Lidia Molina Gómez

Microrrelatos publicados

  • Los que van a pleitear te saludan

    Una expectación abrumadora acompaña la subida de barrotes. Palmada en el hombro. Me lanzan a la arena. Avanzo algunos pasos. Cierta congoja desestabiliza mis tobillos zigzagueantes. Taquicardia palpitante. Contacto visual. Frunzo el ceño. Disimulo el tic de mi ceja nerviosa. Eso creo. Posición de ataque: escudo en alto. Razonamiento afilado y empuñado. Contengo la respiración tratando de descifrar los movimientos del adversario. No es baladí. Eso decían. Doy fe. Aprieto el código hasta que se torna una extensión de mi mano. Desenvaino argumentario. Golpe seco.
    Su turno. Verborrea elocuente. Estrategia certera.
    Linde del combate. Se hace el silencio. Bajamos las armas. Aguardamos aún en posición de defensa.
    El Juez me mira desde la grada. Semblante serio. Ningún gesto. Silencio. Espera... Dedo arriba. ¡Licencia para respirar! Pleito ganado.
    Me incorporo al grupo de gladiadores honorarios. Primer juicio superado... Próxima tarea: investigar si la tensión desaparece con mi condición de novel

    | Junio 2017
     Participante

  • Cowboy togado

    Como jurista siempre he tenido cierta animadversión por los juicios al más puro estilo “rodeo americano”. Impredecibles. Inquietantes. Esos pleitos en que la balanza puede inclinarse en cuestión de segundos. Se abren las compuertas en estrados. Todos expectantes. El Juez da el toque de salida. Aunque tu línea de argumentación es buena, el potranco elegido por el abogado contrario para su defensa planta cara desbocado. Un punto a su favor. Esquivas su sacudida certera en el interrogatorio. Das un buen toque de espuelas en tu alegato. Realizas un par de cabriolas con consultas jurisprudenciales. Cuatro. Cinco... Adornas la exhibición. Mantienes el equilibrio sobre tus estribos. Siete… ¡Ocho! La rebanada está lanzada, veamos por qué lado cae. Mientras vuelves a casa se te escapa una mueca de satisfacción. La experiencia de jinete no garantiza el resultado, pero te ayuda a elegir la montura de tu adversario.

    | Julio 2015
     Participante