Imagen de perfilEl regalito

Marta Trutxuelo García 

Cuando llegó al bufete encontró una gran caja en la entrada. Su dolor de espalda le persuadió de moverla y se limitó a tomar la nota pegada en la tapa. Empapada por la lluvia, la tinta estaba tan desvaída como las palabras que consiguió leer: » regalito»… «hacerte daño»… y, firmado, «J…». Pasó una mano temblorosa por su frente y aflojó el nudo de la corbata. En el control de seguridad le confirmaron que era un aparato electrónico. Aquellas palabras martilleaban la mente del juez… Recordó que hizo testificar a aquel poderoso magnate, Jonás, pero la inadmisión a trámite del caso le eximía… O ¿quizá fuera el fallo del juicio por la tarjetas falsificadas?, estaba implicado aquel pez gordo, Jaime… El sonido del teléfono le sobresaltó.
—Cariño, ¿te ha gustado el ultrasonidos? ¿Y la nota? Escrita por tu hijo… solito: «Un regalito para no hacerte daño en la espalda. Jorgito».

 

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