Imagen de perfilÚNICO TESTIGO

Eva María Algar García 

La luna bruñía el cobre de sus mejillas para disfrazarse de sol poniente, tiñendo el mar con una estela bermellón. Desde la orilla, multitud de curiosos que acudieron a contemplar el espectáculo, la fotografiaban como si de una actriz famosa se tratara.
Todos menos Damián, un abogado cincuentón con un nutrido glosario de errores procesales a su espalda, que trasmutaron su fama de héroe del bufete a villano consumado y lo abocaron a una merecida suspensión cautelar en el ejercicio de la profesión.
Ahora defendía lo indefendible; mafiosos de poca monta, violadores y yonquis eran sus clientes habituales. Hasta esa noche. Su cuerpo inerte y helado yacía en la playa. Algún despechado lo hubo de sentenciar a muerte abonando su factura con balas al contado.
Damián no tuvo suerte en la vida, ni siquiera al final. A la luna, único testigo de su vil asesinato, nadie la llamaría a declarar…

 

+18

 

Queremos saber tu opinión

12 comentarios