Imagen de perfilNEGRA NOCHE

Nicolás Montiel Puerta 

Los dos trajes desentonan. Igual que las corbatas, los zapatos lustrados y los maletines. No es su lugar, pero sí su momento. El abogado más veterano toma la palabra frente a la concurrencia:
-No se puede hacer nada más, salvo liquidar la empresa… No puedo decirles otra cosa… Ustedes saben que ya no hay pesca, los caladeros están agotados, el agua contaminada por los vertidos de petróleo y el plástico acumulado en la zona… No podemos conservar esta flota.
El otro letrado observa con aprensión los rostros endurecidos de los hombres de la mar, que permanecen en silencio, la mayoría con la mirada perdida. El bar/sala de reuniones de la cofradía está atestado de indignada resignación.
Manuel sale discretamente del edificio en dirección al muelle. No necesita oír nada más. Solo el rumor de la marea que viene y va. El mismo rumor que adormeció para siempre a su padre.

 

+33

 

Queremos saber tu opinión

28 comentarios