Imagen de perfilCuentos, los justos

Marta Trutxuelo García 

Otra vez el medioambiente en el estrado. Parecía el cuento de nunca acabar. Todo comenzó con el caso de tres contratistas acusados de edificar viviendas urbanas con materiales supuestamente sostenibles —paja y madera— pero altamente inflamables; la sentencia obligó a los Tres Cerditos a construir una casa con la garantía de la siempre resiliente piedra. El bufete también acaparó la atención mediática gracias al caso de desahucio de Blancanieves y los Siete Okupanitos, tras declararse biotopo su barrio marginal, el Bosque Encantado. Y todavía resuenan los ecos del proceso al músico denunciado por contaminación acústica y maltrato animal, el célebre y temido flautista, condenado a prisión en el lugar del raticidio, Hamelín.
La firma de abogados «Felices & Perdices», liderada por el letrado Lobo y la magistrada Maléfica, adalid de la promoción de los objetivos de desarrollo sostenible, declaraba con satisfacción una vez más: la justicia no es ningún cuento.

 

+72

 

Queremos saber tu opinión

17 comentarios