Imagen de perfilPlanetas en apuros

Ander Balzategi Juldain 

Éramos cuatro los abogados que esperábamos pacientemente en la sala de espera del consejo interestelar. Charlábamos con fingida animosidad, tratando de atisbar dónde escondíamos nuestros respectivos puñales. No estaba el tema para bromas, el futuro de los planetas que representábamos dependía de nuestros alegatos. Con los recursos menguando, la conservación de la galaxia exigía el sacrificio de algunos de ellos.
Nada más entrar nos dieron el turno de palabra. El primer abogado fundamentó su defensa en lo verde que se había mantenido su planeta, un ejemplo de biodiversidad. Luego hablé yo, el defensor de la tierra, y subrayé nuestros esfuerzos en promover el desarrollo tecnológico. El siguiente, en cambio, destacó el elevado humanismo de los moradores de su planeta. Ganó el último en hablar, representaba a un planeta insignificante pero que había evolucionado hasta desarrollar auténticos titanes en el ejercicio del derecho. Tengo que reconocerlo, su defensa fue magistral.

 

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