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M.Carme Marí Vila 

-«¿Qué me estás contando, Elvira? ¿Que has pedido reducción de jornada? ¡Pero eso no puede ser mientras yo no tenga trabajo! Necesitamos ese dinero. ¡¡No podría ir al fútbol!! Y total ya estoy yo con el crío por las tardes, todas son iguales: del colegio al bar y para casa. ¡No me repliques! No quiero oír una palabra más sobre conciliar horarios, ¡¡ostia ya!! Ay, perdona, que no quería darte, se me fue la mano. Ven cariño, ven, que te doy un beso. ¡Ven, te digo! ¿Dónde vas? Dame una oportunidad, Elvira… Sí, otra más. Olvidemos lo que ha pasado, no pongamos una barrera entre nosotros. Deja la puerta… ¿Quién es esta mujer?», vociferó rompiendo la tarjeta que le tendía quien acababa de entrar seguida de dos policías: Adriana Sánchez, abogada especialista en violencia de género.

 

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2 comentarios

  • Quizá eso de «quien bien te quiere te hará llorar» tiene una parte de verdad, lo que está claro es que nunca debe tomarse de un modo literal. El egoísmo y la falta de respeto tienen un límite, todo lo tiene. A veces no queda más remedio que dar un puñetazo en la mesa, como ha hecho tu protagonista, para evitar males mayores y hacer borrón y cuenta nueva.
    Buen relato.
    Un abrazo, Carmen

     
    1. Hola Ángel.
      Si se puede elegir, que quien nos quiera nos haga siempre reir :-)
      Y está claro que si el marido no es la primera vez que la golpea, será mejor para ella que no se le acerque mucho. Ese borrón y cuenta nueva que muchas mujeres se resisten a hacer, y que tanto ayudaría a reducir las malas noticias de violencia de género que a veces nos duelen a todos.
      Gracias por tu comentario. Un abrazo.
      Carme.