M.Carme Marí Vila

Microrrelatos publicados

  • Te quiero

    -"¿Qué me estás contando, Elvira? ¿Que has pedido reducción de jornada? ¡Pero eso no puede ser mientras yo no tenga trabajo! Necesitamos ese dinero. ¡¡No podría ir al fútbol!! Y total ya estoy yo con el crío por las tardes, todas son iguales: del colegio al bar y para casa. ¡No me repliques! No quiero oír una palabra más sobre conciliar horarios, ¡¡ostia ya!! Ay, perdona, que no quería darte, se me fue la mano. Ven cariño, ven, que te doy un beso. ¡Ven, te digo! ¿Dónde vas? Dame una oportunidad, Elvira... Sí, otra más. Olvidemos lo que ha pasado, no pongamos una barrera entre nosotros. Deja la puerta... ¿Quién es esta mujer?", vociferó rompiendo la tarjeta que le tendía quien acababa de entrar seguida de dos policías: Adriana Sánchez, abogada especialista en violencia de género.

    | Octubre 2017
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 4

  • Juicio imposible

    Recuerdo cuando era abogado, en Alepo. Eso fue hace cuatro años, aunque parece que haya pasado una eternidad. Ahora tengo suerte de estar vivo en este campo de refugiados.
    Es tan injusto, pero... ¿a quién demando por ello? ¿A quién reclamo que me devuelva mi anterior vida, mi casa, todo lo que he perdido? ¿Quien responderá por el futuro de mis hijos que queda colgando en el aire? ¿A quién llevo a juicio por el inmenso drama humano de mi pueblo?
    ¿A los que facilitan las armas a uno u otro bando? ¿A los que ponen alambradas para que no entren mis compatriotas en su huida de la guerra? ¿A los que no buscan soluciones sino que esperan que por arte de magia cese la llegada por mar de más embarcaciones?
    Y mientras tanto, seguimos sufriendo...

    | Junio 2016
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 2

  • Consejos paternos

    Mi padre me decía siempre lo mismo, parecía un disco rayado:
    -Si quieres conseguir la independencia económica, en vez de simplemente ser un mero aspirante a ello, deja de perder el tiempo en zarandajas y aplícate a estudiar derecho procesal, derecho constitucional y el resto de asignaturas de la carrera.
    Pero en la facultad yo veía que Ginés se sacaba una pasta trapicheando con maría y los libros ni los tocaba. Se pegaba la gran vida y estaba de juerga continua. La verdad es que se enrollaba conmigo y me invitaba muchas veces. A cambio yo de vez en cuando le ayudaba con los trabajos de clase.
    El otro día, gracias a seguir los consejos de mi padre, pude devolverle el favor. No fue en la universidad, sino ya en el juzgado: Ginés se sentaba en el banco de los acusados y yo fui su abogado defensor.

    | Marzo 2016
     Participante