de mis progenitores y el entierro del otro. Qué cobarde resulta la mentira cuando otros la sufren.
Pero, en la vida, todo tiene fecha de caducidad: el yogur, las mentiras…, hasta los rencores. Por eso he decidido acompañarle al cementerio para llevar flores a mamá. Estaría orgullosa de vernos, por fin, en paz.
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Me encanta! Una novela policiaca en miniatura. Enhorabuena y toda la suerte del mundo
Jero, muchísimas gracias.
Me alegra que te haya gustado, recojo tu enhorabuena y esa suerte que me brindas y te la devuelvo multiplicada por dos.
Un abrazo enorme y que la suerte nos acompañe.
Un título que le viene al pelo.
Enhorabuena, como viene siendo habitual, porque no es sencillo que te elijan. Además, en esta ocasión, las palabras no han sido sencillas.
Salu2
Hola, Carmen.
No es sencillo que te elijan, por eso hay que seguir insistiendo.
El título fue lo que más me costó aunque parezca una bobería.
Gracias, y un montón de besos y salu2.
Vaya dramón, querida Towy.
El final es precioso, así que felicidades y suerte.
Hola, CalraFrancia.
Un dramón como tantos hay en cualquier periódico cualquiera de los 365 días del año.
Me gusta que te guste el final.
Un abrazo enorme y gracias por comentar.
Casos de no entendimiento entre padres e hijos que, por desgracia, siguen siendo tan frecuentes.
Suerte, amiga.
Miguel Ángel, ¿tan difícil es llevarse bien e intentar respetar los vericuetos de las edades? Es una pena que cosas tan dramáticas sigan sucediendo por falta de comunicación.
GRacias por acercarte y un abrazo grandísimo.
No es baladí, María, en casa de algún conocido ha pasado algo similar.
Muy acertado tu cuento, Enhorabuena y suerte.
Saludos
Hola, Javier.
Uf, dicen que la realidad supera con creces a la ficción y, por lo que dices, es cierto.
Gracias por venir y dejar tan amables palabras.
Un abrazo.
Felicidades, Towi!
Estupendo relato, como siempre… qué capacidad para crear una gran historia en tan poco espacio!!
Enhorabuena
Un abrazo fuerte
Marta
Hola, Towanda.
Microrrelato marca de la casa. Una prosa, la tuya, fluida y envolvente. Un tatuaje. Una riña entre progenitores con un intermediario armado con unas tijeras de costura. Un abogado. Y una reconciliación. Estará orgullosa la mujer, claro, dentro de lo que cabe. Tú absolutamente de tu texto. Enhorabuena y suerte.
Hola, Eduardo.
Qué generoso eres. Lo cierto es que las palabras de este mes volaban alrededor de mi cabeza, todas se dispersaban, todas excepto «tatuaje». Enseguida pensé en un adolescente y en el drama posterior cuando se enteran los padres.
Bueno, ahí tienes el resultado… Si te ha gustado, me doy por contentísima.
Un abrazo gigante.
Hola, Marta.
Este mes te he adelantado, jajaja. Deseando estoy leer y comentar el tuyo. A ver qué se te ha ocurrido este mes.
Gracias, guapa.
Un abrazo enorme.
ME ENCANTA!!!!
Cómo le has dado la vuelta al relato, Tow.
Con qué maestría consigues girar la historia y sorprendernos!!!
Un abrazo grande.
Hola, Amparo.
GRAAAACIAS!!!!
Maestría?, qué va, casi -como le decía a Eduardo- la historia se escribió sola cuando leí «tatuaje».
Ponte con la tuya que estoy deseando leerte.
Un abrazo, bonita.
«Todo tiene fecha de caducidad: el yogur, las mentiras…, hasta los rencores», qué bueno María Sergia.
Esa madre estará feliz por fin, lo creo y lo defiendo.
Un saludo y felicidades.
Hola, Isabel.
La madre perdió en su momento, pero ahora -para los que crean en ello- puede estar viéndoles y, a su modo, ser feliz de el reencuentro.
Un abrazo muy grande y gracias.
Es fácil comentar algo escrito por Towanda, no me defrauda nunca.
Gracias, Epi.
Un placer haber puesto cara a tus palabras.
Que te como…
Un abrazo
Un relato estupendo con el que te deseo mucha suerte, Towanda. Un abrazo.
Gracias, Anna.
Estoy deseando leerte de nuevo.
Un abrazo muy grande que te impulse a volver.
Una mirada que vaticina naufragios, la mentira resulta cobarde y fecha de caducidad para mentiras y rencores – preciosas expresiones que nos dejas, junto a un argumento con final inesperado.
Buen relato para iniciar la temporada en abogacía! :-)
Feliz año Towanda, un beso.
Carme.
Hola, Carme.
Muchísimas gracias, me alegro que esas frases que entresacas te hayan gustado.
Un abrazo enormísimo y feliz año para ti también.
Besazos.
Original, bien contado y con intriga y sorpresa final. ¿Qué más se puede pedir en tan poco espacio?
Hola, Antonio.
Muchísimas gracias, me alegro que te parezca todas esas cosas. Tu comentario es como estar ya en un podio.
Un abrazo grandísimo.
Me ha encantado tu micro, buena suerte amiga!!!!
Hola, Jesús.
Yo estoy prendada, aún, de tu Jack el frutero. Es un tipo que dibujas a la perfección en pocas palabras.
Por tanto, gracias por tus palabras de apoyo y te deseo toda la suerte que merece ese frutero que nunca olvida. Enhorabuena, también desde aquí.
Un abrazo ENORME.
Un homicidio que se podía haber evitado. ¿Por qué no practicamos más la tolerancia?, pregunto.
Saludos y ventura para tu micro.
Hola, Ricardo.
Probablemente se habría evitado si se hubiera tenido un poco más de manga ancha. En fin, la vida un poco es así también de imprevisible.
Gracias por venir y un gran abrazo.
Imprudente, pero evitable. Me ha gustado.
Votada.
Hola, Blas.
Dicho está y estoy de acuerdo.
Gracias enormes y un abrazo.
pasaba por aquí, a dejar un votito más
suerte!
Hola, Sebas.
Pues gracias por las dos cosas.
Un abrazo grandísimo y suerte también para ti.