EL ALEGATO FINAL
FRANCISCA PARRALEJO PUERTA · CÁCERESEl abogado de la acusación particular mostraba su cara más amable y enarcaba una ceja para dirigirse elocuente y demoledor hacia el jurado, se notaba que era un gran profesional en su oficio, mientras, el público asistente en la sala esperaba ansioso para escuchar su alegato final.
En el banquillo, el acusado se secaba el sudor con un pañuelo de papel, con la cabeza agachada, su letrado intentaba gestionar los nervios a flor de piel que surgen cuando se va acercando el final, máxime en un juicio tan mediático como éste. Una vez escuchadas toda las partes, se hizo un silencio sepulcral en la sala…
De repente, un intenso olor a quemado invadió mis sentidos, tardé un segundo en reaccionar y salir corriendo hacia la cocina, el amasijo de carne calcinada que encontré en el horno me indicó que me había perdido el final de mi serie de abogados favorita.
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Que maravilloso relato que me trae recuerdos de mi infancia, con aquellas películas americanas de interminables juicios con jurados, testigos prestando juramento con la mano levantada y enfrentamientos entre fiscales y abogados. Mucha suerte y mi voto.