Imagen de perfilUN FUTURO COMÚN

Rosalía Guerrero Jordán 

Cuando Ardilla se plantó en medio de la asamblea, el resto de los allí congregados enmudeció. Si alguien podía salvar el bosque era ella, que para eso había estudiado Derecho.
—Hay que promover un cambio en la conducta de los humanos —habló con la vocecilla que salía de su pequeño cuerpo—, y si es necesario acudir a los tribunales, lo haremos.
Un murmullo de asentimiento recorrió la alfombra verde y trepó por las ramas de los árboles.
—Sin embargo, necesitamos ayuda. Personas infiltradas que nos presten su voz.
—¿Y cómo vamos a convencerlos? —preguntó Rana—. Humano no muerde humano.
—Por favor, venid —dijo Ardilla, y al momento varios niños y niñas salieron de la espesura—. Os presento a nuestros portavoces. Nuestro futuro es también el suyo.
Pocos años después se aprobará la Ley Ardilla, que garantiza la conservación de los bosques del planeta.

 

+7

 

Queremos saber tu opinión

8 comentarios