José Luis González Martínez

Microrrelatos publicados

  • LO PRIMERO ES LO PRIMERO

    Ya sé que muchas hubieran seguido encantadas, pero yo no. Había decidido dejarlo, divorciarme, empezar una nueva vida. Desde que inició su andadura no había parado de ganar pleitos. Veintisiete en cuatro años. Sin ninguna derrota ni empates conciliadores. Hasta la mismísima Naturaleza salía derrotada con él: cero cólicos, cero jaquecas, cero otitis, cero catarros…, jamás le había oído un estornudo. Encima, guardaba en carpetas todas las sentencias que leía expectante cada noche como si estuviera preparando una nueva alegación decisiva. Sentía envidia sana al observar sus movimientos como de bailar charlestón tras dejar visible sobre la mesa otra nueva sentencia triunfal. Pero necesitaba rebelarme, seguir con él sería certificar mi insignificancia. Cuando le planteé divorciarnos, tenía todo pensado: reparto patrimonial, los niños, la manutención... Todavía tiemblo al recordar su respuesta: puedo concederte perder un pleito, Amparo, ni uno más. Mi amor por ti, aunque sobrehumano, no alcanza para dos.

    | Septiembre 2024
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 20

  • GIGANTE

    La jubilación me había traído eventualmente la presidencia comunitaria y, acaso por no haber alcanzado antes una ansiada judicatura, la vivía con tal vehemencia que notaba atenuarse mi edad. Hasta una mañana cuando aparcó en pleno acceso a la urbanización un africano enjuto. Estacionándola allí podía vigilar su camioneta mientras faenaba. No soy racista, pero las leyes deben cumplirse. “Enseguida acabo…, abuelo”. Atiborró de bultos la carretilla y al regresar invoqué absurdamente el artículo 202 del Código Penal... “Míster, déjeme trabajar, así proteger su jubilación”. Empuñé el móvil con carácter disuasorio mientras algunos vecinos aplaudían, y la tensión acabó disparándome la arritmia. Me pareció gigante cuando sus brazos me sujetaron y más aún cuando me dijo que, en otra vida, había visto truncarse muchos sueños por actuar creyéndose invencibles. “Cuide la salud o acabará presidiendo su funeral”, se despidió. Mientras ingiero el anticoagulante pienso en esa otra vida, la mía.

    | Octubre 2020
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 5

  • PAN Y CIRCO

    Litigar es siempre difícil, y hacerlo en un divorcio, más complicado que repartir una herencia entre familiares mal avenidos. Y encima, este de hoy será una inexorable pérdida de tiempo, pues mi defendido, mujeriego impenitente, acaba de comunicarme su incomparecencia en un infame whatsapp. Un vestigio de valor me impulsa y logró recuperarlo camino del estrado. “Señoría, cliente desea justificar incomparecencia”, balbuceo con fatiga. “Su cliente se dedica a dar pábulo y distracción a televidentes aburridos; conque abrevie, letrado”. La fatiga se vuelve temblor y la lectura turbulenta: “Lamento incomparecencia, debo actuar famoso “dating show”. Sueño encontrar pareja definitiva”. “¡Abogado!”, el juez se exaspera “soñar con otra requiere despertar de esta, y eso no ocurrirá sin una fuerte indemnización por las labores domésticas. Conozco bien ese circo de los “dating shows””. “Yo, señoría, más que conocerlo lo padezco”, confieso. “Pero litigar es difícil. Y más con un hijo soñador empedernido”.

    | Febrero 2018
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 2

  • ABUSO DE PODER

    Me largo. Me voy a donde pueda sentirme apreciado. Desde que apostaste por montar tu propio bufete, el choque de trenes estaba cantado. Prefiero gestionar los sentimientos y emociones de algún vulgar maleante que los de un letrado abusón como tú. Aun así, me voy con la seguridad del deber cumplido. Mientras estás encerrado en el despacho, buscando investigar asesinos en serie o simplemente alguna presunta infracción administrativa, a mi me toca abrirme paso en vuestros estados emocionales para arreglar tus difíciles relaciones con Adela, con tus hijos y, hasta con tu suegra. Pero la verdadera causa de extinción de nuestro contrato es el abuso de poder. Pienso denunciarte por incumplimiento del “todo a medias”. Mientras tú dispones de un potente ordenador con dieciséis gigas RAM y un sillón reclinable, yo tengo que analizar mamotretos científicos de Freud, Jung, Maslow y otros, sentado en un miserable taburete sin respaldo.

    | Julio 2017
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 2

  • Un abogado incompleto

    Salimos casi a la par, pero estaba claro que éramos distintos. El llanto fue mío, correoso y de horas. Él, en cambio, sosegado, observándolo todo minuciosamente, como si buscara una panorámica general. Exitoso con el Derecho, ejerce de abogado defensor sin mácula, capaz de adoptar ademanes durísimos con fiscales y magistrados cuando es menester, o de encerrarse sin dormir para completar una apelación urgente. Es también el mejor considerado, familiarmente. Porque yo soy sólo impresor, o más finamente, currela de artes gráficas. Hace dos meses murió papá en un accidente sin culpa, y mi hermano quedó tan afectado que debió delegar el caso. Nos juntamos en el tanatorio. Me abrazó y atisbé su rostro demudado, su faz oscura como la penumbra de un eclipse. Créeme, dijo, no logro llorar. A memoria te supero, hermano. Te previne antes de separarnos: nada más salir rompe a llorar, pero no me hiciste caso.

    | Julio 2016
     Participante
     Votos recibidos por la Comunidad: 2