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José Luis González Martínez 

La jubilación me había traído eventualmente la presidencia comunitaria y, acaso por no haber alcanzado antes una ansiada judicatura, la vivía con tal vehemencia que notaba atenuarse mi edad. Hasta una mañana cuando aparcó en pleno acceso a la urbanización un africano enjuto. Estacionándola allí podía vigilar su camioneta mientras faenaba. No soy racista, pero las leyes deben cumplirse. “Enseguida acabo…, abuelo”. Atiborró de bultos la carretilla y al regresar invoqué absurdamente el artículo 202 del Código Penal… “Míster, déjeme trabajar, así proteger su jubilación”. Empuñé el móvil con carácter disuasorio mientras algunos vecinos aplaudían, y la tensión acabó disparándome la arritmia. Me pareció gigante cuando sus brazos me sujetaron y más aún cuando me dijo que, en otra vida, había visto truncarse muchos sueños por actuar creyéndose invencibles. “Cuide la salud o acabará presidiendo su funeral”, se despidió. Mientras ingiero el anticoagulante pienso en esa otra vida, la mía.

 

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6 comentarios

    1. Gracias, Barrabás, y lo mismo te digo, voy a leer algunos (empezaré por los más votados hasta ahora, aunque a veces…). Pero antes de nada te diré una cosa. Hay algo que comentas al analizar mi relato en lo que tienes cien por cien de razón, sólo que yo cambiaría la pistola por algo que obligue a los de siempre a que dejen de apoyar a los de siempre. Quizá esto último quede explicado en la siguiente frase. Me quedan dos meses y ocho días para terminar mi mandato comunitario (por decir algo)

       
  • Hola, Marta, veo que sigues al pie del cañón, como tiene que ser. Yo también mando alguno de vez en cuando, pero, siempre ha habido clases. A mí me cuesta escribir, no me refiero a lo del papel en blanco, sino que pocas veces me gusta en primera instancia. Empiezo a darle vueltas y más vueltas…, y acabo enviando lo que sea con tal de quitármelo de encima. Este lo mandé y tú me lo has descubierto. Y no te vas a creer el por qué. Primero me avisaron que entraba y después que no entraba. Así que dije, pues hasta el finde no miro para ver qué ha sido de él. Y, mira por donde, me encuentro tu tarjeta de felicitación. Bueno, aunque ando muy mal de tiempo (ya te contaré por qué), voy a echar un vistazo a algunos, q

     
      1. Ayyy… José Luis!!! Tú si que juegas en primera división, doy fe de ello!!!
        Sigue escribiendo y mandando, que nunca se sabe, te lo digo por experiencia, y por experiencia también afirmo que tus historias siempre son dignas de leer, comentar y votar!!!

        Que sigas muy bien, compañero!!!
        Un abrazo!!!
        Marta