El prototipo

Miguel Angel Gayo Sánchez · Sevilla 

El Consejo General de la Abogacía fue el responsable del insólito encargo: la fabricación biónica del abogado del futuro. Un ser imperturbable a los alegatos espurios de la parte contraria, ecuánime en la valoración de los indicios, longevo como una tortuga… Con ese proyecto se mandaría al paro a tanto picapleitos incompetente. El día que el prototipo llegó a la sede del Consejo le dio entrada el vigilante de seguridad en horas extemporáneas. Abrumado por la lluvia de la noche decidió probarlo. Se trataba de un prototipo femenino. Enseguida le maravillaron las curvas voluptuosas, los labios carnosos, la mirada picantona. Y es que el prototipo destilaba una sensualidad impropia para el ejercicio del cargo. Consultó el manual y confirmó que el fabricante también diseñaba muñecas hinchables. Contuvo el aliento, pulsó el ON y la opción OTRAS UTILIDADES. De esa noche sólo recuerda que perdió el trabajo… y hasta los calcetines.

 

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