Imagen de perfilEn esencia

Borja Quero 

La abogacía es un partida en la que juegas con las cartas de otro. En esencia es justa, no porque sea previsible, sino por lo mucho que se asemeja al fugaz caos de la naturaleza: Todo puede pasar. Puedes peritar cada hecho, medir cada paso o atar cada cabo y nunca lo controlarás todo. Siempre parece que el cliente no te lo cuenta todo, que cuando acude a ti ya es un desdichado en busca de refugio, un devoto del mantra del «cómo es posible». Por eso busca siempre el acuerdo, que es el ahorro de la incertidumbre, y si ninguna de las partes queda por entero satisfecha mejor, pues las dos habrán ganado algo. Negocia, y si el acuerdo no es posible ya sabes; exprime la Ley, pon cara de póquer y a jugar.

 

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