Imagen de perfilUna promesa incumplida

Raquel Sánchez López 

Se lo prometió. Durante toda su existencia, desde que tuvo uso de razón, había prometido a su abuelo dedicarse a la abogacía. Se pasó años preparándose para proteger al desamparado, para vigilar al pícaro, para desenmascarar al agresor, para castigar al asesino. Pero las circunstancias han volcado su mundo como aceite hirviendo cayendo en cascada en defensa de su castillo asediado, como lava de cráter indignado contra su valle, como ola huyendo de su implacable terremoto. Por eso, aunque romperá su juramento, viendo con impotencia cómo aquel hombre que fue su pilar moral pierde poco a poco la salud, al que la pandemia castiga con mayor severidad que la edad, antes de que sea demasiado tarde, decide aparcar su carrera como letrado para realizar las pruebas de acceso en geriatría.

 

+7

 

Queremos saber tu opinión

4 comentarios

  • A veces nos empeñamos en una meta que no es la que nos corresponde. En ocasiones necesitamos un golpe de timón del destino, o como queramos llamarlo, para darnos cuenta de cuál es la verdadera senda. Tras una conmoción o aparente crisis se puede ocultar una oportunidad que deberíamos aprovechar.
    Este abogado en potencia cambia su supuesta vocación y hasta rompe un juramento, nada menos, decisiones que parecen arbitrarias, pero en realidad son valientes porque no ha abandonado su esencia: sigue queriendo ayudar a quien lo necesita. Nada mejor se puede decir de una persona. Promesa incumplida, tal vez. El mejor de los criterios, también. Ya se sabe que rectificar es de sabios.
    Un relato contado de forma muy amena, en la buena línea de otro reciente de tu autoría, inspirado en Star Wars.
    Un abrazo, Raquel

     
    1. Gracias por tus sabias y maravillosas palabras, Ángel. La vida nos pone a prueba en situaciones insospechadas donde debemos decidir si seguir el curso de un río que no desemboca en ninguna parte lógica o metamorfosearnos en tritones y saltar a contracorriente siguiendo nuestros propios instintos. Voto siempre por lo segundo.