ROBINSON CRUSOE
Javier Puchades SanmartinDesde que nos instalamos en este paradisíaco lugar, los otros socios del despacho solo se dedican a la vida contemplativa. Todos los asuntos recaen sobre mí. Sean o no de mi competencia. Debo realizar un exhaustivo análisis de cada caso antes de tomar cualquier decisión. Ahora mismo, estudio uno relacionado con el derecho marítimo. Hoy tengo que comunicar a los compañeros que nuestro último recurso ha vuelto a ser desestimado. Deberemos comenzar el proceso, de nuevo, si queremos salir de esta situación. Antes de empezar, extraigo de una urna el nombre de cada uno, para ver como los sitúo bajo la palmera. Cuando los acomodo, tomo la palabra, como siempre, y les indico que la botella que lancé hace unos días, con otro mensaje de socorro, ha sido devuelta por el oleaje. Así ha pasado con todas desde que el avión del bufete se estrelló en esta isla desierta.
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¡Excelente y divertido relato, Javier! ¡Enhorabuena! Me ha entantado.
Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Pilar, muchas gracias por tu comentario.
Gracias por tu voto.
Besos.
Espero que no se te acaben las botellas. Ni la paciencia.
Divertido relato.
Mucha suerte, Javier.
Besos
Margarita, muchas gracias por tu comentario.
Sí, más vale que tenga suficientes.
Un beso.
Las buenas costumbres no deben perderse nunca, ni siquiera en una isla desierta, trampoco cuando las olas se empeñan en devolver las botellas con los mensajes de socorro.
Muy divertido, Javier
Un abrazo
Muchas gracias por tu comentario, Ángel.
Un abrazo enorme.
Me ha gustado mucho tu relato! es muy ingenioso.
Te sumo un voto ;-)
Suerte!
Muchas gracias por tu comentario, María Pilar.
Un beso.
En situaciones así es cuando se diferencian los vocacionales del resto.
Excelente, Javier.
Suerte.
Rafa, muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Un voto para tu micro. La naturaleza tiene leyes muy duras de las que nadie escapa.
Juan Manuel, muchas gracias por tu comentario y tu voto.
Un abrazo.
Muy bueno!!!! Me encanta. Tienes mi voto. Mucha suerte, Javier.
Ana Isabel, muchas gracias por tu comentario y tu voto.
Un beso.
Mientras no te paguen con cocos…
Enhorabuena.
Muchas gracias por tu comentario, Isidoro.
Será difícil que le puedan pagar, ja, ja, ja, ja.
Un abrazo.
Te devuelvo el voto, Javier! Y este voto te coloca en la primera posición! Enhorabuena.
Muchas gracias, Eva.
Un abrazo.
Me ha gustado mucho tu propuesta Javier, no había podido leerte hasta ahora y reconozco que me alegro de haberlo hecho.
Mucha suerte y mi voto.
Muchas gracias, Paloma.
Hola, Javier.
Guau, qué bueno!!
Enhorabuena, campeón.
Un abrazo y suertísima.
Muchísimas gracias, Towanda.
Te echo de menos por aquí.
Un beso.
Buen microrrelato, Javier. Divertido y muy ingenioso. Mucha suerte para ti y para los protagonistas de tu historia, deseo que la próxima botella llegue a mejor destino. Jajajaja…
Muchísimas gracias por tu comentario, Marilui.
Un abrazo.
Menos mal que estaba este hombre ahí… jajajaj Muy divertido. ¡Suerte!
Muchas gracias por tu comentario y tú voto, Nuria.
Besos
Le dejo un votito a tus náufragos bajo la palmera, Javier. Un saludo.
Muchas gracias, Elena.
Besos.
Dentro de género del microrrelato, hay un subgénero: los micros sobre abogados; en su interior, otro: los micros sobre abogados con personaje literario; y dentro de este, ya encontramos la categoría: micros sobre abogados robinsonianos.
En julio de 2016, yo también me inspiré en Robinson (o Robinsón) Crusoe: «Robinson, abogado».
Así que tu micro tiene que resultarme, necesariamente, muy cercano y querido.
Suerte, Javier.
Muchísimas gracias por tu comentario, Manuel.
Buscaré en tu perfil el relato del que me hablas, para poder leerlo.
Un abrazo.
Manuel, acabo de leer «ROBISON, ABOGADO», es muy bueno.
Un abrazo.
Muy original. Me ha gustado mucho.
Muchas gracias por tu comentario.
Un saludo.