DE CLIENTES E INVASIONES
Eva María Cardona GuaschDe amiga ocasional se convirtió en la clienta más irritante de mi vida. Las llamadas esporádicas devinieron insistentes, a todas horas, cualquier día, al móvil, a casa. Confianza mal entendida. No sólo preguntaba por la marcha de su pleito, también pretendía que decidiera por ella en toda suerte de nimiedades. Tardé en detectar que, en mis respuestas, a menudo buscaba argumentos con los que atropellar derechos ajenos. Quise establecer frontera entre lo personal y lo profesional pero perdí la guerra, su amistad y una clienta. Hoy le he entregado su expediente. Sin tiempo de olvidar, leo que el Colegio organiza un turno de abogados voluntarios. Las solicitudes de asilo llegarán por miles. Tomo aire. Acuden a mi mente los rostros desconocidos que la actualidad informativa muestra a diario a nuestras conciencias. Fugitivos del horror. Probablemente nunca seamos amigos pero sé que necesitarán, de verdad, de una abogada.