En el aire
Juan Manuel Chica CruzAl verlo me vino a la cabeza la historia del chico de los recados que acabó siendo dueño del emporio. Era un eficiente robot limpiando suelos, pero luego alguien le acoplaría un chip para encomendarle nuevas tareas: bases de datos, registro, control de horarios. Indicaría la mejor ruta para los juzgados según el tráfico. Asignaría los casos que entrasen al Despacho según nuestro perfil. Acabaríamos consultando con él, convertido en oráculo de silicio y voz metálica, la estrategia procesal y finalmente le obedeceríamos ciegamente. Una transformación a golpe de inteligencia artificial que dejaba en el aire un desafío existencial y profesional. Algo que jamás imaginé durante mis noches de estudio sacando la carrera de Derecho para ejercer la profesión más bonita del mundo. Lo llevé al ático y lo puse sobre la baranda llena de polvo y esquinas difíciles. De momento, solo he recibido el guiño cómplice de la limpiadora.
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Hola, Juan Manuel.
Jugar con las máquinas está bien, pero con medida.
Me parece que tu «En el aire» va a subir hasta el olimpo. Me encanta cómo has conjugado las palabras y me parece entrever, no sé si estoy en lo cierto, algo de celos ante un androide tan aventajado. Me temo lo peor.
Suertísima, compañero.
Un abrazo inmenso y muchísima suerte.
Efectivamente. Unos celos que resolvió con una suerte de maquinicidio intencionado…
¿ Y a qué esperáis para darle un empujoncito?. Mi voto
Muchas gracias por ese «toque» humano.
Enhorabuena Juan Manuel, me gusta tu historia y tu modo de contarla. Mi voto y suerte.
Muchísimas gracias, Eva. Tu «Guerra fría» me encantó y atrapó mi atención y mi voto.
No me fiaría yo de alguien tan perfecto. Un rastro de humanidad en rostro y ademanes se echaría en falta. Enhorabuena.
Muchas gracias por tu voto. Tu máquina del café ya se llevó el mío y eso que a pesar de que soy muy cafetero al de máquina me resisto con todas mis fuerzas…