LETRADO EN EL FRENTE
JOSE MANUEL BREA FEIJOO En guerra civil, tras un pronunciamiento, mi país se desangraba. Contra mi voluntad, fui movilizado al frente en el bando rebelde, que ocupaba mi provincia y cuya ideología no compartía. No me tuve que inscribir, ni pensaba hacerlo; la autoridad militar decidió por mí. Dejaba mi bufete y una prometedora carrera en la abogacía. Y un día lluvioso me vi por primera vez en una trinchera. La lluvia arrastraba mis lágrimas, pero no mis ideas. Al tercer día caí herido, me trasladaron al hospital de campaña y, por la gravedad, acabé en la retaguardia. Una suerte, a fin de cuentas; ya no tenía que disparar contra mis hermanos. Clasificado como soldado mutilado, tuve arrestos para atravesar la frontera y hallé asilo en el país vecino. Aquí ejerzo como abogado desde hace años, los mismos que en mi patria gobiernan los sublevados. Pero algún día volveré; portando una flor, no un fusil.
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La historia de una persona golpeada por las circunstancias, pero siempre íntegra y coherente con sus ideas y humanidad.
Un saludo y suerte, José Manuel
Un saludo y gracias, Ángel.
¡Ah!, y muy buen resumen.
Quizá si no hubiese una «patria», o al menos ese sentimiento estúpido de pertenencia o propiedad, dejarían de existir los sublevados, y los exilados, y no haría falta cortar flores.
Suerte
Ciertamente, un territorio común compartido en hermandad y respetando las diferencias sería ideal. Pero me temo que la naturaleza humana es difícil de contentar.
Una preciosa historia en la que tu personaje se mantiene fiel a sus propios principios aun duramente golpeado por las circunstancias de la vida. Era abogado y morirá siendo abogado. Te has ganado mi voto. Mucha suerte José Manuel.
Muchas gracias, Francisco Javier. Mantenerse fiel a los propios principios es signo de nobleza. Y el abogado, como el médico, seguirá siendo profesional aun tras su retiro, hasta la muerte.
Hola, José Manuel.
Nos traes una historia que duele. Cuántos debieron sufrir esa lucha fratricida por imposición!!
Me gusta el arranque del micro, pero la frase final es la me ha emocionado por su carga de belleza y, sobre todo, deseos de paz.
Un abrazo y muchísima suerte con el jurado.
Muchas gracias por tu valoración y buenos deseos, Towanda. En verdad la historia es dolorosa, pero también gozosa. El protagonista sufre, como tantos otros, esa lucha fratricida, pero no guarda rencor en su corazón. Probablemente era un buen abogado y con certeza era un abogado bueno.
Un pacífico abrazo de un piscis a una piscis.
Muy amena tu historia
Muchas gracias, María. Me alegro de que te haya parecido entretenida. Un saludo.