Imagen de perfilLA CUADRATURA DEL CÍRCULO

Miguel Ángel García Rodríguez 

Soy un triángulo equilátero sin nada en especial, de lados y ángulos idénticos.
Mi trabajo como abogado siempre había consistido en pleitos sobre el uso del sistema anglosajón en lugar del internacional o si el demandante A había tocado el seno a B y, a su vez, B se había propasado con el coseno de A, para finalizar yéndose por la tangente.
El punto de inflexión llegó tras la reforma en contra de los ángulos no suficientemente regulares, promovida por los triángulos más obtusos, que discriminaba a los que tenían mayores dificultades geométricas.
Una barbarie para los escalenos, cuyas cláusulas les impedía poder acceder incluso a la trigonometría más básica.
Desde que tumbé la norma, siento que mis ángulos son más agudos que nunca, y tanto es así, que el otro día dejé entrar a mi despacho a una circunferencia, por la que pelearé hasta lograr la cuadratura del círculo.

 

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